El Gobierno Vasco multiplica por diez su presupuesto para acoger a migrantes en los próximos cuatro años
El Plan Intercultural de Ciudadanía, Inmigración y Asilo impulsará proyectos piloto como la acogida en pisos de 117 adolescentes no acompañados cuando alcancen los 18 años
El fenómeno de la migración se ha agudizado con la pandemia y con diversos conflictos que azotan a diferentes partes del mundo, por lo que el Gobierno Vasco quiere impulsar un modelo propio de gestión de la diversidad para dar respuesta a una realidad que «no es coyuntural», sino que ha venido para quedarse. Así lo recoge el VI Plan Intercultural de Ciudadanía, Inmigración y Asilo 2022-2025, que fue aprobado ayer por el Consejo de Gobierno, un documento que condicionará las políticas vascas de migración en la próxima década y que fue presentado por la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal. El presupuesto global para el periodo de cuatro años que va hasta 2025 asciende a 35,7 millones de euros, de los que prácticamente la mitad, 17,9 millones, se destinarán a políticas de acogida de migrantes. Esta última cifra supone multiplicar por más de diez los 1,5 millones que se destinaron a dicha acogida en el anterior plan 2018-2020, cuyo presupuesto total ascendió a 13,4 millones de euros.
El VI Plan Intercultural incluye las estrategias que marcarán las políticas de las instituciones vascas en la próxima década para garantizar cierta coherencia en todas las políticas de migración y asilo. Artolazabal subrayó que el plan tiene como principal objetivo construir un modelo vasco de gestión de la diversidad, a través de la interculturalidad. El documento subraya que «la inmigración de origen extranjero no constituye un fenómeno social transitorio o coyuntural, sino una realidad estructural de la sociedad vasca», ya que «el 84% de las personas de origen extranjero tiene la intención de permanecer en el futuro» en Euskadi.
«Las cosas han cambiado»
El documento confirma las líneas estratégicas impulsadas en anteriores planes, pero Artolazabal advirtió ayer de que en 2022 «las cosas han cambiado mucho. Ha surgido un fenómeno que nos ha hecho reaccionar y adaptar nuestras respuestas, como es la migración en tránsito, y hemos visto incrementado el número de personas que solicitan asilo o refugio». La consejera subrayó también los efectos negativos de la pandemia en el colectivo de personas migrantes y aprovechó para criticar los «mensajes xenófobos» que llegan desde algunos partidos políticos y colectivos.
El plan recuerda que en 2021 fue especialmente relevante la llamada crisis canaria, con la llegada de un número importante de personas de origen africano a las islas y su posterior paso por la península y por Irun para intentar continuar viaje hacia Francia, el centro y norte de Europa o Gran Bretaña. Y avanza que «estos movimientos migratorios en tránsito los vamos a seguir viendo en los próximos años en Euskadi, van a seguir llegando personas de origen africano con intención de reunirse con familiares o comenzar un nuevo proyecto vital en países europeos».
El plan también constata un incremento del número de personas solicitantes de asilo y refugio, «consecuencia de las migraciones forzadas». Por tanto, «la previsión es que en los próximos años aumente el número de personas solicitantes de asilo y protección internacional por los distintos conflictos internacionales, por la mayor capacidad de movilización de las personas y por el manejo de más y mejor información de posibles destinos». De ahí que el presupuesto destinado a la acogida de personas se haya multiplicado por diez de cara a los próximos cuatro años.
4.500 menores en tres años
El documento tampoco se olvida de que se ha producido un «incremento del número de personas menores y de jóvenes extranjeros sin acompañamiento familiar». Los datos del Gobierno Vasco apuntan que, entre 2018 y 2020, más de 4.500 menores extranjeros llegaron a Euskadi sin ningún tipo de acompañamiento familiar. Estos menores son uno de los grupos de riesgo que establece el Plan Intercultural, por lo que prevé una atención que vaya más allá de la tutela a la que las instituciones vascas están obligadas hasta que los jóvenes alcanzan la mayoría de edad. Por ejemplo, el documento hace alusión a programas piloto como el que el Departamento de Políticas Sociales llevará a cabo en los próximos meses con 117 jóvenes que cumplirán 18 años y que serán acogidos en pisos para facilitar su emancipación. Un programa que recibirá el nombre de 'Trapezistak' y que se desarrollará en colaboración con las entidades sociales Agintzari y Fundación Peñascal.
«La diversidad se ha subido a un tren que no tiene billete de vuelta», aseguró ayer Artolazabal para defender la implicación del Gobierno Vasco en esta materia.
