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Las aulas de Educación Infantil y Primaria de los colegios guipuzcoanos continúan vaciándose a una velocidad de vértigo. La caída en picado de la natalidad desde finales del pasado siglo está causando estragos en el sistema educativo, donde cada curso hay menos niños a los ... que enseñar y más colegios a los que asistir para evitar su desaparición. Para muestra, un botón. Solo en Gipuzkoa se ha dado un descenso desde 2014 de 14.000 críos menos entre Infantil y Primaria -de 0 a 12 años-, que es una cifra que podría equivaler perfectamente a 700 aulas menos en una década.
Las nuevas estadísticas oficiales que ha publicado el Gobierno Vasco en las últimas horas sobre las matriculaciones en los centros educativos de Euskadi son esclarecedoras. La pérdida de niños en las escuelas vascas es notable -6.000 menos entre Infantil y Primaria de 2023 a 2024- y en Gipuzkoa esa caída es también muy pronunciada, siendo en este curso 24/25 61.964 alumnos en Infantil y Primaria, 2.058 menos que los que se matricularon en el curso 23/24.
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Eneko P. Carrasco
La pérdida de estudiantes se hace extensible también, como es lógico, a las etapas de Secundaria y Bachillerato, aunque en ambos casos la caída está más amortiguada y no es tan impactante como las anteriormente citadas. Esos 2.058 niños menos en los colegios guipuzcoanos en las etapas iniciales son, de un año a otro, el descenso de estudiantes más grande que ha vivido el territorio en la última década, exceptuando el curso 20/21, que estuvo marcado por la incidencia de la pandemia -en especial en la etapa Infantil-.
Una bajada tan acusada en la cifra de estudiantes implica, por pura lógica, que haya cada vez menos centros educativos. Es una realidad refrendada por las estadísticas oficiales del departamento de Educación, que apuntan a que han desaparecido 10 colegios -solo con Infantil y Primaria- en Euskadi desde 2023.
Al hilo de esta pérdida constante de niños en las aulas vascas, Begoña Pedrosa, la consejera de Educación del Gobierno Vasco, aseguraba en una entrevista concedida a este periódico a finales de septiembre que «estamos trabajando en innumerables escenarios a corto, medio y largo plazo. Las fusiones de colegios y los cierres se han ido dando hasta ahora y... Esos movimientos se van a acelerar a partir de ahora». Dicho y hecho, porque hace solo un par de semanas el departamento que dirige comunicó la nueva estrategia de «integración de centros» -un «cierre de colegios encubierto» para la mayoría de los sindicatos del sector- para «combatir la segregación escolar», aseguró Educación en una nota oficial. Movimiento que, además, podría salpicar a Gipuzkoa en el curso 26/27, donde fuentes consultadas por este medio apuntan a que se está preparando una fusión entre dos centros de Donostia, algo que el Gobierno Vasco ni confirma ni desmiente.
El experto en educación Lucas Gortazar, adjunto a la dirección de la prestigiosa institución académica Esade EcPol, avisó de este problema en la pasada edición de los Cursos de Verano de la UPV/EHU. «Existe la amenaza real de que Euskadi se vea abocada a cerrar el 10 o el 20% de sus colegios en la próxima década», alertó. El problema, según Gortazar, «es muy serio y va a afectar por igual tanto a la red pública como a la privada-concertada».
En este sentido, del curso 23/24 al actual la red pública de centros educativos de Euskadi ha perdido a cerca de 3.000 críos, pasando de 100.987 matriculados en 2023 entre Infantil y Primaria a los 98.149 de este año. En la privada-concertada ese descenso es similar entre las mismas etapas. 90.594 niños en 2023 y 87.758 este curso. Solo la creciente presencia en el sistema educativo vasco de alumnado extranjero -o de origen migrante- sostiene la gran caída de la cifra de estudiantes, circunstancia que se ha convertido en uno de los grandes caballos de batalla del Gobierno Vasco en el ámbito educativo.
Consciente de esta realidad socio-demográfica, el departamento de Educación bajó a principios de 2023 los ratios por aula para que algunos centros educativos pudieran llegar a la concertación de aulas. Así, si hace dos años se exigía al menos 17 estudiantes por aula, desde el curso 23/24 en los centros públicos el número mínimo para tener un grupo en Infantil y Primaria es de 11 alumnos y en los concertados, 13. Además permite fusionar aulas de dos-tres años para poder llegar a crear un grupo, tal y como hizo el colegio Egiluze de Errenteria. Con todo, los números para algunos siguen sin dar.
Se podría decir que el municipio de Astigarraga es la excepción que confirma la regla. Con una tasa de natalidad que duplica a la guipuzcoana, la localidad de Buruntzaldea es una de las pocas en el territorio que demanda más sillas en las aulas de sus colegios, porque hay muchos niños. Siguiendo esta tendencia, aunque no con tanta fuerza, también aparecen otros municipios guipuzcoanos como Irura, Zestoa y Lazkao, donde viven muchísimas familias jóvenes.
El mes de octubre de 2024 quedará grabado en la historia de Gipuzkoa como uno de los que menos nacimientos registró: 371 bebés. Esta cifra supone un 16% menos que en el mismo mes del pasado año y hace que sea uno de los peores octubres de las últimas décadas en el territorio. En apenas 10 años Gipuzkoa ha visto reducido su número de alumbramientos en casi un tercio. Si se han cerrado los primeros diez meses de 2024 con 3.761 nacimientos, en 2014, ese mismo periodo finalizó con 5.370 bebés. La bajada, por lo tanto, se sitúa en el 30%.
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