El Ayuntamiento de Hendaia propone que los vecinos vigilen los barrios para reforzar la seguridad

Un plan de vigilancia ciudadana aprobado el pasado miércoles en el consejo municipal de Hendaia ha provocado división entre los grupos del consistorio. El Ayuntamiento propuso un sistema de vigilancia compartido entre los vecinos, la Policía nacional francesa y el propio consistorio. La iniciativa salió adelante tras votar a favor 20 de los 33 concejales presentes en la sesión y se presentará públicamente el próximo 21 de agosto.

El consejo municipal mantuvo que el objetivo es crear una red de vigilancia ciudadana capaz, por ejemplo, de que un vecino pueda transmitir a la Policía la matrícula de un vehículo que considere sospechoso. Sin embargo, aclaró que el dispositivo tiene un carácter preventivo y que en ningún momento se pretende que la población realice labores propias de las fuerzas de seguridad.

Frédéric Tranché, teniente de alcalde e impulsor de la propuesta, insistió ante el resto de representantes municipales en la necesidad de implementar este protocolo de seguridad ante casos como un reciente episodio de hurto ocurrido en la ciudad. «Algunos barrios ya se han organizado a través de un grupo de WhatsApp durante una ola de robos. Es en esta dinámica en la que hemos planteado esta iniciativa», resaltó en la sesión.

Sin embargo, la iniciativa provocó el rechazo de los grupos municipales de la oposición. Así, Laetitia Navarron, portavoz de Hendaia-Biltzen, consideró que se trata de la creación de una «milicia ciudadana». «Por supuesto que votaremos en contra», aseveró. Criticó que «no se trata de una medida preventiva, sino de una organización de vigilancia, incluso de denuncia». Mantuvo que se abre «la puerta a la opacidad y la arbitrariedad». Tachó el protocolo de «solución ineficaz», al tiempo que opinó que forma parte de «una lógica de desvinculación del Estado de la seguridad pública».

El Partido Comunista se sumó a las críticas de la oposición, aunque avanzó que apoyaría la propuesta. Su concejal delegado en los comités de seguridad, Daniel Bernard, confirmó que «por supuesto, votaremos a favor», aunque quiso dejar bien claro que su grupo se veía obligado a votar a favor. «Es claramente una desvinculación del Estado», declaró en línea con lo manifestado por Laetitia Navarron al respecto, pero mantuvo que «como ciudadanos, estamos obligados a denunciar delitos y faltas, bajo pena de castigo».

Alain Tranchet, líder de la formación de izquierdas Francia Insumisa denunció que se trata de una «medida grave» que contará con «métodos peligrosos». Manifestó que «bajo el pretexto de la prevención de la criminalidad, el municipio en manos de los socialistas, con el apoyo del PCF, «está ratificando bajo presión una política de seguridad con tintes preocupantes, inspirada en las prácticas de la extrema derecha».

El último en intervenir en la sesión fue el alcalde de Hendaia, el socialista Kotte Ecenarro. Defendió el sistema de vigilancia compartido entre los vecinos, la Policía nacional y el propio consistorio recordando las palabras de David Lisnard, presidente de la Asociación de Alcaldes de Francia: «Leí antes que dijo que la delincuencia y la incivilidad son una bofetada a la democracia. Sin ingenuidad y con gran firmeza, participamos en esta lucha».

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