De nuevo al frente con pico y pala

El Eibar se aferró con fuerza al efecto Ipurua para rescatar el liderato que la UD Las Palmas le había arrebatado en la última jornada del año. Recién inaugurado el 2023, el estadio armero sigue siendo el máximo aliado del equipo azulgrana en su segunda tentativa por conseguir el ascenso y, aunque sus cimientos temblaron ante el desesperado empuje del Ibiza en la segunda mitad, la escuadra eibarresa hizo valer el gol que Stoichkov marcó pasada la media hora de la primera parte. Sin brillo, pero sin dejarse llevar por la presión, los de Gaizka Garitano conquistaron su octavo triunfo como local, que les devuelve de nuevo a la primera plaza de la clasificación con 40 puntos, uno más que el conjunto canario, su principal perseguidor, y con tres de renta sobre Levante y Alavés.

Pese a que el Ibiza venía con la condición de colista y peor visitante de la categoría, los aficionados armeros, deseosos de apoyar de nuevo a su equipo tras más de un mes sin ocupar sus localidades, ya intuían que las urgencias del rival iban a provocar más problemas de los deseados. No andaban desencaminados. Y eso que el ambicioso arranque de su equipo les llevó a pensar que podrían disfrutar por fin de una noche plácida, aunque el tiempo fuera desapacible.

Sin excesivas variaciones respecto al once que el de Derio presentó en el Ciutat de Valencia, a excepción de la obligada entrada de Tejero en lugar del sancionado Correa, y el retorno de Berrocal en detrimento del portugués Venancio, el Eibar saltó con la misma premisa de siempre en casa, salir con decisión en busca de la portería contraria para tratar de encarrilar el choque. Y eso es precisamente lo que hizo Corpas nada más empezar con un zapatazo desde fuera del área que se marchó lamiendo el larguero.

La réplica no tardó en llegar, ya que acto seguido un cabezazo de Kaxe obligó a Luca Zidane a meter el puño para evitar el tanto, inaugurando así la colección de paradas que el meta azulgrana regaló a la parroquia.

Un susto que sirvió precisamente para poner en alerta a una escuadra azulgrana que, a partir de eso momento agarró con fuerza el bastón de mando. Con Yanis y Corpas haciendo pinza por los flancos el gol armero merodeó por Ipurua hasta que poco después de superar la media hora, Stoichkov clavó la estaca en pleno corazón de los ibicencos al recoger sin oposición un balón rechazado por el palo tras un intencionado disparo cruzado de Bautista que Fuzato impidió que se colara con la punta de sus guantes.

Una vez abierta la lata, la buena disposición de los armeros sobre el césped impidió cualquier atisbo de reacción por parte de los isleños, aunque al margen de un portentoso cabezazo de Nolaskoain tras un saque de esquina botado por Matheus, tampoco hubo más opciones reseñables como para irse al descanso con tranquilidad.

Y resultó que la segunda mitad fue otro cantar bien diferente. De hecho, de no ser por las excelentes intervenciones de Luca Zidane antes los constantes ataques del Ibiza, probablemente el Eibar se habría quedado compuesto y sin el triunfo, pero el guardameta hispano francés, plenamente asentado en la titularidad, demostró que ha encontrado en el Eibar el hogar adecuado en el que brillar con luz propia.

Sus paradas ante los disparos de Herrera a la salida de una peligrosa falta en la frontal del área, después a un cabezazo del debutante Kaxe y otra estirada de calidad para repeler un remate de Juan Ibiza mantuvieron con vida a la escuadra armera hasta que los cambios en la recta final devolvieron el temple al equipo.

Con el cetro liguero de nuevo en la mano, tocará defenderlo el próximo domingo ante el Málaga, otro equipo que viene cargado de necesidad, pese a que comenzó la campaña con la ambición de estar junto al Eibar luchando por el ascenso.

Se hace camino al andar, y paso a paso, los de Garitano han encontrado la senda correcta para acercarse a su objetivo.