El prototipo de Gamesa ubicado en la localidad zaragozana de La Muela es puntero en el sector de la energía 'offgrid'.

La electricidad sostenible llega al desierto

Una nueva tecnología permite generar energía en zonas sin acceso a red

Ion Fernández

Lunes, 23 de mayo 2016, 06:55

La energía es difícil de llevar a muchos puntos del plantea. Hay zonas remotas o aisladas en las que la población vive sin acceso a ... la red. De hecho, se estima que más de 1.200 millones de personas en el mundo carecen de electricidad. Viven en lugares desérticos o salvajes, también en zonas rurales de India, el sudeste asiático o África, y en islas como Haití. Hay muchos lugares en los que se presenta esta necesidad, con el problema que ello conlleva para el desarrollo de estas áreas, dado que el uso de la energía facilita el trabajo en la agricultura, la industria, el sector servicios y el día a día en los hogares.

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Ante este escenario, muchas empresas energéticas se han lanzado a la carrera por mejorar su servicio 'offgrid' o fuera de red, con la mente puesta en crear infraestructuras con las que generar electricidad de manera autónoma y que sea factible implantarlas en zonas remotas. En este ámbito, Gamesa, presidida por el donostiarra Ignacio Martín San Vicente y con una de sus plantas de producción en Asteasu, ha dado un salto de gigante con el desarrollo de una tecnología que puede dar respuesta a las demandas eléctricas en lugares aislados y de una manera sostenible.

Y es que la compañía inauguró el pasado 10 de mayo un prototipo 'offgrid', en la localidad zaragozana de La Muela, que por primera vez en el mercado integra cuatro tecnologías: energía eólica, solar, baterías de almacenamiento y generadores diésel. El objetivo de este proyecto reside en generar electricidad principalmente a partir de las renovables y reducir el empleo del gasoil únicamente cuando no quede más remedio; es decir, durante periodos prolongados de ausencia de sol y viento.

De esta manera, según destaca el presidente de la compañía, «se produce una energía de manera más barata y limpia», dado que en muchas zonas remotas únicamente se puede generar electricidad a partir del diésel, cuyo precio está sujeto a la demanda. Gamesa prevé que gracias a esta infraestructura las energías renovables supondrán entre el 40 y el 65% de la electricidad que se consuma en estas zonas, lo que conllevaría reducir el gasto económico entre un 15 y un 35%.

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Software de gestión

Esta tecnología se encuentra controlada por un pionero software de gestión, el controlador de la potencia híbrida (HPC, por sus iniciales en inglés: Hybrid Power Controller). En el caso del prototipo de Zaragoza, este programa gestiona un aerogenerador, 816 módulos fotovoltaicos, tres generadores diésel y en verano se colocarán las baterías. Esta instalación tiene una potencia superior a 2 megavatios; o dicho de otra manera, podría abastecer las necesidades energéticas de 800 familias, unas 1.500 personas. No obstante, una de las ventajas de esta tecnología radica en que no es rígida y permite una combinación ad hoc de cada una de sus cuatro tecnologías en función de las necesidades de la zona en la que se quiera implantar, «con el fin de generar energía minimizando el consumo del diésel».

Esto supone que se pueden combinar como se quieran las cuatro tecnologías, teniendo en cuenta que las baterías de almacenaje son el elemento más caro. Esto hay que tenerlo en cuenta debido a que la electricidad generada a partir del sol y el viento que no se consuma en el momento de su producción se acumulará en estos aparatos y cuanto mayor sea su capacidad menos se empleará el diésel, pero a su vez tendrá un mayor coste en su instalación. De todas formas, Gamesa aporta un servicio en el que sus ingenieros se desplazan hasta el lugar requerido y completan un estudio en el que se determine cuál es el sistema que más le conviene al cliente para que a partir de esta información pueda decidir el que desea implantar.

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Ignacio Martín resalta que «el valor añadido de esta tecnología energética es que Gamesa fabrica la mayor parte de la instalación». La compañía energética tiene capacidad para producir todos los elementos de la infraestructura -ninguno de ellos en la planta de Asteasu-, a excepción de los paneles solares, las baterías y los grupos o motores diésel.

La competencia en el sector de las energías renovables «resulta muy fuerte», con empresas de toda Europa, especialmente las alemanas, poniendo en marcha todo su potencial en I+D+i para obtener resultados. En este contexto, Gamesa ha sabido tomar ventaja con «una tecnología puntera», aunque también son conscientes de que «el consumo de diésel no se puede sustituir por completo, ya que el sol y el viento son recursos que no siempre están disponibles». Eso sí, esta infraestructura supone «un gran avance en el área de la sostenibilidad» de cara a implantarla en zonas remotas.

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