Fran Garagarza afronta un emotivo regreso a casa

Los últimos diez los pasó en el despacho de la dirección deportiva que ahora ocupa César Palacios, en los que se convirtió en el artífice junto a Gaizka Garitano del doble ascenso consecutivo de Segunda B a Primera, así como de la consecución de las siete permanencias rubricadas antes de perder su preciada plaza en la máxima categoría en la temporada 2020-21.

De todos es sabido que durante su extensa etapa en Ipurua, en la que pasó de fichar juveniles a codearse en la jungla del mercado profesional, Garagarza se apuntó descubrimientos de jugadores como Lejeune, Joan Jordan, Cucurella, Bryan Gil, Rubén Peña o Dimitrovic, entre otros, cuyas ventas en muchos casos reportaron una lluvia de millones que, sin duda, cambiaron para siempre la fisionomía y la estructura del Eibar.

Con el equipo azulgrana allí aún donde lo dejó cuando se marchó, el mutrikuarra retorna al que fue su hogar convertido en el máximo responsable de la comisión deportiva del club periquito, al que llegó el pasado verano con aires de estrella tras su efímero paso el Wolverhampton de Julen Lopetegui, donde ejerció labores de captación y asesoría.

Precedido por la fama de trabajador concienzudo y duro negociador que se había ganado en el Eibar, el propietario del Espanyol, Chen Yansheng, lanzó su caña hasta Inglaterra y lo cazó con la misión expresa de liderar el proyecto que devolviera a la escuadra catalana la grandeza perdida tras consumar su descenso a Segunda.

Nunca antes se había visto un recibimiento similar al que Garagarza vivió a su llegada al RCD Stadium. En olor de multitudes, el mutrikuarra fue presentado como la gran esperanza periquita, una popularidad que aumentó hasta niveles extremos cuando logró concretar las lucrativas ventas de Sergi Darder al Mallorca por ocho millones de euros, así como de César Montes al Almería por un montante de nada menos que 14 millones.

La adquisición del exarmero del Elche Pere Milla y del exjugador del Valladolid Álvaro Aguado alimentaron una leyenda que se ha ido diluyendo con el paso de las jornadas, especialmente desde que el Espanyol fue descabalgado de los puestos de ascenso directo que ocupó en las primeras jornadas, en las que parecía que los blanquiazules iban a repetir el paseo militar que propició su anterior ascenso precisamente el mismo año en el que el Eibar descendió.

Nada más lejos de la realidad. La irregularidad en su juego y en los resultados llevaron a Garagarza a destituir en noviembre a Luis García, y hace semanas se especuló con la posibilidad de que también hiciera lo propio con Luis Miguel Ramis, que pondrá gran parte de su crédito en juego en el choque de este sábado en Ipurua.

Aunque la paciencia escasea y los nervios se extienden en Cornellá, Joseba Etxeberria dejó claro este jueves que para él el Espanyol «es el rival a batir».