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M. S.
Martes, 6 de mayo 2025, 06:56
Llega el buen tiempo y con él, la hora del cambio de armario. Toca guardar los jerséis y airear las prendas más ligeras, aunque hacerlo de manera efectiva, marcará la diferencia entre tener una rutina caótica y un armario funcional el resto de la temporada.
Estos son los consejos que tienes que seguir para hacer el cambio sin estrés y de una manera eficiente:
1
Para ordenar toda la ropa que guardas en el armario, primero hay que verla. Y es que, vaciar el armario ayudará a tomar decisiones realistas y detectar cuáles son las prendas que hace tiempo no usamos y así evitar seguir guardando ropa que ocupa espacio. Una vez que lo hayamos vaciado, hay que aprovechar para limpiar bien el interior con un paño húmedo para quitar el polvo y la suciedad, y después sécalo con otro.
También es recomedable colocar algún ambientador o antipolillas. En esta fase no hay que cometer el error de organizar por encima, ya que solo conseguiremos extender el desorden.
2
Una vez vaciado el armario, hay que agrupar la ropa por tipo de prenda (camisas, pantalones, vestidos…etc). Eso ayudará a ver cuánto tenemos de cada cosa. El cambio de armario que hacemos en estas fechas es el momento idóneo para identificar duplicados y prendas similares que nunca nos ponemos, pero también para tirar la ropa que está desgastada y algo rota. Un armario funcional se basa en contar con prendas variadas, que nos ayuden a decidir qué ponernos cada mañana sin perder tiempo ni sacrificar el espacio.
3
Si una prenda no nos convence hoy, tampoco lo va a hacer dentro de tres meses. Por lo que lo mejor es deshacernos de todo lo que no nos favorece, lo que está roto o lo que no hemos usado en dos temporadas seguidas. No debemos cometer el error de guardar 'por si acaso', ya que rara vez llega. También es importante clasificar lo que se va a donar, vender o reciclar para que no acabe mezclado de nuevo. Este paso libera espacio y es un buen truco para controlar cuáles son las cosas que no usamos.
4
Antes de guardar la ropa de invierno, los abrigos, las bufandas y los jerséis, debemos asegurarnos de lavarlos bien o llevarlos a la tintorería, ya que si guardamos la ropa sucia, favoreceremos la aparición de olores y polillas, además de acortar la vida útil de las prendas. Lo más recomendable es usar fundas de algodón o cajas transpirables, nunca de plástico cerrado, para evitar humedades.
5
Otra de las cosas más recomendables es utilizar cajas con etiquetas, perchas uniformes, separadores o colgadores verticales, todas estas herramientas servirán para transformar un armario caótico en uno armonioso. No necesitamos un vestidor de revista, para saber aprovechar cada centímetro. De hecho, se puede aprovechar el cambio de armario para instalar un pantalonero, unas cestas extraíbles o una barra de armario. Este tipo de accesorios sacarán partido al espacio y nos ayudarán a mantener el orden.
6
Después de descartar la ropa que no usamos y hacernos con los accesorios de orden y almacenaminto, llega el momento de guardar la ropa. Debemos colocar lo que más nos ponemos a la vista y al alcance de la mano. Por delante las prendas más frescas y en segundo plano las de entretiempo o media estación. No debemos caer en el error de colocar por colores si eso nos va a dificultar encontrar lo que realmente usamos. Es mejor priorizar según el tiempo y nuestra rutina diaria.
7
Otro paso elemental es revisar nuestro calzado y hacer limpieza también ahí. La primavera y el verano no solo implican un cambio de armario en la ropa, sino también en los zapatos. Debemos guardar las botas limpias y protegidas, y comprobar el estado de sandalias y zapatillas. Si un par está roto, es incómodo o ya no es de nuestro estilo, es momento de decir adiós.
Para guardar el calzado, lo más adecuado es que emplear cajas transparentes o zapateros con ventilación. Este nos ayudará a conservarlos en buen estado a largo plazo.
8
Doblar las camisetas y jerséis en vertical en los cajones, agrupar las prendas por estilo y utilizar etiquetas es esencial. El cambio de armario no implica tan solo guardar la ropa de invierno y sacar la de primavera y verano. El objetivo es ordenar el armario para que nos dure toda la temporada. Por eso, un sistema visual bien pensado evitará el esfuerzo de reorganizar cada semana.
9
Es habitual que complementos como los pañuelos o cinturones se queden en cajones olvidados, por lo que estos también necesitan que les dediquemos un rato y para poner orden en ellos. Lo ideal es usar organizadores específicos, así como ganchos o cajas con compartimentos para evitar que se deterioren. Además, verlos bien nos animará a usarlos más y a sacarles partido. Debemos repetir las mismas acciones que con la ropa y retirar lo que no usemos o lo que esté muy estropeado.
10
Una vez hayamos terminado, debemos detenernos durante unos minutos y observar el resultado. Lo más recomendable es hacer una lista que nos ayude a saber qué es lo que realmente necesitamos y así comprar con cabeza y evitar compras impulsivas. Simplemente, siguiendo estos consejos, es como cualquiera podrá conseguir tener un armario equilibrado y útil para esta temporada.
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