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El ritmo de las canciones puede incrementar la efectividad del ejercicio. Jeff Pachoud / AFP
Esto explica por qué escuchar música mejora el rendimiento deportivo

Esto explica por qué escuchar música mejora el rendimiento deportivo

Cuando haces ejercicio escuchando música te cuesta menos esfuerzo o mantienes mejor el ritmo. Este efecto no es casual y tiene una explicación

Raquel alcolea díaz

Miércoles, 26 de junio 2019, 07:23

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Puede que hayas notado que cuando haces ejercicio escuchando música te cuesta menos esfuerzo o mantienes mejor el ritmo. No es solo una percepción. La música libera endorfinas, la hormona de la felicidad. Y eso hace que nos sintamos bien, pero su aportación en el terreno deportivo es aún mayor. Su impacto se suele resumir en cinco puntos: disociación, sincronización, respuesta emocional, desarrollo de habilidades motoras y aumento de la fluidez de movimientos.

La disociación es la cualidad de la música para hacernos olvidar el esfuerzo, la fatiga, nos ayuda a superar nuestros limites. Podemos usar además distintos ritmos musicales según los necesitemos. «Nosotros usamos el ritmo de las canciones para incrementar la efectividad de cada ejercicio. En el calentamiento la música va subiendo en intensidad hasta alcanzar un máximo, ese es el momento en el que comenzamos con los ejercicios con el saco de boxeo», explica Jesús Blanco, master trainer en Brooklyn Fitboxing.

Se reduce el consumo de oxígeno

El ideal para hacer deporte son las canciones con un tempo de 125-140 ppm (pulsos por minuto). De hecho, los expertos revelan que sincronizar la actividad deportiva con música reduce el consumo de oxígeno un 7 % así como el coste metabólico. Esto se debe a que los músculos se relajan y por lo tanto consumen menos energía. «Nos dimos cuenta de que la gente aguantaba mejor la clase si la música era la adecuada. Además, el impacto emocional también es llamativo, se van con las pilas cargadas y eso es en parte por la música», asegura Jesús Blanco, que además revela que los sacos de esta práctica deportiva también puntúan la sincronización de los fitboxers con la música, por lo que las rutinas se diseñan para que la música vaya alineada con cada golpe. «Esto es especialmente útil porque el cerebro se centra en mantener la sincronización y se olvida del esfuerzo que está haciendo. Además, las canciones que acompañan los rounds son especialmente motivadoras y cañeras para que ayuden a continuar», añade.

Conecta con nuestras emociones

Algunos deportistas profesionales usan la música antes de una competición para relajarse y visualizar el triunfo o en su entrenamiento para marcar el ritmo y mejorar resultados. La música evoca sensaciones y ayuda a movernos de manera más fluida. Escuchar canciones que nos apasionan o recuerdan aquella noche con amigos o una escena concreta de una película nos ayudan también a mejorar la técnica deportiva pues se ha comprobado que cuando se aprenden movimientos al ritmo de la música se recuerdan con más facilidad.

La música nos mueve... y conmueve

Son muchos los estudios que avalan la capacidad de la música de alterar el estado de ánimo. Asimismo, está tan interiorizada en la rutina que ha hecho evolucionar al cerebro, incluyendo sentidos y significados nuevos para cada nota. Así, según avanzan las generaciones, la música evoluciona, participando y haciéndonos partícipes de nuevas experiencias y sensaciones. Según explica Alfonso G. Aguilar, fundador de Sounditi, compositor musical y experto en neurociencia, estos son algunos de sus efectos:

- Influye en los cambios de humor: La música ayuda a liberar tensiones, a aumentar la relajación y a evocar recuerdos que generan emociones positivas.

- Activa áreas del cerebro: En concreto la de la imitación y la empatía, que se encargan de ayudarnos a ponernos en el lugar del otro, generando un clima de colaboración y cooperación entre personas y fomentando la comprensión.

- Ayuda a expresar sentimientos: En ocasiones, compartir una canción puede llegar a traspasar la barrera del lenguaje y ayudarnos a expresar sentimientos que somos incapaces de explicar a través de nuestras propias palabras.

- Revive recuerdos personales: La música genera profundos sentimientos y sensaciones, por lo que algunas melodías se llegan a convertir en parte de nuestra historia vital.

- Contribuye a conformar nuestra cultura: Desde las primeras melodías prehistóricas elaboradas a base de golpes de piedras y huesos, hasta las últimas creaciones electrónicas en las que los sonidos creados digitalmente son habituales en las pistas de baile. La música forma parte de la evolución y, con ella, la mente humana ha podido enriquecer su cultura.

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