No siempre sale el sol en Ipurua

Los de Garitano buscarán seguir haciendo de Ipurua un fortín y sumar de tres ante un rival de categoría como el Leganés, octavo en la clasificación, pero a tres puntos de los puestos de play-off. El partido, a las 18.30 horas, se espera complicado, primero porque el conjunto armero parte como favorito y cuenta con el riesgo de perder la condición de invicto en casa, y segundo porque tendrán que hacerlo sin su máximo goleador, Stoichkov.

No todo es jauja en Ipurua. Acostumbrarse a ganar, aunque sea siempre sufriendo, provoca frustraciones como la que el Eibar vivió este sábado el Leganés, al que superó en varias fases del encuentro, pero sin poder derribar el muro que plantó para llevarse un punto que, sin duda, les supo mejor a ellos. Y, aunque este empate pone fin a una racha de cuatro victorias consecutivas en su fortín, hasta hay que darlo por bueno, ya que al margen de las dos buenas opciones que Bautista firmó al inicio ante un Asier Riesgo imperturbable en la que fue su casa durante seis campañas en dos etapas diferentes, los pepineros estuvieron a punto de romper la baraja mediada la segunda mitad con un disparo de Nyom que salió escupido por el larguero.

Y con todo, el saldo más negativo que dejó la nueva batalla vivida en el estadio eibarrés es sin duda la lesión de Tejero, que tuvo que ser sustituido por Venancio a la media hora de juego aquejado de dolores en la zona inguinal, así como la tarjeta amarilla que vio poco antes Anaitz Arbilla, que le impedirá ser de la partida en el derbi del próximo sábado (21.00 horas) ante el Alavés en Mendizorroza. Dos bajas que comprometen los planes de Gaizka Garitano de cara a esa cita, puesto que ante la ausencia del lesionado Correa, el capitán era la opción más viable para ocupar el lateral derecho, como ya lo hizo este sábado cuando el madrileño tuvo que enfilar el camino hacia los vestuarios.

Pese a que la victoria conquistada en El Toralín había dado alas a un cuadro azulgrana en su afán de poner la directa hacia el ascenso, la visita del Leganés tenía al técnico vizcaíno con la mosca detrás de la oreja, porque al margen de que el conjunto pepinero siempre plantea duras batallas en terreno eibarrés, su progresión en las últimas fechas le había llevado a convertirse de nuevo en otro de los muchos aspirantes a pugnar por las solicitadas plazas de play-off.

No era, por tanto, el partido idóneo para hacer probaturas, por lo que la inclusión de Nolaskoain y Bautista en lugar de los sancionados Sergio y Stoichkov fueron las únicas alteraciones que llevó a cabo el de Derio respecto al once que puso en liza ante la Ponferradina.

Y lo cierto es que los dos jugadores que ocuparon esas vacantes fueron dos de los principales protagonistas en el arranque del choque, el centrocampista por una persistente presión que contuvo de inicio al rival en su campo, y el delantero por su ambición por suplir al 'pichichi' del equipo con la misma efectividad que atesora el gaditano.

Sin embargo, la suerte no quiso premiar al de Errenteria en ninguna de las dos claras ocasiones que dispuso al poco de comenzar el choque, ya que se encontró con la firme oposición de Asier Riesgo, que primero palmeó un intencionado disparo que buscaba el palo largo, y después atajó otro remate ajustado al primer palo.

Sin embargo, esas buenas vibraciones se fueron diluyendo como la gaseosa a medida que los de Idiakez fueron perdiendo el miedo a perder. Con Arbilla amonestado y sabiendo que se perdería el derbi ante los vitorianos, la lesión de Tejero resultó ser un jarro de agua helada que congeló más al equipo y a los aficionados que el gélido frío que se respiraba en el estadio.

Si en la primera mitad el Eibar había disparado más a puerta que en otras ocasiones, su capacidad para generar peligro decayó a marchas forzadas en la segunda. Y eso que ante el deterioro del césped debido a la ingente cantidad de agua caída en los últimos días, Garitano fue renovando prácticamente todas las posiciones de ataque, dando incluso la alternativa a un Juan Carlos Arana acelerado en su intento por brillar en su estreno.

Y tras el susto por el remate al larguero de Nyom, el Eibar acabó aceptando que el mal menor era conformarse con el empate.