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Recreación de un poblado de la Edad de Bronce. Hans Splinter
Yamnaya, la civilización que exterminó al hombre ibérico

Yamnaya, la civilización que exterminó al hombre ibérico

Hace 4.500 años, la cultura Yamnaya trajo a Europa la piel blanca, las lenguas indoeuropeas, la rueda y la domesticación del caballo

Ion M. Taus

San Sebastián

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Jueves, 4 de octubre 2018

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Para todos es conocido que la llegada del Homo Sapiens a Europa hace unos 45.000 años supuso a la postre la desaparición del Neanderthal. La especie mejor adaptada se impuso a la otra. Sin embargo, menos se conoce sobre este mismo fenómeno en tiempos posteriores, donde diferentes razas del ser humano compitieron entre sí para perpetuar su legado y transmitir su genética a las generaciones futuras.

Especialmente significativas en estos conflictos fueron las migraciones que se produjeron desde el 6.000 A.C. hasta el 2.500 A.C. La arqueología y el estudio de ADN antiguo sugieren que los agricultores del Medio Oriente comenzaron su flujo hacia Europa hace ocho milenios, sustituyendo a los cazadores-recolectores que habitaban en Europa en algunas áreas y mezclándose con ellos en otras.

Sin embargo, un estudio dirigido en 2015 por David Reich, genetista evolutivo y de la población en la Escuela de Medicina de Harvard, sobre los genomas de europeos ancestrales y contemporáneos, no solo encontró vestigios de dos grandes oleadas de procedentes de Oriente Medio, sino que también de un tercer grupo que podría venir del norte de los mares Negro y Caspio, en las actuales Rusia y Ucrania, y que cambió la fisionomía del continente para siempre.

Este misterioso grupo, conocido como los Yamnaya, irrumpió desde el este en Europa occidental hace 4.500 años, trayendo consigo tecnologías como la rueda o la domesticación del caballo, un lenguaje del que provienen muchas lenguas modernas, así como la blancura de piel característica de los habitantes europeos modernos. Según los análisis de los datos del genoma de casi 100 antiguos europeos, existe rastro de estos viajeros orientales en los genomas de casi todos los europeos contemporáneos.

La invención del carro tirado por animales supuso una enorme ventaja para los yamnaya

La cultura Yamna ('hoyo' en ucraniano y ruso, en referencia a los sepulcros donde enterraban a sus muertos), era una civilización de pastores de ovejas que originalmente vivía en la actual Rusia y Ucrania, que contaba con dos ventajas respecto a los habitantes europeos de su época: ya conocían la rueda y la domesticación del caballo. Estas dos innovaciones ponía a su disposición un invento revolucionario entonces, que no es otro que el carro tirado por animales. Esto les permitía cubrir grandes distancias con gran cantidad de equipaje y suministros, lo que supuso una ventaja crucial sobre el resto de pueblos europeos.

Pacíficamente o a través de la guerra, los Yamnaya llegaron a todos los rincones de Europa, protagonizando uno de los movimientos de población más significativos de la historia, con el que transformaron completamente el viejo continente.

Desaparición del hombre ibérico

El último estudio de David Reich va más allá que los anteriores, y asegura que en su invasión, los Yamnaya no solo se mezclaron con la población, sino que hicieron desaparecer a todo los hombre nativos en algunas zonas de Europa, como la Península Ibérica. En este análisis genético de la Universidad de Harvard, Reich concluye que los invasores se convirtieron en los únicos en dejar descendientes, tras mezclarse con las mujeres ibéricas nativas.

Reich presentó estos resultados en el evento New Scientist Live en Londres, este pasado fin de semana. Además de los carromatos tirados por caballos, los yamniki también usaban metales en el hogar y en la guerra. En cuanto a su físico, tenían ojos marrones, una nariz muy prominente, una frente fuertemente inclinada y llamativas cejas.

«Aquellos invasores se expandieron por un vasto territorio desde Mongolia a Hungría y Europa, y son los principales contribuyentes primarios más importantes a los europeos de hoy», explicó el genetista. Es decir, solo después de la llegada de los Yamnaya a Europa, los genomas antiguos comienzan a parecerse a los de los europeos modernos.

En el caso de la Península Ibérica, Reich sostiene que «la colisión de estas dos poblaciones no fue amistosa, ni siquiera igual, sino que los varones de fuera desplazaron a los locales y lo hicieron casi por completo, mientras que las mujeres habrían sido esclavizadas«, según Reich.

Los hombres yamnaya tuvieron acceso preferencial a las mujeres ibéricas, una y otra vez»

DAVID REICH, genetista

El equipo de investigación descubrió que los descendientes de Yamnaya se mezclaron con la población local. Estos descendientes un 40% de ascendencia Yamnaya y un 60% de ascendencia local. Sin embargo, el estudio sacó a la luz un gran cambio en los cromosomas Y, que solo portan los hombres. «Hay un reemplazo completo del cromosoma Y«, dijo Reich, lo que significa que »los hombres que llegaron tuvieron acceso preferencial a las mujeres locales, una y otra vez«

Este estudio llegó a la conclusión de que se trató de una conquista por la fuerza, en la que los invasoren mataron o esclavizaron a los varones ibéricos y tomaron a las mujeres como suyas. «La colisión de estas dos poblaciones no fue amistosa, ni siquiera igual, sino que los varones de fuera desplazaron a los locales y lo hicieron casi por completo», dijo Reich.

La investigación viene a confirmar y ampliar lo que ya anunció el equipo de los genetistas Dan Bradley, del Trinity College de Dublín, y Rui Martiniano, de la Universidad de Cambridge el pasado año. Su estudio ya dio a conocer «una discontinuidad» del cromosoma Y durante la Edad del Bronce en la Península Ibérica. «En cuanto a por qué sucedió este reemplazo del cromosoma Y, se podría especular que estas poblaciones de las estepas tenían una tecnología superior, con mejores armas y también caballos domesticados, lo que pudo haberles aportado alguna ventaja en la guerra», hipotetiza Martiniano tras la publicación del nuevo estudio.

Responsables de la piel blanca

Esta fascinante cultura Yamna es también, al parecer, responsable, de que los europeos actuales tengamos la piel blanca y la importadora de muchas de las lenguas modernas indoeuropeas.

Respecto al tono de piel, una investigación de la Universidad Estatal de Pensilvania aseguró que la tez blanca se comenzó a introducir en Europa a través de las tres grandes oleadas de migración ya comentadas comenzadas hace 8.000 años: las dos de Oriente Medio y la de los Yamnaya.

Los expertos compararon 83 muestras de ADN diferentes procedentes de otros tantos restos humanos hallados en multitud de yacimientos arqueológicos europeos. Con ello averiguaron que la que hoy se conoce como 'raza europea' es una mezcla de las tres poblaciones antiguas de cazadores y recolectores que llegaron a Europa en sus respectivas oleadas. Entre las mismas, destacaría la que hicieron los pastores Yamnaya hace 4.500 años. Viendo su actuación en la Península Ibérica, probablemente extrapolable a otras zonas europeas, es sencillo imaginar como la oscura tez de los entonces nativos se fue diluyendo en la pálida de los Yamna. Además, después estos descendie

La invasión Yamnaya derivó en europeos más blancos, más altos y tolerantes a la lactosa

Además, la cultura Yamnaya trajo consigo un ADN más proclive generar seres humanos con mayor altura. Esto, unido a la dieta y las temperaturas de cada región, llevó a que los humanos tuvieran una estatura media concreta en cada zona de Europa. Por otro lado, los investigadores también han averiguado que los pobladores de Europa tuvieron que esperar hasta hace aproximadamente 4.300 años para poder digerir y tolerar el azúcar de la leche, fechas que coinciden con la llegada de estos pastores de la estepa.

Por si esto fuera poco, las investigaciones de la Universidad de Harvard sostienen también que los Yamnaya importaron al menos parte de la familia de lenguas indoeuropeas a Europa. El origen de estas lenguas - que abarcan las lenguas eslavas, romances y germánicas, así como muchas de las lenguas que se hablan en el subcontinente indio, es hoy día un misterio con múltiples interpretaciones. Algunos investigadores dicen que estas lenguas se extendieron a través de los agricultores de Oriente Medio hace unos 8.000 años. Pero Reich y su equipo abogan, junto a otros investigadores, por la 'hipótesis de la Estepa', según la cual, los pastores que vivieron alrededor de los mares Negro y Caspio comenzaron a propagar estos idiomas hace 6.000 años atrás, gracias a la domesticación del caballo y la invención de la rueda, lo que les permitió comenzar a viajar grandes distancias.

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