El cuidado de las orquídeas en el hogar: consejos para que crezcan sanas y rápido
Estas flores se han convertido en unas de las plantas de interior más apreciadas gracias a su elegancia, forma y diversidad de colores
M. S.
Martes, 28 de octubre 2025, 07:14
Las orquídeas se han convertido en unas de las plantas de interior más apreciadas gracias a su elegancia, forma y diversidad de colores. Aunque su cuidado pueda parecer complejo, existen varios consejos para que estas crezcan sanas y rápido dentro del hogar.
Y es que existe la creencia de que estas plantas requieren cuidados complejos, aunque con las medidas adecuadas es posible mantenerlas sanas y disfrutar de su floración durante meses. Las recomendaciones esenciales sobre sus cuidados suelen ser la ubicación, riego, elección de maceta y su tratamiento tras la caída de las flores.
El desarrollo de raíces gruesas y verdes que participan activamente en su fotosíntesis constituye una de las características más singulares de la orquídea. Esta peculiaridad es la que le permite adaptarse a entornos donde la luz y la humedad resultan determinantes para su supervivencia y crecimiento.
La ubicación es determinante para el bienestar de la orquídea. La luz debe ser abundante pero indirecta, ya que la exposición directa al sol puede quemar las hojas, mientras que la sombra excesiva impide la floración. Colocar la planta cerca de una ventana orientada al norte, o tras una cortina en ventanas este, oeste o sur, para filtrar la luz, es fundamental evitar las corrientes de aire. Aunque también es recomendable mantener la orquídea alejada de fuentes de calor o frío, como radiadores o aires acondicionados, para asegurar una temperatura estable y una humedad adecuada.
Qué hacer cuando se caen las flores de una orquídea
La selección de macetas adecuadas resulta determinante para el bienestar de las orquídeas, ya que el tipo de recipiente incide de manera directa en la vitalidad de la planta. Un aspecto destacado es la conveniencia de optar por macetas transparentes y de gran altura, ya que estas permiten que la luz alcance las raíces y facilitan la supervisión visual de su estado. Este diseño concreto de macetas no solo promueve la fotosíntesis, sino que también posibilita la detección temprana de señales de deshidratación o pudrición en las raíces, lo que contribuye a una intervención oportuna.
El ciclo de vida de una orquídea en maceta está estrechamente vinculado a la atención que reciba. La Phalaenopsis, una de las especies más populares, puede mantener su floración durante entre dos y cuatro meses. Este periodo de flores constituye solo una etapa dentro de la longevidad potencial de la planta, que puede extenderse a lo largo de varios años si se cuida correctamente.
Una vez que concluye la floración, la orquídea atraviesa una fase de reposo. Durante este intervalo, resulta fundamental disminuir la frecuencia de riego. Al llegar el momento en que las flores caen, suele interpretarse como el final del ciclo de una orquídea, pero en realidad, este proceso no implica la muerte de la planta.
El momento más importante llega cuando la vara de la planta se ha secado por completo, lo recomendable es cortarla desde la base. En cambio, si la vara aún conserva su color verde, se aconseja realizar el corte justo por encima del primer nudo, lo que puede estimular el crecimiento de una nueva vara y, con ello, la aparición de nuevas flores.