Eva Ferreira | Rectora de la UPV/EHU
«Las universidades públicas tienen que aprender a comunicar mejor su oferta»Con el reto demográfico, el aumento de opciones de posgrados de carácter internacional es una de las apuestas, pero «si no nos conocen no podemos atraer a estudiantes»
El curso 2023-24 ha comenzado en la UPV/EHU con una huelga por las condiciones de trabajo de los profesores sustitutos. La nueva ley ... que ordena la vida universitaria –LOSU– regula los contratos a tiempo parcial y desde los sindicatos se acusa a los gestores de la universidad de aplicar la norma de manera «estricta». La rectora de la universidad pública vasca, Eva Ferreira, reconoce sentirse «algo dolida» por las críticas ante esta cuestión. «Quienes debemos firmar los contratos debemos atender al principio de legalidad, no es una cuestión de voluntad», se defiende. Y asegura que están buscando las fórmulas para minimizar las consecuencias de la ley.
– ¿Tiene margen para poder actuar en los contratos de los profesores sustitutos?
– Antes de la LOSU hacíamos contratos a tiempo parcial y a tiempo completo cuando una persona hacía sustituciones. En la nueva ley la figura del sustituto está regulada a tiempo parcial porque solo puede sustituir la parte docente que es una dedicación parcial. Formalmente, como universidad no podíamos hacer enmiendas a la ley, que sí hicimos a través de partidos políticos pero no prosperaron.
– ¿Qué pueden hacer?
– Estamos ya tratando de minimizar esos contratos y maximizar los que sean de plazas vacantes. Hemos sacado ya a concurso 16 de ayudante doctor. Además estamos elaborando un plan plurianual de plantilla para hacer la gestión del personal. Esto supondrá que aunque no haya necesidad, haciendo una previsión de las jubilaciones que van a haber a largo plazo, adelantaremos las plazas vacantes.
– ¿Sabe cómo ha sido recibida la moratoria de la aplicación de la ley que pidió el consejero de Educación, Jokin Bildarratz, al ministro de Universidades, Joan Subirats?
– Con el momento político que vivimos no es fácil que haya ningún cambio de ley en estos tiempos, así que nos toca movernos en el 'mientras tanto', que va a ser tratar de que haya más puestos de dedicación completa a través de la figura del ayudante doctor. Es la manera normal de entrar en la universidad, hacerlo mediante sustituciones no es la manera más adecuada.
«Aumentamos las plazas vacantes y minizamos las parciales, es una figura que no debemos perder»
– ¿Significa que se acabará, en algún momento, con los contratos parciales?
– Es una figura que no hay que perder. Son útiles para gente que tiene un trabajo y le interesa dar clases en la universidad. Existen aquí, y en otras sustituciones y empresas. Cuando se quiere hacer una carrera académica, y hay sitio para hacerla, la forma de entrar no es a través de un contrato parcial.
– ¿Cuál es la fotografía actual de la UPV?
– Es una universidad que está sana, que trata de mejorar y que evoluciona con un buena dinámica. Nuestras actividades son cada vez más visibles y tenemos el foco puesto en la formación, la investigación, la transferencia e impacto social.
– ¿Qué destaca del Plan universitario 2023-26?
– Nos da un suelo para poder saber a qué nos comprometemos los próximos años. Nuestros retos están en mejorar nuestras metodologías innovadoras, más formación dual e internacional, la internacionalización es importantísima, la relación con la sociedad, la digitalización. Debemos dar empujes a la aulas universidad-empresa pero también a las de universidad-sociedad, que son las que plantean un reto social.
– ¿Qué más van a potenciar?
– Debemos impulsar la formación a lo largo de toda la vida, es lo que llamamos microcredenciales. También la formación a demanda. A su vez, atraer y retener talento tanto en investigación como en los procesos formativos. Y luego existe el margen de mejora en el ámbito de las infraestructuras.
– ¿La UPV debe buscar otras fuentes de financiación?
–En la universidad debemos hablar de inversión y no de gasto. La confianza que la sociedad pone en su universidad, esta lo devuelve con creces. Por cada euro que se invierte se devuelven cuatro a la sociedad. En esa inversión entran instituciones públicas, presupuestos del Parlamento Vasco, y otras fuentes por proyectos de investigación, y queremos aumentar también la inversión privada. El ámbito privado tiene que ser consciente de que la investigación hay que financiarla, y que eso es bueno para el resultado final y las estrategias a medio-largo plazo.
– ¿Cómo va a aumentar la presencia de estudiantes extranjeros?
– Con principio de realidad, la apuesta hay que hacerla en el posgrado. Las universidades de mayor prestigio tienen un gran atractivo en este apartado, ahí es donde tenemos que apostar fuerte. Ahora tenemos un nuevo plan para reformular algunos másteres. La dinámica debe ser más rápida que el grado, que debe tener una estructura más estable. Y luego está la parte de la comunicación, que es vital. Tenemos que lograr estar en más ferias, conseguir contar nuestra oferta, comunicar mejor. Quizá las universidades públicas no estamos tan acostumbradas a los procesos de marketing como las privadas.
«La formación dual no es ni mejor ni peor que la básica, es distinta. Ambas deben coexistir»
– ¿Tienen que aprender a venderse mejor?
– Darnos a conocer y de una manera atractiva, no vender. Si no nos conocen es difícil que los atraigamos y para eso tenemos que contar quiénes somos. En esto la presión demográfica también tiene su incidencia, y la bajada de natalidad marca mucho. De una manera sana, todo el sector productivo compite por las personas mejor preparadas.
– Otro de los retos es impulsar el emprendimiento en los estudiantes, ¿cómo lo trabajan?
– Nos hemos acostumbrado a que cuando las personas terminan un grado se tienen que dedicar a echar currículums, que está muy bien. De hecho, tenemos cursos y formas de enseñar a hacerlo. Pero asimismo tenemos que enseñarles que en su parrilla de salida también puede estar generar su propia empresa. Tenemos tres viveros de empresas, uno en cada campus, coordinado por las diputaciones, donde se ayuda a que de un trabajo fin de grado o máster creen su propia empresa. Estamos a 15 spin-off al año, y nuestro reto es llegar a 17 en un par de años o tres. El número absoluto quizá no nos diga nada, pero somos la segunda e incluso la primera en generación de spin-off del Estado. Y hay bastantes casos de éxitos y de durabilidad.
«Vamos a necesitar mucha tecnología y ciencia pero también muchísima ética y reflexión humanística»
– La formación dual aumenta, ¿es a lo que deben tender todos los grados?
– Aumentamos la oferta en formación dual en un 50% pero no significa que sea ni mejor ni peor, es distinta. No creo que todos los grados tengan que tenerla. La formación básica, abierta, no orientada a ningún interés específico tiene que estar. Deben coexistir en la universidad, tener una formación más específica con una más generalista, no sabemos dónde estarán los empleos dentro de diez años.
– Cómo se aumenta la presencia de profesoras en carreras STEM?
– Lo importante es que conozcan que tienen la posibilidad. Es sospechoso que haya tan pocas mujeres en según qué carreras. Lo importante es que las niñas sepan que si quieren, pueden. Desde la universidad tenemos que decirles los estudios que hay y sobre todo que tengan modelos. La parte de referencias es importantísima. Es muy difícil que se le ocurra si no tiene a alguien cerca. Trabajamos mucho en visibilizar las mujeres en ciencia.
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– Con el foco en los grados de ciencias, ¿corremos el riesgo de dejar de lado las humanidades?
– Espero que no y trabajamos para que no. Los retos que tenemos por delante van a necesitar mucha tecnología, mucha ciencia básica pero también muchísima ética, conocimiento histórico, reflexión humanística. No veo que podamos desarrollar la IA sin tener muchos debates filosóficos, éticos.
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