«¿Volveremos a la tarde, ama?»

Con la llegada de los niños, muchas cosas cambian en la vida de los padres, y, cómo no, también en sus hábitos durante la Semana Grande. Pero no por ello hay necesidad de dejar de disfrutar de las fiestas, ya que dentro de la programación se incluye todos los años un amplio abanico de actividades para toda la familia.

Por ejemplo, cada día se organiza en la plaza Vinuesa -frente a la Concha- una ludoteca infantil, en la que los niños pueden disfrutar haciendo manualidades. Las representaciones teatrales y las marionetas suelen ser otro de los puntos de encuentro de las familias; además del cine, el toro de fuego y las numerosas actividades deportivas. No obstante, el programa no satisface a todos, y para algunos en lo que respecta a los más pequeños se queda un poco corto.

«Las opciones para hacer cosas con niños son siempre menores. Mi hija tiene dos años, y veo que muchas cosas no se ajustan a su edad; por ejemplo, anteayer fuimos a un partido de pelota y ayer a un teatro, en el que se acabó aburriendo porque no lo entendía», opina Eider Agirregomezkorta, quien ayer acudió junto a su familia a un cuentacuentos. Otros padres y madres que viven la Semana Grande con niños comparten su misma visión, recalcando que faltan actividades para niños menores de cuatro años. Y también hay otro tramo complicado, el de quienes, con 12 o 13 años, están a las puertas de la adolescencia: «Sería una buena idea colocar un punto con actividades específicas para esa edad, donde puedan divertirse y conocer a gente nueva», comentaba Yolanda.

De todas formas, los niños y niñas parece que no tienen ninguna queja. Tan pronto acabaron de decorar el vaso hecho en la ludoteca, Julene y Vera preguntaron a su madre si volverían a la tarde, ya que las actividades siguen. Gabiltza (Asociación de Artesanos de Gipuzkoa) organiza este espacio en la plaza Vinuesa mañana y tarde, y en él Eva Diaz se ocupa de que las manualidades salgan a la perfección. «Hay niños que vienen a diario, como Víctor y León, que llevan acudiendo a estos talleres años, también Elaia, que suele venir acompañada de su abuela», cuenta la coordinadora de Kromosoma Tailerra.

Aunque la ludoteca es una actividad pensada en euskera, tratan de adecuarse a las necesidades de cada niño, ya que muchos donostiarras están fuera y los visitantes también acuden a muchos actos. «Ayer vinieron dos niñas irlandesas, que no sabían ni euskera ni castellano... Hacemos lo que podemos», comenta Eva. Pero el idioma sí que es una cuestión importante para muchos, con opiniones diversas al respecto. Hay quejas por escasez de talleres en euskera y, también por todo lo contrario, ya que hay quienes opinan que se le da demasiada importancia a esa lengua. Y mientras los adultos discuten, los niños disfrutan.