La segunda vida de una cafetería donostiarra en Paiporta

La vida de miles de valencianos cambió de la noche a la mañana hace más de un mes, el pasado 29 de octubre, cuando la DANA arrasó numerosos pueblos de la provincia de Valencia. El color marrón del fango se hizo con todo. Silvia Martínez, paiportina y dueña del bar Arosa, ubicado en la misma localidad, no sabía cómo «salir adelante. No pudimos salvar nada del bar», cuenta más de cuatro semanas después, aún con una inmensa desesperación y frustración en el cuerpo. Lo que nunca se imaginó es que la ayuda para volver a reconstruir su negocio llegaría desde Donostia. «Una clienta habitual me explicó la siguiente situación. 'Tengo una familiar que acaba de cerrar su cafetería y está interesada en donar todos los muebles y los electrodomésticos a algún local valenciano'», explica Silvia. La sorpresa fue «enorme».

A más de 580 kilómetros se encontraban Amaia Urdampilleta y Javi Remírez, los otros protagonistas de esta historia de solidaridad. Después de 10 años al frente del Ijentea Kafea, local que hacía esquina junto al Club Náutico y el ayuntamiento de Donostia, el pasado 11 de noviembre bajaron la persiana. «No tuvimos opción. Con toda la pena del mundo tuvimos que cerrar, y no sabíamos qué hacer con los muebles», comienza. «Primero decidimos poner todo a la venta». Luego, se les encendió la bombilla. «¿Y si donamos todo a locales en Valencia, para que puedan hacer uso de nuestros electrodomésticos y muebles?», se preguntaron. «La pena de quedarte sin trabajo es enorme. Pero al menos podemos ayudar a reconstruir varios comercios valencianos», reconoce Amaia.

Con la idea organizada, solo faltaba encontrar respuesta a una importante cuestión. «¿Cómo vamos a hacer llegar todo el material a Paiporta?», se cuestionaba. Así, la historia llegó a los oídos de una socia del Club Deportivo Triku, «Marta Badiola, que además fue quien diseñó y decoró el local de la cafetería hace 10 años». El club, que ya se movilizó hace unas semanas y acudió a Masanasa para limpiar calles y locales, tampoco dudó en echar una mano esta vez.

Casi una decena de voluntarios del club de triatlón ayudaron a empaquetar todos los muebles en camiones y furgonetas para poner rumbo a Paiporta. Salieron el pasado viernes y «cuando llegamos me chocó muchísimo la imagen que me encontré», confiesa Amaia. «Ha pasado más de un mes y todo sigue lleno de barro, destrozado... Casi no han avanzado». A pesar de haber visto imágenes en las noticias, «verlo en directo, con tus propios ojos, impacta muchísimo. Es muy difícil», añade, a la vez que explica que «todos allí estaban súper agradecidos. No paraban de darnos las gracias por ir y por ayudar con nuestra aportación».

Además del bar Arosa de Silvia, los muebles y demás enseres han sido repartidos de tal forma que hasta cinco comercios han recibido la ayuda de los donostiarras: tres bares y cafeterías, un obrador y una papelería. Esta última ha recibido «parte de la barra que tenía el Ijentea Kafea para su mostrador», señala Silvia. «Estamos todos la mar de felices y muy agradecidos. Paiporta, a día de hoy, sigue sin comercios. Solo hay un supermercado para 27.000 habitantes...», lamenta. Esta acción solidaria ha animado a otros a hacer lo mismo y, ahora, es una carnicería del barrio de Amara la que, tras su cierre, destinará a finales de este mes sus enseres a restaurantes y otros locales en Masanasa. Acciones como estas «hacen que poco a poco se vayan repoblando los negocios afectados. Va a costar mucho. Remontaremos, pero costará», asegura Silvia.