La convivencia mejora cuando toda la comunidad se implica
Los colegios e ikastolas cuentan desde hace años con equipos BAT para solucionar conflictos y los propios alumnos ejercen de mediadores con sus compañeros
Cuando toda la comunidad educativa se implica la convivencia en el aula –pero también en el recreo, en el jantoki o en las extraescolares– mejora sustancialmente y el acoso es mucho más sencillo de prevenir. Lo saben bien los profesores, los alumnos, las familias y el equipo no docente de la ikastola Abendaño de Vitoria, un centro pionero a la hora de implementar iniciativas que aumentan el bienestar de los estudiantes. Cuentan desde hace años con un equipo BAT (Bizikidetzaren Aldeko Taldea / Bullyingaren Aurkako Taldea), en castellano 'grupo en favor de la convivencia' formado por una decena de profesionales que se encargan de trabajar estos aspectos en el centro.
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Esta figura del BAT existe en todos los centros de Euskadi, tanto privados como concertados, y su función es doble: formar a la comunidad en compartir experiencias de manera positiva y cuando se detecta un caso de acoso organizar una intervención ágil y coordinada. Para ello es fundamental la formación que reciben desde los Berritzegunes, el servicio de apoyo que asesora y forma a los docentes vascos. «El objetivo principal es trabajar la prevención de los problemas de convivencia de una manera muy práctica», resume Esti Etxebarria, asesora del Berritzegune. Desde este curso las sesiones se realizan con grupos de docentes mucho más reducidos, lo que ayuda a ofrecer una formación más personalizada. «Se respira una enorme ilusión, entusiasmo y muchas ganas. Compartir buenas prácticas entre todos, ver qué está funcionando en un centro para poder aplicarlo en otro es súper importante», añade Etxebarria, que imparte sesiones de dos horas de duración.
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Amagoia Martín
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Esti Etxebarria
Las primeras se centran en el liderazgo del equipo BAT y en el compromiso con la comunidad. «Es fundamental dar a conocer el equipo BAT en el centro y a las familias, que sepan que existe y para qué sirve». Siempre poniendo el bienestar del alumno en el centro y buscando la implicación de las familias y del resto de la comunidad educativa.
Amagoia Martín, directora de la ikastola Abendaño de la capital alavesa, habla desde su propia experiencia. «Aquí en nuestro centro tenemos muy asimilada la cultura de que somos una BAT ikastola. No miramos para otro lado cuando hay un conflicto, si vemos un problema intervenimos», resume alabando la sensibilización de todo el alumnado con este aspecto. En su caso llevan varios cursos aplicando una original iniciativa para solucionar los conflictos que puedan surgir en el aula, en el recreo o en cualquier otro espacio. Son los propios alumnos los que ejercen de mediadores. Cada clase escoge a dos menores (normalmente un niño y una niña) que se identifican con un pañuelo o peto naranja. Cuando se produce un conflicto o una discusión ellos son los encargados de intentar solucionarlo. Se sientan con los implicados en una salita dedicada a ello y debaten sobre cómo arreglar el problema. La fórmula ha resultado un éxito y otros colegios de la capital alavesa ya han tomado nota.
«Hay que acabar con mitos como que los conflictos son cosa de niños o que las peleas no son tan importantes», reflexiona la asesora del Berri-tzegune. Gracias a proyectos como los del equipo BAT los alumnos adquieren herramientas para mejorar las relaciones sociales «que son válidas a los 8 años, a los 18 y a los 88», valora la directora de Abendaño. En prevención, la apuesta del departamento de Educación del Gobierno Vasco es convertir las escuelas en entornos seguros y libres de 'bullying'. Para ello la iniciativa Bizikasi, activa desde 2018, ha desplegado formación y materiales para ayudar a distinguir entre conflicto y acoso y mejorar la detección temprana.
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