Semana Grande 2023

Triunfal adiós a 'El Juli', que sale a hombros

El brindis de 'El Juli' al público en el quinto toro fue emocionante. Las nueve mil personas que ocuparon los tendidos de la plaza de toros de Illunbe se pusieron en pie para ovacionar al torero que se despedía y que les brindaba la faena a su último toro en Donostia, una plaza donde ha toreado muchas veces y donde también ha triunfado muchas veces.

Que Julián estaba con ganas de éxito lo demostró ya un poco antes, en el tercio de quites. En su turno tras la segunda entrada al caballo había hecho un quite Tomás Rufo que fue muy aplaudido; si como de un novillero se tratara, 'El Juli' salió a replicar y lanzando la montera a la cara del toro instrumento un quite por 'lopecinas' rematado con una larga y un desplante. Tras el brindis, ese Juli con alma de novillero citó al toro, quieto en el platillo de la plaza y fueron dos pases cambiados por la espalda, que quién esto escribe, no recuerda cuando se los vio hacer por ultima vez. Buscó la distancia precisa y citó de largo al toro para torearlo en redondo con un temple y un poder propio de un torero de época. Siguieron los pases al natural, con la mano izquierda, dando el pecho y embarcando al toro desde delante para vaciarlo con un perfecto giro de muñeca. Las series por ambos pitones se fueron sucediendo con la misma tónica, incluso instrumentó un molinete de rodillas para colocar al toro en suerte. Llegó otra tanda de toreo al natural, pases mas pausados, con mayor sabor y más plasticidad. El toro se iba acabando y Julián citó entonces de frente, en la corta distancia y uno a uno salieron de su muleta, medios circulares de frente y por la espalda para un publico ya entregado. Un pase de pecho circular, eterno y un circular por la espalda, entre las astas. Montó la espada y se oía el silencio en la plaza. Una estocada trasera y una muerte espectacular de bravo. El premio, dos orejas indiscutibles.

En su primero 'El Juli' cortó una oreja al toro menos claro del encierro. La faena fue mucho más técnica y 'profesional'; de torero veterano, de torero con mucha clase y que conoce muy bien a los toros. Fue dándole tiempo a 'Psicólogo' que así se llamaba el 'Jandilla'. Comenzó con una primera tanda, seca, cortante para el toro por el pitón derecho y una segunda más poderosa y larga. Cambió de pitón y tras dos naturales de probatura, tres largos dejándole ir. Continuó por el pitón derecho, dominando absolutamente al toro; los derechazos finales a pies juntos, manos bajas, pase de pecho y cambio de mano. Para terminar estocada casi entera.

El 'papelón' de Tomás Rufo no era sencillo. Antes de comenzar el festejo, presentarse ante una plaza prácticamente llena que esperaba a André Roca Rey y superado este problema después de matar a su primer enemigo, tener que torear justo detrás de 'El Juli' la tarde de ayer. Pero es lo que tiene querer ser torero. Lo entendió bien al no amedrentarse y cortar un trofeo a su primer enemigo y al ir a recibir al que cerraba plaza 'a porta gayola'.

Un inciso, en este momento. El público debe convencerse, quizás aprender que cualquier estocada no es válida, no para matar al toro, sino para hacerlo por dere, negro y lusitano, clavan buena banderilla al toro de Carmen Lozanocho y obtener un trofeo. Para eso hay que enterrar el estoque arriba. Una estocada caída, un bajonazo no puede ser premiado con una oreja en una plaza de primera categoría si al menos queremos mantener su prestigio.

Tomás Rufo cortó una oreja en su primero con fuerte petición de la segunda y dio una vuelta al ruedo en el que cerraba plaza. Sus dos faenas tuvieron una concepción similar. Es un torero muy elegante que maneja muy bien el capote; exquisitos sus delantales de recibo al tercer toro. Igualmente, elegantes e intensos sus ayudados por bajo al inicio de la faena de este mismo toro. Pausado en su concepto de toreo, tiene clase y muchas veces sus series son templadas y toreras. Se maneja mejor por el pitón derecho, al menos ayer; sabe llegar al público; el arrimón final al sexto, desplante incluido así lo atestigua. Pero no se puede matar tan mal. Es un torero a seguir y a esperar. Interesante de cualquier forma.

No fue la tarde propicia de Guillermo Hermoso de Mendoza. Falló con el rejón de muerte de forma continuada en sus dos toros. Discreto con los rejones de castigo en el primero no consiguió clavar ninguno en los dos intentos al cuarto de la tarde. Se quedaron prendidos sin romper sobre el lomo del toro. ¿Eran rejones con el hierro habitual o farpas portuguesas? Brilló en banderillas más por la doma que por la colocación de los rehiletes. Se cayeron las cortas y una rosa. En definitiva, pasar página y a esperar a la próxima ocasión, que calidad tiene y mucha.