Stop Desahucios se concentra en Donostia para frenar la subasta del piso de una pensionista
Mari Carmen Portela puede ser desahuciada de su vivienda de Bidebieta, con la que avaló el préstamo de su hija, si no se paraliza la demanda de ejecución hipotecaria
Mari Carmen Portela, vecina de Bidebieta, puede quedarse en la calle a sus 69 años si no se paraliza la demanda de ejecución hipotecaria contra ... su vivienda, con la que avaló el préstamo para que su hija iniciase un negocio hostelero y que firmó con el banco. La deuda asciende a los 43.824 euros, mientras denuncia que es una «injusticia» querer saldar esa deuda con un piso tasado en «más de 300.000 euros».
Representantes de la plataforma Stop Desahucios, Alokairu Benta Berri, Inquilinos Azora, así como de las instituciones vascas y vecinos de Donostia se han concentrado este viernes por la mañana a las puertas de la entidad bancaria para impedir la subasta y posterior desahucio de la vivienda ya pagada de esta pensionista. Mari Carmen y su hija Vanessa quieren seguir pagando el préstamo y por ello piden «llegar a un acuerdo para que tengan en cuenta nuestras limitaciones y, por favor, que no nos quiten nuestra casa».
Lo que parecía una una buena salida laboral ha acabado siendo un enorme lastre para esta familia. Vanessa emprendió un negocio de hostelería junto a otros dos socios, y pidió en 2013 un préstamo de 55.000 euros avalado con la casa de sus padres. Tras alquilar un local en Irun, comenzar las obras y comprar los materiales todo comenzó a torcerse. El negocio pasó a ser parte de una franquicia y Vanesa decidió dejarlo antes de que se pusiese en marcha. «Me tuve que poner a trabajar en otras cosas con una gran depresión, porque sentía que había fallado a mis padres y a mí misma», explica. Fue devolviendo el dinero al banco hasta que en 2020 se quedó sin ingresos por la pandemia.
En 2021 Vanesa volvió a trabajar y a ingresar dinero en el banco, pero la deuda ya no la tienen con esta entidad. «Nos llegó una carta del banco en la que nos decía que tenemos que pagar a un fondo buitre de Luxemburgo, porque el Sabadell les ha vendido los préstamos hipotecarios morosos», señala. Ahora, esta madre e hija intentan llegar a un acuerdo con ese fondo, ya que «queremos seguir pagando y acabar con esto de una vez». No pueden creerse que quieran subastar su casa y «esperamos encontrar una solución».
Mari Carmen Portela, que admite vivir una situación psicológica muy dura, considera una «injusticia» que le quieran quitar su casa, «ya pagada y valorada por más de 300.000 euros» a cambio de saldar una deuda que asciende a los 43.824 euros y que en 2013 pidieron al Banco Sabadell. Pide «un poco de humanidad» a quienes quieren subastar el piso en el que reside desde hace 24 años. Además, se pregunta a dónde irá con 69 años y una pensión de viudedad. «Mis hijos viven en casas pequeñas y yo no me veo de alquiler ahora», señala.
Según ha alertado la representante de la plataforma Stop Desahucios, Rosa García, «el juzgado ha admitido a trámite la demanda y en cualquier momento se puede producir la subasta» por lo que ha urgido a las instituciones a mediar en este asunto y paralizar la demanda.
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