158 familias de Gipuzkoa se quedan sin sitio en el colegio que deseaban

En Gipuzkoa este año ha habido un total de 4.034 solicitudes para matricular a alumnos en el primer ciclo de Educación Infantil, que arranca el año en el que el crío cumple su segundo año de vida y se extiende hasta que cumple seis. De esos cuatro millares de peticiones, tan solo 158 tuvieron que conformarse con una segunda o tercera opción. El resto, el 96,08%, consiguieron su principal propósito para la escolarización de su hijo. En este sentido, cabe destacar que desde este año, además, aquellos que tengan hermanos en el centro tienen garantizada su matrícula.

Con todo, también es importante recordar que desde el inicio del pasado curso, en septiembre de 2023, es algo más complicado acceder a los centros educativos vascos porque el departamento de Educación reserva un número determinado de plazas para el alumnado vulnerable, con el fin de garantizar un reparto equitativo de estudiantes entre los colegios -sin importar redes o titularidades- y combatir así la segregación escolar, en la que el País Vasco tiene una de las tasas más altas de Europa.

Esa pequeña diferencia se hace patente comparando los datos de los cursos 22/23 y 23/24. En 2022 los índices de admisión en la primera opción rozaron el 100% en los tres territorios. Sin embargo, el año pasado, cuando empezaron a reservarse las mencionadas plazas, Gipuzkoa bajó de un 99,6% a un 94,6% y Bizkaia de un 98,24% a un 94,73%. La bajada más significativa se dio en el territorio alavés, donde se pasó de un 98,10% de familias que matricularon a sus hijos en su primera opción a un 91,15%.

El objetivo a largo plazo del Ejecutivo autonómico a través de la reserva de plazas es el de eliminar por completo la segregación escolar. O reducirla al máximo posible. En este sentido, los datos del Instituto Vasco de Educación e Investigación Educativa también hacen referencia a Gipuzkoa, territorio en el que el índice de disimilitud -porcentaje de alumnado vulnerable que hay que cambiar de centro para que no exista segregación- bajó, tanto en 2023 como en 2024, del 45% al 41% y del 42% al 39%, respectivamente.

«Somos conscientes de que no estamos en ese 20% que significaría tener una segregación baja, pero vamos en esa línea», afirmó en julio Eduardo Ubieta, exdirector de dicha institución. A tenor de los datos expuestos, sí se puede constatar que existe una mejora, aunque aún queda un largo camino por recorrer para alcanzar esos bajos índices de segregación.