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Semana Grande: Los pequeños ciclistas llegan al Boulevard

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Semana Grande

Los pequeños ciclistas llegan al Boulevard

La Bizikleta Festa ha llenado las calles de camisetas naranjas y bicis de todo tipo. Pequeños ciclistas de entre 5 y 10 años han disfrutado de una Clásica a su medida

nagore larrañaga

Martes, 16 de agosto 2022, 17:32

La 'Clásica junior' donostiarra ha vuelto con fuerza después de dos años de parón para colocarse en la cabeza del pelotón de la Semana Grande. Los más pequeños se han vestido este martes de naranja en una Bizikleta Festa que se viene celebrando desde hace más de dos décadas. El evento, organizado por Inguruko DB Txirrindularitza Kluba y Euskaltel, ha atraído a los más de doscientos pequeños deportistas que formaron el gran equipo de la prueba más esperada de la semana para muchas familias. Los ciclistas han tenido que completar un recorrido de 300 metros en el Boulevard. En contra de todo pronóstico, el tiempo ha acompañado. La organización destacaba la cantidad de niños y niñas que se habían animado a participar. «Los años en los que está anunciada lluvia no suele animarse casi nadie. Este año, sorprendentemente, no nos ha llovido y muchísima gente se ha apuntado en el último momento», contaba una de las organizadoras.

Al final, tomaron la salida más de 200 niños y niñas de entre 5 y 10 años. En el grupo de los más pequeños se encontraba María, que con casi 5 años participaba por primera vez en la Bizikleta Festa. Había llegado al Boulevard con su padre en autobús, y tenía claro a que venía. «Voy a pasarmelo bien y a disfrutar», contaba con una sonrisa que escondía debajo de su casco rosa, a juego con su bicicleta. «En Navidad voy a pedirle una morada a Olentzero», adelantaba. Rosa o morada, la bicicleta se le da bien a esta pequeña txirrindulari donostiarra, que compartía afición y entusiasmo con otros muchos niños y niñas que, tras dos años de ausencia, descubrían la carrera por primera vez. «Yo no le enseñé a andar en bici, aprendió por su cuenta», decía su padre.

Más de 200 niños y niñas de entre 5 y 10 años participaron en la Bizikleta Festa de esta Semana Grande

Mientras iban llegando los participantes y sus familias la música sonaba por los altavoces en un Boulevard cada vez más lleno de camisetas naranjas y dorsales de colores. Los ciclistas se dividieron en tres categorías: de 5 y 6 años la primera; de 7 y 8 la segunda; y de 9 y 10 la de los mayores. Todos tenían un objetivo común, divertirse, aunque seguro que en el fondo más de uno quería parecerse un poco a su ídolo demostrando su destreza sobre ruedas. Minutos antes del comienzo, algunos ciclistas como Maite sonreían para la foto que su madre mandaba al aita. Otros practicaban dando vueltas al circuito. Mikel, en cambio, esperaba la orden de su madre para lanzarse a la pista. «La semana que viene haré cinco años y estoy un poco nervioso por salir» contaba, mirando a su ama. María, por el contrario, estaba muy tranquila: «Me gusta mucho andar en bici y ya no necesito ni ruedines».

Helado para todos

A las cinco y media de la tarde se dio el pistoletazo de salida que marcaba el comienzo a la carrera y los familiares de los pequeños deportistas se colocaron detrás de las vallas para animarles. Hasta minutos antes de que empezaba la carrera muchos padres, acompañados por los txikis, seguían acercándose a la carpa donde entregaban los dorsales. Mientras, los voluntarios intentaban despejar la zona del Boulevard en la que se había habilitado el recorrido de la prueba.Izaro, que todavía no ha cumplido la edad reglamentaria, esperaba detrás de las vallas para ver a su hermana mayor, Saioa. «El año que viene participaré en la Bizikleta Festa como mi hermana», afirmaba.

Los participantes fueron divididos en grupos de diez para mantener el orden y garantizar la seguridad. María fue una de las primeras en salir. «Lo he hecho rapidísimo», aseguraba al término de la carrera, mientras daba cuenta de un helado que, al igual que el resto de los participantes, recibió una vez pasada la meta. También celebraba el final de la carrera Ander. «Amatxo, he sido el primero... Estaba muy atrás, he acelerado y de repente, ¡iba el primero!», exclamaba.

Todos miraban a las tres bicis colocadas en el podio de menor a mayor tamaño. Fueron sorteadas entre los participantes de cada una de las categorías. La más pequeña para los de 5 y 6 años; la mediana para los de 7 y 8 y la más grande para los de 9 y 10. A María no le tocó la bici, pero salía sonriente de la línea de meta con su helado en la mano, buscando a su padre para contarle todas sus hazañas. La ciclista debutante no dudará en repetir la experiencia el año que viene. Y puede que lo haga con la nueva bicicleta morada que le traerá Olentzero.

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