En libertad los 19 detenidos tras los graves disturbios por la presencia de La Falange en Vitoria

Varios jóvenes radicales encapuchados se acercaron al lugar desde calles aledañas como Siervas de Jesús y Beato Tomás de Zumárraga. Lanzaron piedras y bengalas y montaron barricadas con las mesas y sillas de los locales hosteleros cercanos. Algunos de los locales ni siquiera sacaron sus terrazas a la calle, a otros no les dio tiempo y algunos optaron por cerrar. También se volcaron contenedores y las sombrillas fueron utilizadas como parapeto durante las cargas policiales.

Algunos de los presentes levantaron adoquines de la calle Siervas de Jesús para lanzarlos contra el grupo contrario. También se utilizaron papeleras y tapas de alcantarillas como arma arrojadiza. Se gritaron consignas como 'Alde hemendik, utzi pakean' y los miembros de La Falange gritaron a favor de 'la unidad de España ni se vende ni se negocia' y han entonado el 'Cara al sol' con los brazos en alto. Varias ambulancias desplegadas en el lugar asistieron a heridos en los enfrentamientos. Entre los heridos se encontraba un periodista gráfico de El Correo que tuvo que ser atendido en el hospital. Asimismo resultaron con «contusiones leves» una veintena de ertzainas y manifestantes de los dos bandos.

Desde antes de las 12.00 horas una fuerte presencia policial trató de impedir sin éxito el enfrentamiento entre los miembros de la organización de ultraderecha y los jóvenes de varias organizaciones «antifascistas» del entorno de la izquierda abertzale que habían convocado concentraciones en contra. Entre los convocantes están Ernai, GKS, Sare Antifaxista, Gedar o Jarki.

Para impedir que los simpatizantes de La Falange -que portaban banderas de España- se moviesen de la plaza de La Provincia la Ertzaintza acotó en un primer momento el espacio con una cinta. Sin embargo, los concentrados rompieron el cordón policial y fueron al enfrentamiento directo con los encapuchados que a su vez habían logrado esquivar a los antidisturbios. Para intentar controlar los movimientos de las dos partes, la Policía autonómica dispuso de un helicóptero y un dron que les iban cantando la situación de los manifestantes. «Los hostiles se dirigen hacia el cantón de Las Carnicerías», informó un mando policial al resto de agentes tras consultar su tablet.

Minutos antes de las 13.00 horas, los miembros de la organización de la ultraderecha comenzaron a retirarse, lo hicieron desde el parking de la plaza Juan de Ayala donde tenían aparcados sus coches. La trifulca sin embargo seguía y se trasladó más tarde a la calle Ramiro de Maeztu, donde también se lanzaron objetos y se practicaron detenciones por parte de la Ertzaintza. Además se quemaron contenedores. Pasadas las 13.15 horas se recuperó la tranquilidad y se dio por finalizado el operativo.

La alcaldesa de Vitoria, la socialista Maider Etxebarria, condenó la batalla campal que se había vivido en las calles del centro de la ciudad. «Quiero expresar mi condena y rechazo tras los incidentes», indicó. «Es una demostración más de lo que generan los discursos radicales: odio y violencia. Estas actitudes no tienen cabida en nuestra ciudad». La regidora trasladó asimismo su «agradecimiento a los y las policías que han intervenido y su apoyo a las personas que hayan resultado heridas o que hayan sufrido daños en sus negocios».

También la teniente de alcaldesa de Vitoria, la jeltzale Beatriz Artolazabal, se sumó a la condena de unos «hechos violentos» que han puesto «en riesgo» a los vecinos y han caudado «destrozos que pagamos entre todos». «Quienes atacan a los agentes policiales o dañan el espacio público no defienden ninguna causa justa: solo rompen la convivencia que tanto nos ha costado construir», señaló.

La respuesta de los sindicatos policiales, sin embargo, fue por otros derroteros. Euspel anunció que se personará como acusación particular por los 17 ertzainas heridos, algunos «de consideración», según la asociación policial. Los hechos, censuró, «son la consecuencia directa de la falta de recursos y los complejos de los políticos» en la gestión de la seguridad. Consideró «ineficaz» el dispositivo desplegado para hacer frente a estos altercados «provocando cuantiosos daños materiales y una peligrosa sensación de impunidad entre los violentos».

El sindicato de la Policía vasca, ErNE, ha remitido este lunes a la Directora de la Ertzaintza un escrito en el que solicita el cese inmediato del Jefe de la Policía autonómica, Josu Bujanda, y del Jefe de la División de Protección Ciudadana, Alfonso Garaikoetxea, tras «el deficiente dispositivo» desplegado durante la visita este domingo de la Falange a Vitoria-Gasteiz, que derivó «en una batalla campal con jóvenes radicales».En un comunicado, la central sindical denuncia que el planteamiento operativo ha sido, «una vez más, ridículo y completamente alejado de los estándares que deben regir una actuación policial eficaz, proporcionada y centrada en la defensa de la seguridad ciudadana».