Las familias vascas gastarán este curso 2.047 euros de media por hijo

El gasto por hijo y año en el País Vasco no alcanza los números que registra la Comunidad de Madrid con 2.904 euros de media, pero es mil euros superior a Castilla y León donde las familias deben invertir por alumno una media de 1.056 euros.

En la encuesta que ha realizado para este nuevo curso la OCU se destaca que la inversión familiar difiere mucho según el tipo de centro. Así, estudiar en un colegio de la red pública puede ocasionar un gasto anual por hijo de 1.060 euros. Dos mil euros más tienen que sumar quienes tienen hijos estudiando en la red concertada, que afrontan por término medio una media de 3.045 euros. Esta cifra se multiplica por dos en el caso de ser un centro privado (7.030 euros).

La matrícula y las cuotas suponen el 42% de la factura escolar anual en un colegio concertado. Tras ellas, la principal carga económica es el comedor, cuyo precio ronda los 96 euros mensuales en la red pública, 38 menos que en la concertada (134 euros/mes). El siguiente gasto son las actividades extraescolares con costes distintos según la red: 68 euros/mes en colegios públicos y 76 euros/mes en concertados.

Septiembre es un mes de gastos para las familias que antes de pagar las facturas del colegio tienen que hacer frente a libros, material escolar y ropa. De media los libros de texto, según la encuesta de la OCU, cuestan 218 euros. El precio se encarece según la etapa educativa. Así, en Infantil el precio llega a los 146 euros, en Primaria el coste medio es de 203, de 242 en Secundaria y alcanza los 257 si se cursa Bachillerato. A esto hay que sumar 106 euros de material, de media, más el gasto en ropa y calzado, además de la equipación escolar bien sea uniforme o ropa de obligatorio uso como puede ser la deportiva. Las familias deben abonar también la cuota del AMPA o asociaciones equivalentes (28 euros de media). En la larga lista de la cesta de la vuelta al colegio, el total puede suponer 530 euros de gasto.

Con todo, los alumnos a partir de los dos años escolarizados empiezan las clases a partir de mañana. Cada centro educativo organiza su propio calendario y en Gipuzkoa algunos darán inicio con las presentaciones del curso el lunes 11 de septiembre. En los centros públicos el departamento vasco de Educación ha puesto como tope para finalizar este año lectivo 2023-24 el 21 de junio. Por medio, vacaciones de Navidad, que incluirán al menos el periodo comprendido entre el día 23 de diciembre y el 7 de enero, y las de Semana Santa, que comprenderán días libres, al menos, entre el 28 de marzo y el 1 de abril, ambos inclusive.

Desde hace seis días el personal de los centros educativos vive unas jornadas «intensas» de trabajo para tener todo a punto para la llegada de los estudiantes. La mayoría deja trabajo adelantado antes de coger las vacaciones de verano, «pero hay mucha tarea en organizar las aulas, preparar el material individual y colectivo, poner a punto horarios de clases, extraescolares, servicios de comedor y autobús...», enumera Aitor Uriondo, director de Axular Lizeoa en una lista de tareas que parece no tener fin. «Puesta a punto del propio edificio con la reparación de pequeñas cosas que hay que hacer, reuniones entre tutores que dejan un grupo y cogen otro, cómo preparamos la acogida a los nuevos alumnos... Hay trabajo para aburrir».

Uriondo afronta su octavo curso como director «con ganas», «todos los años pienso que va a ser tranquilo y en todos surgen retos», añade. Los primeros días ponen especial cuidado en que los alumnos y familias «se sientan bien desde el primer día». «La atención cambia según las etapas educativas. No es lo mismo tratar con las inseguridades de los padres de niños de dos años, que recibir a alumnos de la ESO que ya saben lo que es venir a la ikastola».

Con la misma intensidad viven los días previos a recibir a los más de 2.000 alumnos que tiene Aldapeta María Ikastetxea. Su director, Jose Eizmendi, se estrena en el cargo «con ganas, responsabilidad y una mezcla de alegría e ilusión», pero no esconde que va a casa «y la cabeza sigue dando vueltas con asuntos pendientes».

La agenda de reuniones se ha multiplicado desde que se incorporaran primero el personal administrativo y luego los docentes. «Son días de ajustar horarios de clases, de coordinar calendarios de exámenes de etapas para que no se acumulen o de actividades que organiza el propio centro. Además, tenemos que organizar la solicitud de las licencias digitales de los libros y mantener reuniones con las familias», añade. En su caso, las matrículas de Bachillerato están todavía abiertas hasta finales de mes, «según las inscripciones hay que reordenar grupos y replantear todo. Es un sin parar».