El Eibar recupera su personalidad
Determinado. La revolución de un Etxeberria que hizo hasta ocho cambios en su once ejerció de ansiado revulsivo para superar a un Cádiz angustiado por la exigencia de puntuar
No hay como volver al calor del hogar para recuperarse de buena parte de los males que el Eibar venía arrastrando antes incluso de ... protagonizar su peor partido de la campaña el pasado domingo en Miranda. Ejerciendo de nuevo su poder sanador, Ipurua ayudó de nuevo a que el Eibar recuperara su personalidad y ambición para doblegar a un Cádiz al que le pesó la angustia que supone para cualquier equipo, y más para uno al que se le exige subir, ocupar plaza de descenso cuando hace solo unos meses estaba en Primera.
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En este caso hay que darle al César lo que es del César, y así como en otras ocasiones Joseba Etxeberria no ha estado atinado, este miércoles dio con la tecla para dar con el revulsivo que buscaba. Y es que tras las malas sensaciones que dejó su equipo en Anduva se esperaba que el entrenador azulgrana removiera el avispero para buscar la punzada que le devolviera la ambición y la intensidad de la que venía adoleciendo en las últimas fechas. Pero, aunque al elgoibarrés no le ha temblado el pulso a la hora de diversificar sus onces, hasta el punto de no repetir ninguno en estas once primeras jornadas, probablemente sólo él y el resto del cuerpo técnico se imaginaban que llegaría a realizar seis modificaciones más además de las dos obligadas por las bajas del lesionado Arambarri y del sancionado Arbilla.
Pero si el preparador armero cambió hasta de dibujo, repitiendo únicamente con Fuzato en la portería, Bautista en la punta de ataque y Antonio Puertas desplazado al interior, escoltado por Merquelanz y Toni Villa, el entrenador del Cádiz fue un poquito más allá y solo contó con dos de los que salieron de inicio en el nuevo revés sufrido en su estadio, donde aún no ha ganado.
Toda una revolución en los dos equipos que, en los primeros compases, pareció sentar mejor a un cuadro gaditano, pese a lo mal que le están yendo las cosas en su casa, aunque fuera de casa solo había perdido un partido.
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Fluidez ofensiva
Sin embargo, el Eibar supo mantener el temple tras los apuros iniciales en los que Corpas taponó un peligroso remate del exazulgrana Escalante, que junto a Alejo y Glauder, volvió por primera vez a Ipurua después de su precipitada marcha a la Lazio antes de la conclusión de la temporada prolongada por la irrupción de la pandemia de Covid.
Pero en cuanto la escuadra azulgrana comenzó a fluir como no lo había hecho desde que se acabó su buena racha inicial de resultados, se fue abriendo camino hacia la portería contraria hasta que Corpas la encontró tras una jugada bien hilvanada a la media hora de juego.
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La acción nació de las botas de Bautista, que alejado del área, abrió con acierto el balón hacia Merquelanz, quien combinó con Puertas. El almeriense aprovechó su cuerpo para proteger el balón hasta se lo entregó a un Corpas que, llegando con profundidad desde atrás, remató con rosca, colando el balón por el palo corto que Caro no supo proteger.
La explosión de alegría que el equipo y la afición compartieron tras este primer gol de la temporada del jienense tuvo el ansiado efecto reconciliador tras varios choques decepcionantes que habían generado inquietud ante la falta intensidad que se venía percibiendo.
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Sin embargo, esta vez el conjunto eibarrés se mantuvo firme en su determinación de sacar este partido adelante sin tener que pertrecharse atrás pese a la insistencia de un rival que tirando más de corazón que de cabeza, le llegó a poner en aprietos.
Para resolverlos apareció Fuzato, que tras ser un mero espectador en la primera mitad, explicó con sendas paradas salvadoras a Ocampo y Escalante el por qué de la decisión de Etxeberria de mantenerle bajo palos pese a que Jonmi ya lleva dos jornadas en disposición de jugar.
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Mantener la intensidad fue clave para que el Eibar pudiera incluso sentenciar el choque con un remate que Jorge Pascual no supo atinar en los compases finales.
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