Odile Rodríguez de la Fuente: «Con el cambio climático tenemos que tocar fondo para empezar de cero»
Advierte que van a subir las temperaturas medias y que las sequías y lluvias torrenciales «serán más frecuentes». El jueves ofrece una conferencia sobre clima en Donostia
Odile Rodríguez de la Fuente (Madrid, 1973) parecía predestinada a dedicarse al medio ambiente y la sostenibilidad. Ya cuando era pequeña, su padre, Félix, intuyó ... que su hija seguiría sus pasos. Así como su progenitor dio el primer gran aldabonazo a la conciencia medioambiental de la población con sus inolvidables vídeos sobre animales, Odile continúa esa pasión por la sostenibilidad de nuestro medio natural y su divulgación. Ayer celebró el Día Mundial del Medio Ambiente y este jueves a las 19.00 horas la bióloga impartirá una conferencia sobre el cambio climático en el Museo San Telmo dentro del ciclo Agora K2050, organizado conjuntamente por la Fundación Cristina Enea, el Ayuntamiento de San Sebastián y el propio museo.
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– ¿Cómo definiría la situación actual de nuestro planeta?
–No quiero ser muy catastrofista, pero yo diría que muy crítica. Los científicos están proponiendo que hemos dejado el holoceno, que ha sido la etapa geológica de mayor estabilidad para el ser humano, y hemos comenzado una nueva bautizada con el nombre de antropoceno. Esto hace ver que, en primer lugar, la mayor fuerza de la naturaleza, la que está causando más impacto a nivel mundial, es la del ser humano. De ahí que los científicos digan que estamos en una sexta gran extinción masiva.
–Algunos estudios apuntan a que, en pocos años, Euskadi podría tener unas temperaturas como las actuales en Andalucía. ¿Es una exageración?
–Hay muchas hipótesis. Se habla de que la subida de las temperaturas es de 1,1 o 1,2 grados a nivel global, pero luego a nivel local, en cada zona, es muy difícil saber lo que va a ocurrir porque influyen muchos factores. En toda la costa cantábrica, por ejemplo, las montañas hacen que haya un clima diferente al del resto de la península. No se pueden hacer previsiones, pero lo que sí sabemos es que van a subir las temperaturas de media y que los eventos meteorológicos (sequías prolongadas con temperaturas muy altas, lluvias torrenciales...) van a ocurrir de forma más frecuente.
– ¿Qué implicarían esas subidas de grado y medio o dos grados?
–Que podamos perder el control del sistema vivo planetario y entremos en un escenario con cambios en las corrientes oceánicas y atmosféricas. También que la franja tropical se vaya ampliando. Pero hay que aclarar que no es que la temperatura vaya a subir 1,5 grados en verano o invierno, porque eso es meteorología, no es clima. En algunas zonas podría llegar a subir incluso 15 grados.
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«No quiero ser muy catastrofista, pero la situación global de nuestro planeta diría que es muy crítica»
–Lo que aumentaría los ya serios problemas de sequía en muchos puntos del planeta...
–Está muy relacionado con el uso que hacemos del agua, y el problema es que la hemos derrochado. Cada vez tenemos que hacer pozos más profundos y va a llegar un momento en el que no vamos a encontrar balsas de agua. Hay que hacer un uso más eficiente y circular del agua. Eso va desde los regadíos por goteo (Israel es un buen ejemplo) hasta el uso que hacemos las personas. No se pueden llenar y vaciar las piscinas todos los años. Nos tenemos que mentalizar de que en España el agua es un bien escaso.
«La subida de 1,1º o 1,2º es a nivel global, pero en algunas zonas la temperatura podría aumentar hasta 15º»
–¿Qué le diría a un negacionista?
–Que lea más, que se informe más, que busque fuentes fiables. La ciencia no es un tema de opinión. Hay estudios. Que vayan a conferencias, que lean libros o incluso vean películas y documentales sobre ello.
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–Ha afirmado que el ecologismo necesita ciertas adaptaciones. ¿Cuáles?
–Considero que, más que ecologismo, todos deberíamos practicar el vitalismo. Porque el ecologismo sigue siendo considerado un sector y está muy mezclado con ideología y política. Lo que tenemos todos en común es que estamos vivos y somos una especie más en un planeta en el que convivimos con otras especies. En ese sentido, el ecologismo tiene que salir de su nicho y esforzarse por llegar a todo el mundo. No colocarse en una trinchera sino darse cuenta de que los retos que tenemos por delante o los afrontamos todos juntos o será imposible.
–Parece que la causa principal del cambio climático es el abuso de combustibles fósiles. ¿Son suficientes los cambios que se están impulsando?
–No lo suficiente, y me da rabia esa visión reduccionista de lo que es el cambio climático. El reto que supone implica un cambio de paradigma total. Afecta a la concepción que tenemos de la economía, afecta a la educación, a la alimentación, a la producción primaria, a las ciudades y cómo están diseñadas o cómo hacemos el consumo. Va mucho más allá de los vehículos y la energía.
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–Usted ha dicho que el cambio para hacer frente a este fenómeno debe ser global. ¿En qué tenemos que cambiar respecto al consumo, movilidad, reciclaje...?
–Hay dos cambios que tenemos que hacer, uno a nivel individual y otro colectivo. Si nosotros no estamos bien con nosotros mismos, con nuestra alimentación, trabajo, relaciones, salud o la presencia de naturaleza en nuestras vidas, todos los cambios van a ser parches. Una crisis sistémica es un reflejo de la crisis individual que cada uno de nosotros tenemos en nuestras vidas.
«El cambio climático supone un reto mayúsculo que afecta a muchas cosas más allá de los vehículos y la energía»
–Parece que en materias como la capa de ozono estamos consiguiendo volver a parámetros más aceptables. ¿Mantiene un optimismo moderado?
– Sí, siempre. No consigo entender cómo es posible que algo tan extraordinario como es la conciencia no esté al servicio de la vida y que seamos los que vamos a acabar con millones de especies en el planeta. Creo que tenemos que tocar fondo para empezar de cero.
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–Si reducimos el consumo, aumenta el paro. ¿Cómo combinar ambas cosas?
–Esto lo tenemos que cambiar. Hay dos parámetros: la realidad física que nos rodea y la cultural que creamos con unas reglas que sí podemos modificar. La economía se tiene que adaptar para estar al servicio de la vida y no al contrario. Ahora mismo en el centro está la economía, que se trata de un medio para un fin y no al revés. Estos cambios no nos van a llevar a menos puestos de trabajo, porque la nueva economía circular va a crear muchos más nichos de empleo.
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