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Bautista celebra con un gesto de rabia su trascendental tanto. LUSA

La cabeza de Bautista al servicio de la pizarra

Un testarazo del ariete guipuzcoano a la salida de un córner devuelve la calma a un Eibar oprimido por la necesidad de ganar al Eldense tras la última goleada sufrida en Ipurua

Sábado, 12 de octubre 2024, 02:00

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La pizarra en la que Joseba Etxeberria dibuja sus jugadas de estrategia volvió a ser determinante para que el Eibar lograra redimirse ante su público tras la deshonrosa goleada sufrida en la pasada jornada ante el Sporting. Pero lógicamente, la teoría hay que llevarla a la práctica, y el mérito de que lo esbozado en ese encerado saliera tal y como lo había delineado el técnico armero hay que atribuírselo en primera instancia a Jon Bautista, que con una precisión milimétrica envió al fondo de la portería rival un córner que Matheus colgó directo a la cabeza del delantero pasada la media hora de juego. No se puede dejar fuera de esta ecuación tampoco el hecho de que fue Antonio Puertas el que forzó el saque de esquina desde donde los armeros están obteniendo la mayor parte de los 15 puntos que ya tiene en su casillero.

Porque lograr los tres que se volvían a poner en liza en Ipurua tras la dolorosa goleada ante el Sporting (1-3) era precisamente lo que primaba para una escuadra que debía poner fin a la racha de tres partidos consecutivos sin ganar.

Y el elgoibarrés asumió que para lograrlo necesitaba fortificar su retaguardia para frenar la sangría provocada por los seis goles recibidos en esas tres últimas citas. De modo que, por primera vez en lo que va de campaña, prescindió de su habitual dibujo con cuatro defensas y un mediapunta para presentar un esquema, a priori, marcadamente defensivo, con Arambarri y Chema escoltando a Arbilla en el eje de la zaga, con la pretensión de aprovechar la proyección ofensiva de Corpas y Cristian por los carriles.

Eibar

Fuzato; Corpas, Arambarri, Arbilla, Chema, Cristian; Xeber Alkain, Sergio, Matheus, Antonio Puertas; Bautista.

1

-

0

Eldense

Mackay; Fran Gámez. Dumic, Monsalve, Martos; Bernal, Camarasa, Victori García, Sergio Ortuño, Marc Mateu; Nacho Quintana.

  • Gol: Bautista (m. 48) de certero cabezazo a la salida de un córner colgado al área por Matheus.

  • El árbitro. Eder Mallo Fernández, del comité castellano-leonés. Amonestó al japonés Kento en la recta final del choque.

  • Incidencias 5.097 espectadores se dieron cita en Ipurua.

Un experimento que no consiguió poner coto a las dudas que vienen acompañando a la escuadra azulgrana desde que los buenos resultados del inicio habían logrado maquillar, como había confesado el propio técnico armero en los días previos al choque.

Y es que, de primeras, poblar su defensa propició que el Eldense gozara de inicio de una superioridad numérica a la que los alicantinos estuvieron a punto de sacar provecho por medio de un disparo de Sergio Ortuño que, afortunadamente no encontró el destino que buscaba.

Tirando más corazón que de cabeza, picando tierra sin lograr liberarse de la opresión a la que le sometió su rival en un partido incómodo y trastabillado, el conjunto azulgrana fue ganando terreno, obligando a los alicantinos a pertrecharse en su mazmorra.

Pero si hay algo que no se le puede negar al preparador elgoibarrés es que sabe buscar los recovecos para que su equipo se adentre en la casa ajena aunque no pueda entrar por una puerta principal cerrada a cal y canto.

No encontró hueco por la primera esquina por la que trató de adentrarse, pero a la segunda, Bautista burló la vigilancia de Camarasa para colarse por la puerta que Matheus le abrió desde la esquina situada a la izquierda de la morada alicantina. El tercer gol con el que el de Rentería iguala a Puertas como máximo anotador del equipo eibarrés levantó de los aficionados azulgranas de sus asientos, aunque, dados los recientes precedentes, nadie dio nada por hecho.

Porque cuando peor lo ha pasado el Eibar últimamente ha sido precisamente cuando ha conseguido tomar la delantera en el marcador. Solo había que recordar lo ocurrido en Almería hace tres semanas o más recientemente frente a un Sporting ante el que se adelantó también con otro tanto de Bautista. Pero, aunque hubo que sudar sangre y perder incluso a Chema por un tirón muscular en el camino para conservar intacto el cofre, todos, incluso los que salieron desde el banquillo, respondieron al grito de unidad y concentración que el entrenador les había lanzado durante toda la semana. Las incógnitas por el mal juego persisten, pero siempre es mejor despejarlas desde los triunfos, aunque sean apurados.

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