Euskadi y Cataluña se alían para exigir prioridad a sus corredores ferroviarios

A los acuerdos y avances prácticos, en cuanto a obra en terreno y a compromiso de financiación, que la Y vasca ha logrado en este primer semestre del año, ayer se sumó un empujón táctico. Aprovechando la visita del Gobierno Vasco a la feria SIL de Barcelona para presentar el «nodo logístico» que proyecta para Euskadi, la consejera Arantxa Tapia y su homólogo catalán, Josep Rull, mantuvieron un encuentro para estrechar su colaboración en materia de transportes y, sobre todo, para lanzar un mensaje conjunto al Ejecutivo central para que otorgue «prioridad» a los corredores Atlántico y Mediterráneo frente a otros enlaces que favorecen «un diseño radial» de la red ferroviaria del Estado. Las dos comunidades que acogen los pasos fronterizos son «el camino natural de conectividad», para pasajeros y mercancías «con Europa», defendieron los responsables políticos.

Euskadi ya tiene marcados sus plazos para empezar a conectarse con Europa por alta velocidad. En 2019, gracias al tercer raíl que se está instalando en la actual vía para adaptarla al ancho internacional, los trenes desde Europa podrán llegar hasta la nueva estación de San Sebastián. Pero no será hasta 2023, cuando alcancen Vitoria y Bilbao, y los respectivos enlaces con puertos, aeropuertos y zonas logísticas, claves en el entramado ferroviario con el que el Gobierno Vasco aspira a lograr una posición estratégica en el eje de transporte europeo de viajeros, pero sobre todo de mercancías, con más de 60 puertos a lo largo de 2.000 kilómetros. El objetivo es trasvasar carga de la carretera al ferrocarril, porque ahora «solo el 1% de la mercancía que transita por Irun utiliza el tren», justificó Tapia, y en Europa la media se eleva hasta el 18%.

El cambio de chip logístico también es compartido por Cataluña, que ya ha culminado su enlace de alta velocidad con la frontera en Portbou, pero que quiere seguir impulsando la línea por el Mediterráneo y no solo hacia Madrid.

Nudo en el cuatripartito

Además, ambos consejeros se comprometieron a «profundizar» en su colaboración para enlazar ambos corredores a través de la conexión «auxiliar» por el Ebro que atravesará Aragón y Navarra. Aunque para completar este enlace todavía no hay fecha a la vista, ni proyecto claramente definido. El plazo último fijado por el Ministerio de Fomento hace unos días es el de 2023 para culminar el tramo navarro entre Castejón y la comarca de Pamplona, que llevaba años paralizado. Y para esa fecha también, tanto Madrid, como Pamplona y Vitoria confían en que se pueda hablar ya de un trazado de alta velocidad, o por lo menos de un tren «de altas prestaciones» que comunique Euskadi y Navarra, aún no se sabe si a través de Ezkio por una vía nueva -como quiere el Gobierno Vasco- o a través de Vitoria, adaptando el trazado actual.

En Navarra, concretamente en el seno de su Gobierno cuatripartito, también se han revuelto las aguas en las últimas semanas a cuenta de la alta velocidad, y de las opiniones discrepantes que los diferentes partidos mantienen respecto al proyecto ferroviario que debe impulsar la Comunidad foral. Las cosas ahora están en que Geroa Bai, que incluye al PNV, apuesta por renovar este mismo mes el «convenio» de financiación del TAV que ofreció la semana pasada el Ministerio de Fomento, pero en el que se incluye un proyecto de nueva vía «de alta velocidad, ancho internacional, doble vía, pasajeros y mercancías», como la Y vasca, y no la adaptación mediante el tercer hilo de todo el trazado navarro como, en inicio, promovían los socios del equipo de gobierno que lidera Uxue Barkos.

A falta de que los navarros aclaren su proyecto, está previsto que en próximas fechas -aún sin fijar, aseguran fuentes consultadas- los responsables del Ejecutivo vasco, navarro y Fomento mantengan un encuentro para definir cómo se realizará la conexión entre la Y vasca y el corredor navarro, que podría quedarse en una red de «altas prestaciones» en lugar de una 'alta velocidad'. El Ministerio, no obstante, advierte de antemano que no renunciará a construir un trazado de alta velocidad en Navarra y que su única opción es «exactamente la misma solución ferroviaria» que en Euskadi.