Activistas de 20 países europeos aspiran a conseguir un frente de lucha común en defensa de la vivienda

Val del Olmo ha esgrimido las cinco líneas de actuación común acordadas durante este encuentro, que empezó el miércoles y finaliza este domingo. La primera será la «lucha contra los desahucios sin alternativa habitacional». En este sentido, Val del Olmo ha exigido a las administraciones que cumplan el Dictamen DESC de Naciones Unidas, de junio de 2017, «que obliga a los estados europeos a que no haya ningún desalojo forzoso sin alternativa habitacional previa».

En segundo lugar, ha denunciado el «sinhogarismo creciente», aunque diferente en cada uno de los países y ha hecho hincapié en la situación «grave» que atraviesan en este sentido ciudades como París o Burdeos en Francia. Val del Olmo ha reclamado la posibilidad de ocupar espacios públicos para alojar a las miles de familias que están en la calle como alternativa hasta que se les proporcione una vivienda de alquiler social asequible«.

La tercera línea de trabajo se basará en la lucha contra la financiarización de la vivienda. En este aspecto, el represetante de Stop Desahucios de Euskadi ha rechazado la turistificación de los centros de las ciudades por plataformas como Airbnb y «los fondos de inversión oportunistas que desertizan los barrios de vida, de tiendas, y hasta de escuelas al no quedar niños».

La penúltima área de trabajo común recoge la «oposición total » a la dinámica de privatizar el parque público de viviendas, que intenta Macron En Francia o como ya se ha hecho en el asado en Berlín, Rumanía o Madrid. Por último, el quinto frente hace referencia a la batalla contra la especulación de los alquilares en el mercado privado. «Se han conseguido limitar estas rentas en varios países y ciudades europeas, pero hay que seguir luchando», ha explicado Val del Olmo, quien ha citado el caso de Berlín, ciudad en la que el 85% de los pisos son de alquiler y un tercio en manos privadas y donde «se plantea un referéndum de iniciativa popular para expropiar miles de viviendas que están en manos de fondos buitres».