En casa de la ama, en casa del aita

Esta modalidad, que solo representaba el 6,8% en 2009, ha ido creciendo poco a poco hasta llegar a representar el 25,9% de los casos en 2015, año en el que se aprobó la nueva ley que regula divorcios y custodias. Sus defensores le dan importancia no solo al peso cuantitativo que supone la compartida, sino las posibilidades y flexibilidad que plantea para padres e hijos. Lo explican el presidente de la asociación Agipase, Juan Pablo Pousibet y la psicóloga de la entidad Julia Rodríguez. "Lo de menos es que se llame compartida o no, lo importante es que se ajuste a las necesidades de cada caso. Puede que sea una semana con cada uno, o la tarde con la madre y la noche con el padre o al revés".

Porque las profesiones de los padres pueden ser diversas y complicar el tipo de custodia, "un camionero internacional, por ejemplo". Pero lo importante, aseguran, es que los niños puedan desenvolverse en casa de la ama y en casa del aita. "Está demostrado que el síndrome de niño maleta no existe. Además, ¿por qué tiene llevar maleta? ¡Que lleven a su peluche preferido o el libro que está leyendo! Tiene dos casas".

Diferentes casas

¿Y la opción de que sean los niños los que se queden en el domicilio familiar y los padres quienes se desplacen en función de quién sea el responsable cada semana? Pousibet, siempre dentro de la óptica de la diversidad no lo considera lo más adecuado. "Si en una pareja hay roces por la casa, por unas cortinas o por los armarios de la cocina, imagina entre dos personas que se han divorciado. También es posible que alguno de los dos cree otra familia. ¿Debe desplazarla cada semana?"

El País Vasco está en la zona alta de la tabla del Estado con ese 25,9% de custodias compartidas. A la cabeza se sitúa Cataluña con un 40,5%, seguida de Baleares con 38,4% y Comunidad Valenciana con 35,8%. A la cola se encuentran Extremadura, con un 8,4% y Galicia y Andalucía con un 15,6% y un 15,8% respectivamente.