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Nerea Garmendia disfruta de los conciertos en Sagüés, su rincón fetiche en la Aste Nagusia. Tampoco olvida momentos de su niñez participando en las procesiones. BORJA LUNA

La Semana Grande de... Nerea Garmendia

«Soy de bocata, kiskillas y helado del limón al beso»

Laura Chamorro

San Sebastián

Domingo, 13 de agosto 2023, 08:10

Es una de las intérpretes guipuzcoanas más exitosas de las dos últimas décadas. Ha triunfado dentro y fuera de nuestras fronteras en papeles tan diversos ... como ricos. Quienes la conocen la definen como «cercana, natural y divertida». Ella es Nerea Garmendia, beasaindarra de nacimiento y donostiarra de adopción. Una mujer que siempre tuvo una clara vocación por la interpretación y que lucha cada día por seguir cumpliendo aquel sueño. Su popularidad se disparó gracias a 'Vaya Semanita' y a 'Los hombres de Paco'. Desde aquel inolvidable 2006, su actividad ha sido una constante en cine, teatro y televisión. Actualmente se encuentra al frente de su monológo 'Con taras y a lo loco' y colabora en los programas 'Distrito Euskadi' y 'Akelarre' de EITB.

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Dicho esto, y a pesar de su incansable ritmo de trabajo, su agenda siempre se ralentiza para intentar disfrutar de su amada Aste Nagusia.

- Arranquemos por la infancia... ¿Cómo recuerdas tus primeras Semanas Grandes?

- Recuerdo vivirlas con mucha ilusión. Residíamos en Beasain y veníamos a Donostia a pasar el día en la playa y a disfrutar de las diferentes actividades de la programación. Los fuegos artificiales me producían pavor, pero aún así no perdonaba una noche y no dejaba de verlos. Después del espectáculo pirotécnico degustábamos el helado en los Italianos y nos íbamos a casa. Era tan pequeña y vivía con tanta pasión la fiesta, que a veces ni siquiera llegaba despierta al momento «helado» y me quedaba dormida en la típica silla txuriurdin que se parecía a los toldos de la playa. A medida que fui creciendo, mis padres ampliaron el plan familiar llevándome a las ferias a montar en el canguro y a comer manzana dulce. ¡Cómo me gustaba!

- Los años fueron pasando y llegó tu adolescencia, tu juventud. Entiendo que sustituiste los fuegos y el helado por los conciertos y los amigos...

- ¿Juventud te refieres a cuando era más joven que ahora? (Se ríe). De adolescente empecé a disfrutar de los días de playa con la cuadrilla, la duchita posterior y a ponerme guapa para salir a cenar. Comprábamos el bocata en el Juantxo, las kiskillas, cogíamos sitio en la playa y cenábamos en la Concha mientras nos caían las chispas de las «japonesas». No fallábamos al toro de fuego posterior, ya que a mi amiga Bea le apasionaba. Después nos trasladábamos a las barracas para ver quién era la más valiente y rematábamos el plan en Sagüés. No lo perdonábamos.

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- Dicho lo cual, tu plan favorito era...

- Bocata, fuegos artificiales y concierto en Sagüés. Sin duda alguna, era un planazo disfrutar de la música en directo desde un enclave como ese. Era, es y será mi lugar favorito.

- Actualmente tu vida ha dado un giro de 180 grados y tu evolución personal y profesional ha sido tremenda. ¿Puedes disfrutar de la Semana Grande como antaño?

- El plan es parecido, pero distinto. Es decir, he dejado aparcadas las juergas y apuesto por planes de día. Cojo mi Camper, si hay sitio la aparco en Sagüés y si no en un área para autocaravanas ubicada en el Antiguo. Aprovecho para coger la bici e ir a pasar el día a la playa. También me gusta aprovechar la Semana Grande para hacer rutas de pinchos y sidrerías. Al vivir fuera, echo mucho de menos nuestra gastronomía, sobre todo una buena ensalada de lechuga con cebolleta. Ver el atardecer en la Zurriola con mi chico, mi perro y mis amigos no tiene precio. Y por supuesto, no perdono los fuegos artificiales. Antes me daban miedo y ahora me encanta sentir su palpitar en mi pecho. Para rematar, un poco de Sagüés y a casa. Sé que todo es muy donostiarra, pero es lo que me gusta.

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- Veo que eres una mujer de costumbres...

- Sí. Que mi trabajo me permita disfrutar de la Aste Nagusia en mi querida ciudad es una maravilla. Haciendo todos los días lo mismo y disfrutando de mi gente. Si hace buen tiempo, perfecto, y si no también. No pido mucho más.

- Nerea, termino la entrevista con un clásico: ¿Helado de chocolate o de limón?

- (Se ríe). Limón al beso, es decir, helado de limón bañado de chocolate. Soy muy clásica para los sabores. Siempre apuesto por lo seguro. Y, por supuesto, en el tamaño más grande y con cucurucho, nada de tarrinas.

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- ¡Feliz Semana Grande!

- Gora Aste Nagusia!

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