«Soy feliz con 'Rasca', me hace la vida más fácil»
Miren Valero, una de las 10 personas en Gipuzkoa que cuenta con uno de estos perros, pide que no se les dé comida mientras trabajan
Miren Valero llega puntual a la cita con este periódico en la entrada del edificio de Tabakalera, en Donostia. Son las 10 de la mañana, ... llueve con mucha intensidad y sopla un viento fuerte, pero ella camina firme y segura mientras agarra con una mano su paraguas y con la otra se deja llevar por 'Rasca', su perra guía. Ella es una de las 10 personas en Gipuzkoa que cuenta con un animal de estas características, cuya gestión está a cargo de la ONCE. «Nos ha costado entendernos», admite esta mujer que tiene una discapacidad visual grave, «pero ahora ya hemos encajado y soy feliz con ella, me hace la vida más fácil». Hoy, 24 de abril, se celebra el Día Internacional del Perro Guía.
Rasca es una hembra de la raza goldador -mezcla de golden retriever y labrador- y tiene dos años y medio. Se conocieron hace 10 meses pero Miren, que perdió hace años gran parte de su visión por una enfermedad degenerativa, suspiraba por su llegada «desde hace casi cinco años». Los devastadores efectos de la pandemia ralentizaron un proceso ya de por sí largo, «porque la lista de espera para obtener uno de estos perros está en unos tres años», cuenta esta usuaria que vive en el barrio donostiarra de Egia pero que es natural de Zumaia. Este ejemplar de goldador, continúa Miren, «es un amor de perra. Tiene un carácter muy llevadero y posee grandes aptitudes para ser mis ojos en la calle», afirma con una sonrisa en la cara. Miren, ya jubilada, trabajó 25 años en la Fundación ONCE «como vendedora de cupones mientras estudiaba, como telefonista, como animadora socio-cultural y como jefa de departamento de secretaría». Se le quiebra la voz cuando reconoce que «a mí la ONCE me lo ha dado todo. Estar con ellos me ha aportado independencia y conocer a muchísima gente».
Cuidado con las distracciones
Mientras se desarrolla la conversación con esta zumaiarra, 'Rasca' mantiene la compostura en todo momento. Está tranquila y transmite serenidad, y el único momento en el que se permite sacar su instinto primario es cuando se cruza con otro perro dentro de la cafetería. «Es normal, porque no deja de ser un animal», aclara esta guipuzcoana. Este tipo de distracciones son el pan de cada día para los usuarios de estos animales asistenciales, y precisamente la comida es el lema elegido este año por la ONCE en el Día Internacional del Perro Guía: «No le des comida, solo come la suya».
«Me pasa muchas veces... Y puede llegar a ser un problema», relata Miren sobre las ocasiones en las que la gente se acerca a su perra para darle comida. «El perro tiene una dieta específica porque tuvo unas alergias. Pero aún así, no se le debe dar comida, porque no es un animal corriente. 'Rasca' está trabajando y necesita estar concentrado para evitar que yo sufra algún impacto», explica. A esta joven goldador le gusta comer, como a cualquier can, «y ofrecerle un trozo de pan o algún otro producto va a provocar que pierda el foco de atención y que yo le eche la bronca por algo que no es responsabilidad suya, sino de otra persona», reconoce Miren, quien subraya que «parece una tontería, pero es un tema serio». Incide en ello porque está en juego su integridad física. Tal es la disciplina que deben tener estos perros que esta vecina del barrio de Egia asegura que «si yo me rozo con algo en la calle le ordeno ir hacia atrás para hacer de nuevo la trayectoria bien. Lo hago porque si no le corrijo tal vez en la próxima ocasión tenga un golpe más fuerte».
La instrucción de estos animales es un proceso largo y que requiere de mucho entrenamiento. 'Rasca', al igual que muchos de los 944 perros guía que hay en estos momentos en España, fue adiestrada en el centro de alto rendimiento que tiene la ONCE en Boadilla del Monte, Madrid, con unas instalaciones de más de 110.000 metros cuadrados. «De una camada de cachorros puede que solo uno llegue a ser perro guía», apuntan desde la organización. El nivel de entrenamiento es muy exigente porque la misión que tienen «es muy importante».
944 El dato
es el número de perros guía que hay en España. 25 de ellos están en Euskadi: 12 en Bizkaia, 10 en Gipuzkoa y 3 en Álava. Algunos de estos canes proceden de la escuela de formación de Rochester, en Nueva York.
Pero 'Rasca' no ha sido la única que tuvo que recibir una formación exhaustiva para desempeñar su trabajo, porque su ama también tuvo que ser instruida. «No fueron muchos días, pero fue una formación muy completa», recuerda esta guipuzcoana, que tuvo que «hacer prácticas con 'Rasca' en Madrid en calles repletas de gente, subiéndome al metro, al tren, etc. Tengo grabado a fuego algo que me dijo mi instructora: ''Rasca' es una perra muy buena, tienes que tomarte muy en serio su instrucción porque de ti también tiene que aprender muchas cosas'».
Miren no se olvida de los primeros «y complicados» pasos que dieron juntas 'Rasca' y ella. «Fue duro , sí. La perra llegó a casa y yo le notaba triste... Eso me hacía sentirme culpable. Lloré con ella unas cuantas veces, porque esto a nivel emocional es algo muy fuerte», revela esta zumaiarra. Por suerte, «las piezas acabaron encajando y ahora somos un gran equipo, aunque de vez en cuando le tenga que recordar quién es la jefa», apunta entre risas. La simbiosis entre Miren y 'Rasca' se hace patente en los largos paseos que dan estos días, aprovechando la luz de la primavera. «Solemos ir por Cristina Enea y por Riberas de Loiola. Nos encanta esta ruta, están siendo los mejores paseos de mi vida», confiesa emocionada. Es por la noche cuando Miren más agradece tenerle a su lado, «porque a mí antes me costaba encontrar mi casa, iba nerviosa con el bastón. Ahora con ella es mucho más sencillo y voy por la calle con mucha más confianza».
Un animal amparado por las leyes del Parlamento Vasco
«Rasca puede entrar en cualquier establecimiento. Así lo dice la ley», aseveran desde la Fundación ONCE del Perro Guía. Es un aspecto de suma importancia para la organización, «porque ya ha habido casos en los que a nuestros usuarios se les ha impedido la entrada a determinados lugares por ir con estos perros». En este sentido, el Parlamento Vasco aprobó en 2007 que estos animales «tienen libre acceso a cualquier tipo de establecimiento, público o privado, y al transporte público». Las excepciones son lógicas, «como por ejemplo la entrada a un quirófano, pero sí que puede estar junto a su amo en la UVI», recalcan. Estas situaciones de discriminación no han afectado a Rasca, pero Miren reconoce que «tengo amigas que lo han sufrido». Desde la ONCE recuerdan que «no son perros corrientes, son animales asistenciales que ahora ayudan también a personas con otras patologías».
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