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Ella, de verde militar, entre vestidos. Mónica en Be Different. I. SÁNCHEZ
Mónica Sáez Gil: «No, no son 'zarrios' sino ropa que ha envejecido bien»

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Para ser diferente ('Be Different') hay que irse al 59 de Zabaleta

Begoña del Teso

San Sebastián

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Jueves, 7 de junio 2018, 06:52

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Viajera. Trotamundos. De Gran Vía, vive en Ulia con Javier, un fan irredento de The Doors a quien describe como una bastante bien lograda mezcla de Keith Jarrett y Mick Jagger. El 12 de mayo , tras unos años en el servicio de limpieza en Oncología del Hospital Gipuzkoa y un mes de reseteo en Tailandia, abrió 'Be Different' con tops que podrían haber lucido 'The Supremes' y vestidos que podría haber llevado Salomé.

- Me gusta esa palabra, 'zarrios'. ¿De dónde la has sacado?

- De los años que viví en Aragón pero búscala en el diccionario de la RAE. Te vas a sorprender cuando descubras su origen etimológico.

- A ver... ¡'Del vasco txar o defectuoso'! Según la Real Academia en Andalucía es sinónimo de basto.

- En el habla aragonesa se emplea más bien en su tercera acepción: 'pingajo, harapo'. Aunque también se usa para indicar el barro que se te pega a los bajos de la ropa.

- Y tú, ¿cuándo y en qué contexto lo utilizaste aquel día del titular?

- Se lo dije a unas señoras muy de Donosti de toda la vida que cuando vinieron a mi tienda se me asombraron porque todo fuera bonito y estuviera curioso y muy cuidado. Ellas tenían la idea de que 'segunda mano' implica descuido, cosas amontonadas, sin valor ni lucimiento. Fue entonces cuando les dije que segunda mano no significa para nada 'zarrio'. Ni pingajo ni harapo ni sucio. Ni puesto de cualquier manera.

- Y luego, otro alguien te preguntaría si 'vintage' es sinónimo de 'ropa vieja' o de ese abrigo de la abuela perdido en el fondo de un armario entre bolas de alcanfor.

- Les respondí que para nada. Que 'vintage' quería decir toda esa ropa que ha envejecido bien. Que de hecho, ha sabido envejecer. Con estilo. A mí me gusta vestir, me gusta encontrar, me gusta traer a mi tienda prendas que sabes, sientes, que han vivido muchas historias y que aún pueden vivir otras tantas. Por ahí has puesto que ese top como muy sesentero anudado al cuello podrían haberlo llevado las Supremes y hemos estado discutiendo si ese vestido verde...

- ¿ El largo, pálido, acuoso, con pedrería en el escote y manga ancha?

- Podría haberlo lucido María Dolores Pradera, o si ese otro de topos era más de Salomé o de Sandie Shaw. Nos hemos reído con la bolsa para el almuerzo que daban a trabajadores y viajeros de 'Circuitos Turvisa' y hemos admirado unas maletas de piel que no tienen ruedas, no son trolleys pero... ¡destilan glamour!

- No te olvides de esos zapatos con punta y laterales de plástico transparentes tan tan tan franceses.

- Tanto que la marca es... La Ballerine de La Provence.

- Así que estas son las historias que tú propones en Zabaleta 59. ¿Solo a las chicas o también a los chicos?

- Abrí el 12 de mayo. Antes del 1 de junio ya me había dado cuenta de que los chicos, la mayoría quiero decir, no es que no pasen de la puerta. Es que no pasan ni siquiera por delante. He intentado encontrar para ellos cosas así en plan 'hipster'. Pero como si nada. Probaré con chupas de cuero y camisetas de mis orígenes punkeros y si no, les dejaré por imposibles. Aparte de que si traigo ropa de chico es para que también nos la pongamos nosotras.

- Faltaría más.

- Eso.

- Te he definido como 'viajera'. Como 'trotamundos'. ¿Por cuántos has vagado?

- Por muchos. Mi primera ciudad, a la que vuelvo continuamente, fue Londres. Recuerdo que ahorré 100.000 pesetas para gastármelas en todas aquellas tiendas de segunda mano que me parecieron fascinantes. No sé, comprar en ellas me daba sensación de libertad. De ser, precisamente, diferente. Luego me fui a las Canarias. En busca de sol y luz. Me fui para un mes y estuve ¡10 años! Acaso porque allí me encontré con media franja norte...

- ¿'Franja Norte'?

- Un puñado de vascos, cántabros, gallegos que habían ido a Tenerife por lo mismo que yo, por la luz y el sol. Acabé siendo jardinera para el Cabildo. Me eché pareja, ¡era vasco! Duramos once años y muchos viajes. Edimburgo, por ejemplo. Tailandia, siempre. El país de la eterna sonrisa. En la Chinatown de Phuket City por la mañana el comercio es frenético y por la noche todos esos negocios se transforman en ¡galerías de arte! Otras zonas, ay, han vendido su alma al diablo. Al diablo del Turismo. Me pregunto muchas veces...

- ¿Qué?

- Por qué la gente va de luna de miel a un lugar tan lejano al que cuesta tanto llegar para acabar haciendo lo que harían en un resort de Palma. A Tailandia hay que ir con mochila y una muda. De ferry en ferry...

- Descubriste, creo, la pasión de viajar sola en Costa Rica.

- He rodado mucho por América Latina. Argentina, de Buenos Aires a Iguazú y de ahí a La Patagonia. Pero sí, aquellas tres semanas sola por Costa Rica, sintiendo que cada segundo era mío, solo mío, sentada en una terraza tomando mi roncito, viendo pasar la gente y la vida, imaginándome tantas historias fue algo inolvidable. Pero he estado en Egipto y en toda Europa. Y ahora, en Zabaleta 59.

- Primero pasaste por un curso de Fomento. Para emprendedoras.

- Quería saber si mi idea era una locura. No. Solo era... diferente.

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