Los jardines de estilo decó de Alderdi Eder, en una postal coloreada de 1925.Fondo Galarza de San Telmo Museoa
La remodelación de los jardines de Alderdi Eder cumple cien años
Urbanismo ·
Benito Menéndez, director municipal de Jardines, diseñó en 1924 el actual espacio ajardinado estilo decó, que priorizaba la estancia en vez del tránsito y no dejaba lugar para las antiguas paradas militares
Lola Horcajo y Juan José Fdez. Beobide
Lunes, 6 de enero 2025, 00:12
La exposición fotográfica 'Recuerdo de San Sebastián', que estará abierta en San Telmo Museoa hasta el día 26, muestra cerca de 300 imágenes que dan ... cuenta de la evolución de la ciudad en la primera mitad del siglo XX. Entre ellas, las dedicadas a los jardines de Alderdi Eder revelan la gran transformación que tuvo lugar en ellos hace precisamente un siglo y que se ha conservado esencialmente hasta hoy.
De Erregesoro a Alderdi Eder. Cuando se derribaron las murallas en 1864, la gran explanada que daba a la bahía se reservó para campo de instrucción militar, recibiendo el nombre de Erregesoro (campo del rey), aludiendo a que dicho terreno no pertenecía a la ciudad, sino al Estado.
San Sebastián no podía renunciar a estos terrenos y acordó con el Ministerio de Guerra su trueque, cediéndole los arenales de Ondarreta. Así, el campo de maniobras quedó libre para destinarlo a parque y jardines públicos, pasando a llamarse Alderdi Eder (lugar hermoso) por la posición que ocupaba y la belleza de las vistas que ofrecía.
El Monte Ruso. En 1880, el jardinero municipal Pierre Ducasse realizó las primeras plantaciones en este lugar, que hasta entonces había estado yermo. Para protegerlas de temporales y vientos marinos, dispuso, desde la primera rampa de bajada a la playa, un estrecho montículo ajardinado paralelo al muro de costa, de unos 100 metros de largo y unos 5 de altura, que fue llamado Monte Ruso. En su parte superior había un pequeño paseo romántico semiescondido entre arbustos, con bancos y decoración de rocalla, que al parecer se convirtió en un «refugio de enamorados y comedero de franceses».
Para la inauguración del Gran Casino en 1887, se terminó de ajardinar Alderdi Eder, disponiendo dos grandes macizos triangulares frente al Casino y dejando una avenida de tránsito desde el Boulevard hacia la playa.
Alderdi Eder, con macizos circulares, la fuente con surtidor y el Monte Ruso al fondo en 1906. Debajo, inauguración del monumento al Centenario en 1913.
Fondo Galarza de San Telmo Museoa
A finales del siglo XIX, se sustituyeron los parterres triangulares por macizos redondos en relieve, que dejaban más espacio libre al público que se congregaba para oír los conciertos del Casino. En 1899, se colocó una fuente con surtidores que se anunció como «monumental», pero que se hizo con tan bajo presupuesto que fue motivo de chanza para los donostiarras.
El monumento al Centenario. La ampliación del paseo de la Concha, llevada a cabo entre 1910 y 1912, supuso la desaparición del Monte Ruso y de la fuente, la colocación de la nueva barandilla de Alday y la remodelación de los jardines, que se adornaron con la escultura de las bailarinas (hoy en el paseo de Francia) y una pareja de leones de mármol traídos de Florencia. En 1913, se realizó una nueva reforma para dar cabida al monumento del Centenario, que conmemoraba la reedificación de San Sebastián tras la destrucción de 1813. Además, el diseño de parterres dejaba grandes espacios frente al Casino, que permitieron la realización de desfiles militares y juras de bandera.
El imponente conjunto monumental, presidido por una estatua de la reina María Cristina, no fue del gusto de la mayoría de la población, ni tan siquiera de la propia reina madre, y sólo duró once años, desapareciendo en febrero de 1924. Sus elementos escultóricos se desmontaron con la intención de que se utilizaran en otros lugares de la ciudad, como un grupo de soldados que fueron a parar al Cementerio de los Ingleses y la estatua de la reina, que fue a los jardines de Ondarreta.
Jardines de estilo decó. La supresión del monumento al Centenario permitió realizar un cambio radical de los jardines de Alderdi Eder. En 1924, el director municipal de Jardines, Benito Menéndez, diseñó un espacio que priorizaba la estancia en vez del tránsito y no dejaba lugar a las paradas militares. Para ello, compartimentó el espacio con grupos simétricos de parterres rectangulares y un gran macizo circular (donde había estado el monumento), formando un conjunto de gusto decó. Incorporó elementos propios de la jardinería de estilo español, como pérgolas cubiertas de enredaderas, un estanque con su fuente, asientos decorados con azulejos y pavimentos de baldosas rojas. Todo ello lo completó plantando los tamarices, unificando así el arbolado con el resto del paseo de La Concha.
Los datos
1880
Pierre Ducasse realiza las primeras plantaciones en Alderdi Eder.
1887
Se inaugura el Casino y los jardines con parterres triangulares.
1899
Colocación de una fuente con surtidores.
1911
Desaparición del Monte Ruso.
1913
Inauguración del monumento al Centenario.
1924
Desaparición del monumento.
1924
Benito Menéndez diseña los nuevos jardines estilo decó.
De este modo, Alderdi Eder se convirtió en el lugar preferido para los juegos infantiles, lo que daría pie a la típica imagen donostiarra de las uniformadas iñudes con blancas cofias y los niños con primorosos vestidos jugando entre los cuidados jardines. Estos jardines, con pocas alteraciones, se conservaron hasta la construcción del parking de Alderdi Eder, inaugurado en 1998, lo que supuso que una parte quedara ocupada por el tiovivo y el parque infantil, y en el resto, la reposición del jardín se hizo con elementos diferentes a los originales, lo que resultó en la pérdida de armonía del conjunto.
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