Levantarse es una obligación

A ganar todo el mundo se acostumbra muy rápido, pero no todo el mundo es capaz de digerir golpes emocionales tan duros como los que ha recibido el Eibar desde que consumó su descenso a Segunda hace cuatro temporadas. Si algo ha demostrado el cuadro armero es su capacidad para sobreponerse a las decepciones sufridas, y este sábado ante el Elche le toca volver a ponerse en pie tras ser apeado por la UD Logroñés en la primera ronda de la Copa.

Porque, como reza una de las máximas que impera en Ipurua, caerse está permitido, pero levantarse es una obligación. El problema es que tendrá que hacerlo sin el concurso de Matheus, aquejado de problemas musculares, al igual que Chema, que también se une a la lista de bajas que se completa con Troncho, inmerso en su largo proceso de recuperación.

Al menos, el técnico sí podrá contar con Aritz Arambarri y Jon Guruzeta. Ambos podrían incluso partir de inicio. «Veo al equipo con rabia para mejorar el nivel. Tenemos que ser muy valientes y atrevidos y no podemos estar especulando, ya que entonces facilitaremos mucho las cosas al rival, dijo este viernes Etxeberria, consciente de las críticas vertidas al equipo tras caer en Copa. «Es normal que la gente esté descontenta y nosotros también porque somos autocríticos. Es nuestra responsabilidad cambiar esa dinámica jugando con fluidez y agresividad».

Una vez más, Ipurua se presenta como el gran aliado, no en vano se ha impuesto en cuatro de los seis partidos disputados, en tanto que solo ha cedido un empate y una derrota. Mantener esa buena dinámica se antoja imprescindible para impulsarse en una clasificación, lastrado por los escasos cinco puntos de los 18 posibles.

El Elche se presentará con la pretensión de dar continuidad a las buenas sensaciones que viene ofreciendo, en las que ha sumado ocho de los últimos 12 puntos y viene tras asegurarse su billete para la siguiente ronda de la Copa tras ganar al Coria (0-3).