Una farmacéutica alerta sobre los peligros de un mal uso de las lentillas: «El agua no es un desinfectante»

«No hagas estas barbaridades con las lentes de contacto si no quieres tener una grave infección», advierte con contundencia la farmacéutica Elena Monje, , conocida en redes sociales como @infarmart, quien ha decidido explicar algunas prácticas alarmantes que ha escuchado —y presenciado— en su farmacia. Entre las costumbres más peligrosas que señala Elena Monje pone el foco en lo que ya ha bautizado como «la técnica del vaso de chupito».

«Cuando no tienen ni líquido de lentillas ni porta lentillas, echan en un vaso de chupito un poco de agua e introducen la lente de contacto. Muy mala idea», asegura. La razón es sencilla pero crítica: el agua, aunque parezca inocua, no es un desinfectante, y de hecho es el caldo de cultivo perfecto para microorganismos que pueden terminar provocando infecciones oculares graves.

«El agua nunca debería de tocar la lente de contacto. La siguiente vez que te la pongas puedes infectarte gravemente», advierte Monje.

Pero eso no es todo. Según la farmacéutica, el agua también puede deformar la superficie de la lentilla, haciéndola incómoda o incluso inutilizable. Por ello, desaconseja su uso en piscinas y, en caso de necesidad, recomienda utilizar lentillas diarias de un solo uso.

También lanza una advertencia a quienes, en un momento de desesperación, deciden quitarse la lentilla y chuparla para intentar «hidratarla». «Sí, sí, eso lo he visto hacer yo en directo», dice entre sorprendida y preocupada. «En ese caso utiliza alguna lágrima artificial que la lubrique, que ya casi todos son aptos para lentillas», aconseja Elena Monje.

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