La señal del móvil y varias cámaras de vigilancia sitúan al acusado del crimen del Infierno en la hora y lugar donde sucedió el incendio
La pareja del hombre fallecido en el Infierno en 2019 asegura que «Goyo no tuvo ninguna posibilidad de escapar del incendio»
El juicio por el crimen del Infierno, en el que murió una persona y por el que se piden 69 años de prisión para el ... acusado F.B.., ha continuado esta mañana con la declaración de más testigos y de un agente de la Ertzaintza que fue el instructor que dirigió la investigación del caso.
Este realizó una extensa exposición en la que aportó numerosas pruebas que reconstruyen los movimientos realizados por el acusado el día del incendio y el anterior. Dichas pruebas son por un lado los registros emitidos por el localizador de su teléfono móvil y por otro las diversas cámaras de seguridad que captaron todo su recorrido. Así, ha quedado constatado que el acusado cogió un autobús de Bergara a Donostia el día 28 para acudir a un juicio por un quebrantamiento de la orden de protección contra su expareja. Tras el juicio se dirigió a Amara y contactó con un conocido en el Aterpe, al que presuntamente entregó un bidón de gasolina y le pagó para que lo llenara en una gasolinera cercana. Después, se dirigió hacia Lugaritz a pie por el túnel para bicicletas que une Amara con el Antiguo, y accede a la estación del topo de Lugaritz, donde es captado por las cámaras de vigilancia portando un bidón. Después, también le capta una cámara de vigilancia del edificio de Hacienda y de un supermercado cercano, a las 21.30 horas. Asimismo, la señal del móvil le ubica cerca del edificio incendiado a las 4.01 de la mañana, cuando recibe una llamada. El incendio se provocó sobre las 5.00 horas.
La siguiente imagen del acusado es de nuevo en la estación de Topo de Lugaritz, a las 6.07, ya sin bidón y con la cabeza cubierta con una capucha. Las imágenes cedidas por Euskotren le captan en varias estaciones, en algunas en las que mira a la cámara directamente y se aprecia su rostro, hasta que culmina su trayecto en Eibar a las 8.13 horas de esa mañana. Después, coge un autobús en dirección a Bergara, que también le graba. En la detención, ha explicado el investigador, le ocuparon el teléfono móvil que le sitúa en el lugar de los hechos y la tarjeta Mugi que utilizó para todos los trayectos realizados aquel día.
«Entendemos que lo que hizo fue esperar a que las luces se apagaran para poder verter la gasolina»
ertzainza encargado de la investigación
Según el ertzaina, el acusado «pasó la noche junto al edificio. El fallecido estuvo hasta las 4.30 horas jugando a la 'play' con un compañero. Entendemos que lo que hizo fue esperar a que las luces se apagaran para poder verter la gasolina» y encender el fuego. Asimismo, ha señalado que un agente de la Guardia Municipal experto en incendios determinó que el fuego había sido intencionado y causado «por el vertido de acelerantes».
Asimismo, ha asegurado que el día antes del incendio el acusado pidió a una de las personas que residía en el infierno «que le mandara fotos del lugar y le dijera quién estaba ahí«.
Testigos
Entre los testigos, la primera en declarar ha sido la pareja de Goyo, el hombre de 49 años que falleció en el incendio, ocurrido el 1 de marzo de 2019 en un edificio abandonado en el que residía. Esta ha explicado que llevaba siete años de relación con él y que la noche de los hechos ella durmió en un recurso del Ayuntamiento. Ella tuvo conocimiento de que se había declarado un fuego a las 8.00 horas de aquel día. «Ni se me había pasado por la cabeza la magnitud del incendio. Aquello era horrible, unas llamaradas que yo no las he visto jamás en ningún sitio», ha asegurado. Emocionada, ha afirmado que su pareja, Goyo, «no tuvo posibilidad ninguna de escapar del incendio. Gracias a dios el resto de los compañeros consiguieron salir». Asimismo, ha señalado que algunos días llegaban a dormir en el edificio «entre 8 y 9 personas», y que el acusado «nos conocía a todos, no tuvo reparo, no tiene conciencia ninguna».
«Me metí en el fuego, el sueño estaba mojado y me resbalé y me caí»
hombre que vivía en el edificio
Después ha declarado uno de los hombres que vivía en el edificio y que sufrió quemaduras de segundo grado cuando escapó del fuego. Este ha explicado que estaba dormido cuando escuchó «un par de explosiones pequeñas, y después una grande, y cuando abrí la puerta, las llamas ya tenían diez metros». Cogió un par de mochilas con las que se tapó la cabeza y fue a buscar la salida. «Me metí en el fuego, el suelo estaba mojado y me resbalé y me caí», perdiendo una de sus chancletas. Entonces siguió arrastrándose, en un espacio que era «como un horno» y pudo salir, justo unos segundos antes de que se cayera una viga del edificio. «Si se llega a caer antes me quedo ahí y me achicharro», ha señalado.
En el juicio también ha declarado el hombre que al que el acusado presuntamente pagó para que le llenara un bidón de gasolina y el trabajador de la estación que llenó dicho bidón, así como otra de las personas que vivía en la zona del Infierno y que pasó la noche con el fallecido jugando a la videoconsola hasta las 4.30 de la madrugada.
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