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La ciencia tras el enigma del calamar gigante

La ciencia tras el enigma del calamar gigante

AGENCIAS

Martes, 16 de abril 2019, 08:18

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Comprobar si se mueve rápido o lento, si es un animal sociable o solitario, si se trata de una especie en peligro de extinción o cuál es su ciclo de vida son algunos de los enigmas que rodean al calamar gigante: un cetáceo que no se libra de su mala fama.

El 'Architeuthis dux' o calamar gigante posee un ojo «bastante desarrollado», similar al del ser humano, con un tamaño «muy grande», pese a que habita en zonas marinas profundas, entre los 400 y 1.000 metros, donde no hay luz, ha explicado a Efe el investigador del Museo de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), Óscar Soriano.

Este cefalópodo cuenta con una hemoglobina «muy particular», que haría pensar que se mueve de forma lenta, aunque en el interior de su estómago se han encontrado peces que nadan a mucha velocidad, lo que indicaría que «se desplaza rápido para capturarlos», ha asegurado.

«No sabemos si se trata de una especie en peligro de extinción», ha lamentado el científico, quien matiza que hay épocas en las que emergen ejemplares enfermos o moribundos a la superficie, posiblemente afectados, al igual que otros cetáceos, por «determinadas explosiones marinas».

El desconocimiento del calamar gigante, una especie cosmopolita presente en todos los mares del planeta, radica en la dificultad de filmarlo vivo, pues solo se puede estudiar cuando «aparece flotando en la superficie, prácticamente muerto o en mal estado físico».

Aunque se han descrito hasta 21 especies de 'Architeuthis dux', la hipótesis más aceptada, según Soriano, es que todas constituyen una misma variedad, pero para comprobarlo con certeza sería necesario «secuenciar una muestra de ADN y observar posibles diferencias entre los ejemplares».

«Todo hace pensar que se trata de un animal solitario», ha manifestado el investigador, porque, a pesar de que suele agruparse en bancos durante la cópula, se ha observado que «muchos machos tenían espermatóforos», una especie de cápsula con espermatozoides, «inyectados como si fueran hembras».

Este hecho parece indicar a los científicos que no es un animal 'extrovertido', o que se ha producido un encuentro 'amoroso' entre dos machos, una pelea o, al no distinguir bien el sexo, el calamar gigante ha depositado la cápsula reproductiva sobre otro macho o sobre sí mismo.

El ciclo de vida de este singular cetáceo, cuya alimentación se basa, principalmente, en la ingesta de bacaladillas, también constituye un enigma, si bien «posee una de las tasas de crecimiento más rápidas en los animales».

Su cuerpo puede llegar a alcanzar más de dos metros y su peso los 275 kilogramos, y como sucede en los cefalópodos, en la cabeza posee diez apéndices que rodean la boca: ocho brazos y dos tentáculos, que le sirven para atrapar a sus presas, y pueden extenderse hasta los 20 metros.

El calamar gigante, como otros invertebrados marinos, es cromatóforo, una peculiaridad que le permite cambiar de color para mimetizarse con el entorno cuando se le acerca un depredador o se percata de una situación que entrañe peligro.

Este cetáceo, de aspecto rojizo, no es comestible: «dispone de un sistema excretor que produce amoniaco», lo que provoca «un peculiar olor desagradable cuando pasas mucho tiempo cerca de él».

Su mala fama se asocia a las leyendas noruegas, donde se habla de monstruos capaces de hundir barcos y comerse a toda su tripulación, y en la actualidad «sabemos que estas historias se basan en avistamientos de calamares gigantes», ha recordado este experto, quien concluye que vive «rodeado un halo de misterio».

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