Encontrar la vocación estudiando a distancia
Cerca de 1.400 guipuzcoanos estudian cada año de forma semipresencial en la UNED de Bergara, que el año que viene cumple 50 años
La Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) con sede en Bergara cumple medio siglo el año que viene, y cada curso acoge a más de 1.400 guipuzcoanos, como la oñatiarra Maialen Igartua o Helga Massetani, vecina de Irun. Realizan sus estudios académicos en el centro educativo de forma semipresencial, al tener que compaginar su vida laboral con la académica. Así, las clases se extienden entre pantallas y horarios flexibles más allá del aula.
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Este año, la Uned oferta 30 grados –no requiere nota de corte–, 75 másteres universitarios y 21 programas de doctorado. Además, se ofrecerán dos nuevos títulos combinados, Ciencia Política y Sociología y Derecho y Trabajo Social. Para matricularse, quien lo desee podrá hacerlo antes del martes, 4 de noviembre.
El coste total del curso en este centro educativo público ronda los 1.200 euros, una cantidad que incluye las tasas de matriculación, la expedición del título, la gestión del curso y la docencia, entre otras cuestiones.
Juan Antonio Jiménez Educador
«Tardé 15 años en terminar porque quería aprender»
Juan Antonio Jiménez, irundarra de 51 años con más de dos décadas de experiencia en la intervención psicosocial, terminó de estudiar la carrera de Psicología el año pasado después de 15 años. «Tardé tanto tiempo por dos razones. Primero por conciliación laboral y familiar –tiene un hijo–, ya que cada año cogía dos asignaturas como máximo. Pero, sobre todo, porque me he centrado más en el proceso de aprender y en la utilidad práctica de los conocimientos que en los resultados de aprobar. Cada materia me ha ayudado a mirar, intervenir y evaluar de forma diferente mi trabajo», razona.
Este guipuzcoano se licenció en Pedagogía por la UPV en 1988, pero encontró en la Uned la oportunidad perfecta para «ampliar los conocimientos» que tenía en los métodos de educación emocional. «Lo que descubrí en la universidad superó con creces mis expectativas. Además de la flexibilidad, me encontré con una rigurosidad empírica y científica que no me esperaba».
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Para Juan Antonio, pasar por la Uned no fue solo una experiencia académica, sino más bien una «transformación», aunque reconoce que el estudio ha supuesto un «reto personal». «Quien quiera estudiar en la UNED debe ser una persona constante, organizada, con capacidad de sacrificio, responsable y, sobre todo, apasionado por lo que quiere estudiar. Sin esos ingredientes el alumno lo tendría muy complicado», sentencia.
Maialen Igartua Ingeniera informática
«Entré por curiosidad y acabé encontrando mi vocación»
Maialen Igartua, joven de 32 años originaria de Oñati, es ingeniera informática. Pero, al igual que en los demás casos, esta no fue la primera carrera que estudió. «Inicialmente me gradué en Bioquímica, pero mientras trabajaba en una empresa descubrí que me interesaba mucho la informática. Entonces decidí ingresar por curiosidad en la carrera de Ingeniería Informática. No entré con la intención de cambiar de trabajo, pero en la UNED encontré mi vocación».
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Esta oñatiarra, que tardó seis años en graduarse, se decantó por la universidad a distancia de Bergara por la flexibilidad de su modelo semipresencial. «Yo pude organizarme bien porque me dieron la posibilidad de elegir las asignaturas y la carga lectiva que quería cursar cada año. Iba estudiando cuando más me interesaba y mejor me venía, porque los materiales estaban disponibles por internet», destaca, aunque sí hizo uso de las tutorías presenciales que tenían lugar una vez a la semana –los sábados por la mañana– en el centro de Bergara. «Esta dinámica es muy positiva porque, además de resolver dudas, puedes tener un contacto más humano con otros compañeros, lo que hace que no te sientas tan sola».
Además de la flexibilidad y la compañía humana, esta guipuzcoana también considera como un punto favorable que la UNED sea un centro público ya que, desde su punto de vista, este hecho «favorece la accesibilidad» de los estudios, al adaptarse al momento vital y a las necesidades de cada alumno. «Si hubiera tenido que estudiar la carrera en una universidad privada seguramente nunca hubiera dado el paso y no me hubiese cambiado tanto la vida», resume.
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Helga Massetani Empresaria cultural
«A pesar de la distancia, generas vínculos afectivos»
Helga Massetani (45 años) es originaria de Buenos Aires, donde estudió Bellas Artes, pero lleva 20 años viviendo en Euskadi. En Irun ha fundado la empresa Bitamine, un proyecto cultural y artístico que se enfoca en la «vida de frontera». «En 2021 empecé a estudiar Sociología en la UNED para complementar mis conocimientos y poder desarrollar mejores productos culturales y sociales. Me interesaba conocer detalles sobre técnicas de investigación y la verdad es que estoy aplicando en mi día a día todos los conocimientos teóricos que voy aprendiendo».
Pero, además de complementar su formación previa, el grado de Sociología –que aún sigue estudiando– le parecía una buena forma de «mantener los pies en la tierra». «Aunque las dos carreras están vinculadas con las Humanidades, Bellas Artes tiene un componente imaginativo o creativo muy fuerte. Sociología, en cambio, está más enfocada en los métodos científicos. Lo que más me llamó la atención fue la posibilidad de equilibrar esos dos mundos y de poder crear un producto más cercano a la sociedad».
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Massetani compagina el trabajo y los estudios con una vida familiar en la que debe cuidar de sus dos hijas menores de edad. «Este formato es un reto y se me está haciendo complicado, no solo para mí sino para toda la familia. Y la verdad que en ese sentido tengo mucha suerte porque han entendido que hay veces en las que me tengo que dedicar a estudiar». Para ella lo más importante para encarar una carrera en la Uned es la organización del tiempo. «Esta carrera no es fácil y no se lo recomiendo a todo el mundo. Yo he tenido mis etapas y he llegado a la conclusión de que la mejor forma de sobrellevar el estrés y la exigencia es tomárselo con calma».
A pesar de no poder asistir a las tutorías presenciales por temas de conciliación, esta mujer destaca que el estudio de la carrera a distancia no carece del componente humano. «Es extraño porque, a pesar de la distancia y a base de activar las cámaras en clase o de conversar con ellos por correo, he podido generar vínculos afectivos con algunos profesores, con los que me he llegado a encontrar en algunos eventos».
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Iñaki Esparza Director
«La UNED existe porque hay una necesidad en el sistema»
Iñaki Esparza, director de la UNED de Bergara desde hace 15 años, cree que la «necesidad» justifica la existencia de un centro de formación de estas características en el territorio. «Nuestro objetivo es que ninguna persona se quede sin poder acceder a estudios universitarios por razones externas. En Gipuzkoa existen universidades de todas características –privadas, públicas...–, pero esta oferta no garantiza que todos los ciudadanos que quieren estudiar puedan hacerlo. Cada curso académico más de mil personas se matriculan en la UNED, lo que refleja la necesidad de un centro como el nuestro, que se acomoda a la agenda y posibilidades de la persona, y no al revés», expone.
Este profesional comenta que la UNED se enfoca en personas «con poca disponibilidad de tiempo», pero que a su vez tienen interés en «estudiar una carrera y sacarse un grado». «La mayoría tiene otro tipo de ocupaciones por lo que no disponen de todo su tiempo. Por eso la flexibilidad es importante para nosotros: en este centro se pueden matricular de un mínimo de un crédito y de un máximo superior al que posibilitan las universidades presenciales». El propósito de esta forma de trabajar, añade el director, es que cada alumno «pueda decidir cuánto y cómo cursar el grado, adaptándose a sus circunstancias personales y laborales».Pero si hay un rasgo que destaca este profesional es el sistema semipresencial, lo que permite distinguirse de otras universidades a distancia. «Un día a la semana, damos la oportunidad de que los alumnos puedan asistir a tutorías y clases presenciales, lo que permite paliar las tasas de fracaso causadas por la ausencia de contacto físico y la soledad».
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