Reeducar para evitar el consumo de drogas
Un programa municipal, desarrollado por la asociación Orain, permite sustituir las multas por consumo de alcohol o drogas por intervenciones psicoeducativas
La semana pasada distintos medios de comunicación se hacían eco de la historia de Carmen, una mujer de Balmaseda a la que le llegó una multa de 200 euros porque su hijo, menor de edad, había sido pillado consumiendo alcohol en la vía pública. Esta madre, sin pensárselo dos veces, acudió al Ayuntamiento de la localidad para pedir que conmutaran la multa del chaval por trabajos comunitarios, para que aprendiese el coste y las consecuencias de sus acciones. En San Sebastián, Carmen habría encontrado otra alternativa para evitar la sanción, una basada en la reeducación.
Desde 2007 el Ayuntamiento tiene en marcha un programa de atención a adolescentes menores de edad que han sido 'pillados' con alcohol o drogas. Esta iniciativa, popularmente conocida como 'quitamultas', consiste en sustituir las sanciones impuestas por el consumo o tenencia de estas sustancias por una intervención psicoeducativa.
«Esta intervención educativa se diseña teniendo en cuenta el perfil de consumo y las circunstancias personales, escolares, familiares y de iguales. En función de la evaluación final de dicha intervención, le será remitida o no la sanción al menor», explican desde la asociación Orain, encargada este pasado 2020 de implementar y desarrollar este programa para prevenir adicciones.
A lo largo del año pasado un total de 89 menores, 92 familiares y dos educadores tomaron parte del mismo, con resultados satisfactorios a tenor de lo expresado por los participantes, que lo valoraron de forma muy positiva (el 93%). «Se han atendido todos los casos que han querido participar en la intervención psicoeducativa y la gran mayoría lo ha aprovechado, asistiendo a las sesiones, adoptando una actitud participativa y abierta al trabajo personal, y cubriendo los objetivos planificados al inicio de la intervención», apuntan desde esta entidad. Únicamente dos usuarios obtuvieron una valoración negativa debido a su falta de compromiso con la intervención y su falta de asistencia a las sesiones.
La concejala de Salud Pública, Marisol Garmendia, destaca que se trata de un programa «valioso con el que el Ayuntamiento no busca la penalización de una actitud o la posesión de este tipo de sustancias, ya sea alcohol o drogas, sino la reeducación de los menores, haciéndoles comprender que el consumo de las mismas no acarrea más que problemas de todo tipo».
Diferentes perfiles
Generalmente, la Guardia Municipal denuncia un comportamiento por consumo de alcohol y drogas por parte de algún menor y, al comunicárselo a la familia, se les invita a participar en este programa. Si la familia acepta, se comunica al departamento correspondiente para que paralice el expediente sancionador. También hay intervenciones sin multas, avisando igualmente a la familia e invitándola a participar en la actividad. Las intervenciones con multa fueron 54 en el año 2017, 76 en el 2018, 95 en 2019 y 48 hasta septiembre del 2020.
«No busca penalizar, sino hacer comprender que el consumo de drogas solo acarrea problemas», señala Garmendia (PSE)
De los 89 menores que se atendieron en total –con o sin sanción– en 2020, un 72% fueron chicos (64) y el 28% restante chicas (25). Desde la asociación Orain destacan que este año, al igual que el anterior, la entrada y participación de las chicas ha resultado más alta que en los últimos años. «En línea con lo que indican las estadísticas de uso de sustancias en menores de edad, en los que se constata progresivamente un mayor uso de sustancias por parte de las chicas», informan.
Por edades, los participantes en este programa van desde los 14 a los 18 años, si bien la mayoría rondan los 16, 17 y 18 años. Los de 18 años suponen el 45% del total de usuarios, a los que se les sanciona siendo menores de edad pero que realizan el programa una vez cumplida la mayoría. En 2020 ha disminuido la entrada de casos de adolescencia temprana, no habiendo casos de 13 años y únicamente ha habido uno de 14 años.
Aunque suponen un 27% de los casos, se constata un progresivo aumento de uso de sustancias por parte de las chicas
La mayoría de las sanciones impuestas fueron por consumo o tenencia de cannabis: 49 usuarios (el 54%) frente a los 41 sancionados por alcohol (46%). «Estos datos suponen el mantenimiento de una tendencia que se viene observando en los últimos años, en los que cada vez hay más sanciones por consumo o tenencia de alcohol. Hasta el punto de que casi alcanzan las multas por cannabis, que históricamente siempre han sido claramente más numerosas», indican en Orain.
EL PROGRAMA
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Quién lo presta. El año pasado lo desarrolló el equipo de prevención de adicciones de la asociación Orain.
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Objetivo. Sustituir la sanción por un programa psicoeducativo para reeducar y concienciar sobre los consumos.
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Usuarios. Un 72% chichos y un 28% chicas. En este último caso la cifra va en aumento.
En cuanto a los datos sobre escolaridad de los menores atendidos, el 25% estaban estudiando en la ESO, el 25% cursaban estudios de Bachillerato, otro 16% estaba haciendo un grado medio y el 12% restante era alumno de FP Básica. Aparte, otros diez ya estaban cursando estudios universitarios.
Año complicado
Como en muchos otros ámbitos, este 2020 también ha sido complicado para el desarrollo de este programa reeducativo por culpa de la pandemia del coronavirus. Entre los meses de marzo y mayo estuvo paralizado y, una vez que pudo reactivarse, se tuvo que realizar de forma parcial, ya que se tuvieron que suspender los espacios grupales de intervención por las restricciones impuestas y el riesgo a posibles contagios. Esto afectó a los talleres de prevención para los adolescentes y las charlas de orientación para padres y madres.
Ante esta tesitura, el equipo de Orain activó la intervención digital vía internet y a finales de año pudo desarrollar el primer taller grupal online. «Se abre la posibilidad de utilizar este formato como alternativa real en situaciones en las que se considere oportuno, tanto en las intervenciones individuales como en las grupales, ya sean con adolescentes o con padres», indican desde la asociación.
La pandemia ha reducido en un 28% el número de adolescentes atendidos y cancelado algunas de las intervenciones grupales
El Covid-19 también ha supuesto una caída en el número de casos atendidos en relación a años anteriores. Así, la tendencia ascendente y continua que se venía registrando desde el 2012 sufrió el año pasado un claro retroceso. Solo en 2019 se llegaron a atender 114 casos, un 28% más que el años siguiente.
Por otro lado, en 2020 la prevención de las adicciones ha pasado de formar parte del departamento de Bienestar Social al de Salud Pública y Bienestar Animal, un cambio que «apenas ha afectado al trabajo desarrollado con los adolescentes y sus familias, aunque sí ha supuesto dejar de utilizar los locales municipales de los servicios sociales que se venían utilizando desde la puesta en marcha del programa», apuntan desde Orain.
Otro de los aspectos que también complica el trabajo de los técnicos de esta asociación en la entrada irregular de los casos que atienden. Señalan que, como ya ocurriera en años anteriores, en enero, febrero, abril, mayo, junio y septiembre apenas entran nuevos adolescentes al programa, mientras que en los de marzo, agosto y diciembre «se produce una avalancha, de forma que entra el 64% del total de casos anuales», informan.
Una irregularidad que «supone una gran inestabilidad laboral para los profesionales y en los ingresos económicos para la asociación». Es por ello que piden al Ayuntamiento que dedique más presupuesto a este programa, que derive aquí otro tipo de casos, y que haya un nivel de coordinación «óptimo» entre departamentos como son el de Salud Pública, Guardia Municipal y Hacienda «que permita llevar adelante el flujo de trabajo establecido en la licitación».