Huracán armero para otra remontada
Un Eibar incansable en ataque suma su segunda victoria consecutiva en los mintos finales tras dar la vuelta de nuevo a un gol del Burgos mediada la primera parte
Así sí. Si ante el Huesca fue la suerte la que le sonrió para lograr una angustiosa remontada gracias a un gol en propia puerta de los oscenses, este jueves ha siado su poderío ofensivo y su inflexible determinación lo que ha llevado al Eibar a dar la vuelta al marcador en los minutos finales a un marcador adverso que no ha merecido llevarse al descanso. Los cambios realizados en la reanudación por Garitano han provocado un huracán armero que ha tocado tierra en El Plantío para que, primero Stoichkov y después Blanco-Leschuk, se llevaran por delante el sueño del Burgos por volver a ser líder y lograran un nuevo triunfo que mete a los azulgranas de lleno en la pomada por el ascenso.
Y es que la oportunidad la pintaban calva, puesto que los resultados de los rivales que le precedían en la tabla, con las derrotas cosechadas por el Alavés y Cartagena, y el empate cedido por la Ud Las Palmas, le habrían la puerta a meterse de lleno en la pugna por alcanzar las plazas con premio directo.
Si había un sitio en el que demostrar que el Eibar quiere y puede pelear por el ascenso que se le escurrió de las manos el año pasado era precisamente el feudo del equipo burgalés, convertido en un búnker al que solo le habían caído siete goles en los 18 partidos partidos precedentes, sin olvidar además que es el conjunto que más y mejor partido saca a los goles que marca.
De modo que, por mucho que uno de los 'mantras' de Garitano incida en la trascendencia de mantener la portería a cero, lo que primaba este jueves era marcar más goles que el rival. Y a tenor del once que ha presentado, con una línea trasera con solo cuatro efectivos, una pareja de pivotes inédita formada por Javi Muñoz y Nolaskoain, y con Vadillo por primera vez de inicio tras su exitosa irrupción frente al Huesca, esa ha sido la pretensión del de Derio.
Su hoja de ruta le habría salido a las mil maravillas desde el mismo inicio si no fuera porque, como ya es habitual, la escasa eficiencia que está teniendo su escuadra se encargara de frustrar las clarísimas ocasiones que nada más empezar han generado Bautista, que ha disparado alto sin percatarse de que Stoichkov estaba solo esperando su centro para rematar a puerta vacía, así como Tejero con un disparo intencionado desde la frontal que Caro ha repelido con una fabulosa estirada, y también Ríos Reina, con un centro lateral que se ha paseado por delante de la portería burgalesa.
Toda una invitación para que los locales, que han instaurado la costumbre de marcar a la mínima que llegan, aprovechara pasada la media hora de juego el error de turno atrás de los azulgranas, en este caso de Nolaskoain, que además de no llegar a taponar el trallazo de Gaspar Campos ha molestado a Berrocal, que tampoco ha podido evitar que el extremo colara el balón por la escuadra de la puerta de Zidane.
Un jarro de agua helada que haq obligado a los azulgranas a afrontar la segunda mitad a remolque ante un rival que había ganado los nueve partidos en los que se ha logrado tomar la delantera. Y, aunque tras el triple cambio que ha introducido el de Derio tras el descanso, dando entrada a Imanol, Correa y Leschuk, así como la posterior irrupción de Matheus han convertido al Eibar en un torbellino que ha asolado el área local, parecía que el guión iba a repetirse porque las incontables tentativas azulgranas caían en saco roto.
Pero lejos de dejarse llevar por la desesperación, el cuadro armero no ha cesado en su empeño hasta que Stoichkov estaba donde debía para lograr el empate al aprovechar el error en la salida de Caro en un córner botado por Vadillo, y ya en los minutos finales, Blanco-Leschuk ha culminado la remontada al empujar el balón que Corpas le ha servido en bandeja al recibir un centro de Matheus.
Si todos los partidos hasta ahora han resultado ser peleas en el barro para el Eibar, el que le espera este jueves en El Plantío ... apunta a ser una batalla con tintes épicos de la que se antoja complicado salir vivo. Porque con solo dos derrotas en su haber, una fuera y otra en su feudo, y apenas siete goles recibidos en su casillero, el Burgos acecha el liderato convertido en una realidad que ha dejado atrás su condición de equipo revelación.
Mientras los armeros vienen de haberse impuesto de forma agónica en el descuento al Huesca sin poder dejar atrás las dudas que se ciernen sobre el equipo, los burgaleses han fortalecido aún más su inquebrantable moral al sumar el lunes en Ponferrada una nueva victoria, la novena de la campaña, que les ha dejado a solo un punto de arrebatarle el cetro a la UD Las Palmas. Y eso, a falta solo de dos jornadas para que concluya la primera vuelta, no es ninguna casualidad.
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