«Somos felices, no han podido matarnos en vida»
Supervivientes ·
Las jóvenes indias Dolly y Soofiya fueron atacadas con ácido, pero ahora viven una «segunda vida» gracias a un proyecto con raíces guipuzcoanas«Somos supervivientes y luchadoras, no nos consideramos víctimas». De esta forma se definen Dolly y Soofiya, dos mujeres indias de la ciudad de Agra ... que fueron atacadas con ácido por hombres de su entorno y que desde entonces llevan las marcas del líquido corrosivo sobre su piel. Un infierno del que ahora están saliendo gracias a Sheroes Hangout, un proyecto con raíces en Gipuzkoa que pretende conseguir darles una «segunda vida» a mujeres como ellas. Sus historias narran la muerte y resurreción de personas que tuvieron que luchar contra la estigmatización y que, a pesar de intentar ser asesinadas en vida, ahora pueden ser felices.
Dolly, que ahora tiene 27 años, era una adolescente cuando un vecino suyo le arrebató las esperanzas. «Él tenía 35 años y yo solo 13. A diario me acosaba cuando iba a clase. Entonces llegó el día: estaba jugando con mis hermanos en casa y mi madre no estaba. Él entró y vino a mi habitación. Sacó un bote de ácido y me lo tiró a la cara», comenta emocionada. Pasó 20 días ingresadas y, tras ello, se recluyó en su hogar durante dos años: «Mi cara estaba destrozada y la sociedad me culpaba por ser mujer. En ese momento sentí que mi vida había acabado», especifica esta mujer, que en la actualidad está casada y tiene un hijo de seis años.
Este desamparo también lo sintió Soofiya, de 27 años. Su vida dio un cambio de dirección cuando su primo carnal le desfiguró el rostro. Tenía 14 años. «Estaba enamorado de mí y me pidió que me casara con él. Como le rechacé un día entró en mi casa y me tiró ácido en la cara mientras yo estaba con mi madre en la habitación. A partir de entonces sentía que mi vida había terminado y varias veces pensé en suicidarme. No tenía sueños, no tenía educación...», recuerda.
«Desde que conocí las cafeterías del proyecto Sheroes Hangout mi vida cambió por completo. Ahora soy feliz»
Dolly
Pero, tras ser asesinadas en vida, ambas mujeres pudieron resucitar gracias a la fundación Chhanv y al proyecto Sheroes Hangout, una red de cafeterías en la que las trabajadoras son supervivientes de ataques de ácido, uno de los delitos más comunes en India –entre 2010 y 2022 se registraron más de 750 agresiones de este estilo–. «En 2021, mientras estaba en un tratamiento, una chica me habló de los establecimientos. Decidí probar y asistí con mi cara cubierta con un pañuelo, el cual no me quitaba desde que me atacaron. Cuando llegué, todas las mujeres me preguntaron por qué me la tapaba. Desde ese momento comenzó mi segunda vida y ahora soy feliz», explica Soofiya.
«Me gustaría acompañar a otras personas como yo y ayudarlas a entender que toda crisis en la vida puede superarse»
Soofiya
Este resurgir también lo relata Dolly, que se enteró de la existencia de este proyecto a través de los periódicos. «En 2015 leí que habían abierto una nueva cafetería en mi ciudad y que estaban pensadas para ayudar a las personas a las que atacaron con ácido. Llegué con mi cara tapada y, nada más entrar, una chica me preguntó la razón por la que ocultaba mi rostro. 'No soy guapa', respondí. La respuesta me sorprendió: 'Tú no eres la que debe estar tapada, es él quien debe hacerlo'. Desde entonces mi vida cambió por completo. Ahora soy feliz», expone con una sonrisa.
Ayudar a los demás
Ambas mujeres asistieron ayer a Donostia de la mano de Bekoz Beko, una asociación guipuzcoana que lleva trabajando con la red de cafeterías desde 2017. Sheroes Hangout fue fundada en 2013 en India con el objetivo de «empoderar y liberar» a las mujeres que han sufrido estos ataques, explica Ashis –uno de los fundadores de la iniciativa–.
Esta fundación, además de darles un espacio seguro en el que puedan sentirse libres y acompañadas, corren con los gastos médicos, la atención psicológica y la formación académica de las mujeres que la conforman. «He aprendido un montón de cosas nuevas gracias a Sheroes: aprendí pastelería, pude empezar a dar clases de inglés, tuve la oportunidad de coger por primera vez un ordenador. Y ahora quiero aprender a conducir», reconoce orgullosa Dolly.
Pero aprender no es el único objetivo de estas supervivientes, sino que desde ahora ellas mismas quieren devolver las esperanzas a otras personas a las que intentaron asesinar en vida. «Me gustaría acompañar a otras personas como yo y ayudarlas a entender que toda crisis en la vida puede superarse y que la vida merece ser vivida», concluye Soofiya.
La Diputación impulsa el proyecto en India con 24.000 euros
Los departamentos de Sostenibilidad y Cooperación de la Diputación de Gipuzkoa, a través de la asociación Bekoz Beko, recibieron ayer a las dos mujeres y al fundador de la en India para reforzar su compromiso con el proyecto feminista. En total se destinarán 24.000 euros al proyecto en la India:4.000 para instalar paneles solares en uno de los establecimientos de la red de apoyo y 20.000 para reforzar la formación y autonomía de las supervivientes. «La sostenibilidad no es solo una cuestión ambiental. También es una herramienta de justicia social», explicó Mónica Pedreira, directora de Transición Energética.
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