Las vidrieras de villa Elvira saludan en la entrada a la nueva residencia Elbiraenea

La empresa Mugaburu es la promotora de esta operación para alumbrar este nuevo centro privado, de 49 plazas, y también es la propietaria de la residencia concertada de la parcela aneja, Urdintxoene, de 27 plazas, protegida con el grado D en el Peppuc.

Cuando fue derriba la antigua capilla de villa Elvira, hogar de las Hermanas de la Esperanza, la Diputación se quedó con las vidrieras, nueve ventanas ojivales y tres rosetones. Las dos piezas que mejor se han podido conservar han sido recolocadas juntas en la entrada del nuevo edificio, señala la directora, Arrate Insausti.

Llama la atención la impactante arquitectura contemporáneo de la nueva residencia, proyectada por el estudio donostiarra Fiark, que contrasta con el diseño de casa de veraneo de principios del siglo pasado de Urdintxoene. El arquitecto Unai Aldama explica que pensaron en el color dorado como guiño a la edad de oro que vivirán los futuros inquilinos en Elbiraenea y también pesó el buen resultado de la combinación de este color con el negro en el edificio del conservatorio superior de música (Musikene). A partir de ahí, el equipo diseñó el perfil de chapa de la fachada, que «rompe la superficie plana con un juego de luces y sombras que hace cambiar el aspecto del edificio a lo largo del día».

Ayer y hoy se han programado sendas jornadas de puertas abiertas (de 16 a 18 horas) para que la ciudadanía pueda visitar el nuevo centro para personas mayores, que cuenta con tres plantas de habitaciones individuales y dobles, donde la atención personalizada primará por encima de cualquier otra característica. En la planta baja, una zona de jardín comunicará con la otra residencia mediante un juego de caminos accesibles. La residencia comenzará a funcionar este mismo mes. El nuevo edificio dispone de un parking público de rotación que ya se puede utilizar y que en breve ofrecerá bonos de estancia nocturna para los vecinos interesados.