El Petit Casino cumple 100 años
Su apertura en 1925 dio pie a la creación de la empresa Sade, dueña también del Miramar, el Bellas Artes, el teatro Príncipe y el Trueba, que fue la principal referencia del entretenimiento en Donostia
Carlos Blasco
Lunes, 23 de junio 2025
Nacido en el Goierri en 1864, Vicente Mendizábal se convirtió en una figura clave en la transformación arquitectónica de San Sebastián durante la Belle Époque. Inició su trayectoria como cantero antes de fundar su propia empresa constructora, con la que participó en proyectos de gran envergadura. Junto a sus socios Olasagasti y Arteaga, desempeñó un papel fundamental en la edificación del Hotel María Cristina y del Teatro Victoria Eugenia, dos joyas arquitectónicas que continúan siendo iconos de la ciudad. Su ritmo de trabajo era vertiginoso: se dice que su equipo logró levantar hasta 18 edificios en un solo año.
Su visión empresarial no se limitó a la construcción, sino que también intervino con éxito en la industria cinematográfica. En 1913, inauguró el Salón Miramar en la calle Aldamar, considerado el primer cine moderno de San Sebastián. Su apuesta por el séptimo arte le llevó a fundar el Bellas Artes en 1914, el Trueba en 1923 y el Pequeño Casino en 1925, consolidándose, así como el principal empresario cinematográfico de la ciudad.
Vicente Mendizábal falleció en 1935, dejando un legado arquitectónico y cultural imborrable. Su contribución a la modernización de San Sebastián sigue siendo reconocida y admirada, y su huella en la ciudad perdura en cada una de sus construcciones.

1925, se inaugura El Petit Casino
Ubicada en la estratégica esquina de la calle Mayor con Ijentea, esta zona de San Sebastián siempre despertó gran interés gracias a la presencia del Parador Real, posteriormente convertido en el Hotel Central. En 1924, el Círculo Easonense adquirió el edificio y en julio de ese mismo año inauguró en sus bajos el 'Majestic Palace', un restaurante de altísimo nivel. Este desarrollo convirtió la zona en un enclave idóneo para la apertura de un local dedicado al espectáculo.
A principios del siglo XX, la casa de la calle Mayor, 1 pertenecía a la viuda de Petrirena. Vicente Mendizábal vio en ella una oportunidad y la adquirió, aprovechando su ubicación junto al 'Majestic Palace' y el Gran Casino. En febrero de 1924, solicitó al Ayuntamiento la licencia para transformar la casa en un teatro.
La apuesta de Vicente Mendizabal por el cine le llevó a fundar en una década el Bellas Artes, el Trueba y el Petit Casino
Un año más tarde, el 19 de junio de 1925, comunicó que «se han terminado las obras del edificio que con destino a Salón de Cinematógrafo he construido en el solar nº 1 de la calle Mayor de esta Ciudad». En julio de ese mismo año, el Ayuntamiento concedió la autorización para su uso.
Así nació el Petit Casino, una sala descrita como «pequeña y coquetona», que abrió sus puertas el 10 de julio de 1925 con la intención de ofrecer al público cine y espectáculos inspirados en las revistas de moda de los grandes teatros europeos, adaptados a las dimensiones de su escenario. La inauguración fue todo un éxito. 'La Voz de Guipúzcoa' relataba: «Se verificó ayer, por la noche, la inauguración de este nuevo local, que fue muy elogiado por el numeroso público que llenó todas las localidades. Es una elegante sala, decorada con sencillez, pero con manifiesto buen gusto, profusamente iluminada y con butacas comodísimas».
El espectáculo de apertura estuvo a cargo de la prestigiosa compañía de bailes rusos Eltzoff, que llegó directamente de París, Londres y Berlín, donde ya había cosechado grandes éxitos. Por un precio de entrada de dos pesetas, donostiarras y veraneantes pudieron disfrutar de una función de primer nivel.
Al día siguiente, el Petit Casino comenzó a inclinarse también hacia el mundo del cine, proyectando un «cine selecto» que rápidamente conquistó al público. El 17 de julio, reafirmando su apuesta por la calidad artística, presentó a 'Corona', un virtuoso musical con un repertorio innovador de instrumentos, y a 'Las 9 Oswald's Girls', una troupe de nueve artistas inglesas que ofrecían un espectáculo de cantos y bailes internacionales con gran prestigio en los principales teatros europeos.
Nace la Sade
El 28 de diciembre de 1925 marcó un punto de inflexión en la historia del entretenimiento en San Sebastián con la fundación de la Sociedad Anónima de Deportes y Espectáculos (Sade), una empresa que transformaría la exhibición cinematográfica y teatral en la ciudad.
Según recoge Montserrat Gárate en su libro 'Cien años de la vida económica de San Sebastián (1887-1987)', «como socios fundadores figuran el donostiarra Mauricio Damborenea Irazusta junto con la sociedad 'Mendizábal, Treviño y Cía.' y el bilbaíno Santiago Ugarte y Aurrecoechea».
La nueva empresa nació con una posición privilegiada en el sector gracias a su considerable capital social y el control de cinco salas de proyección: el Salón Miramar (1913), el Bellas Artes (1914), el Teatro Príncipe (1922), el Trueba (1923), y el Petit Casino (1925). Esta infraestructura le permitió a la Sade monopolizar la mayor parte de las proyecciones cinematográficas de renombre y cerrar acuerdos exclusivos con importantes productoras tanto americanas como españolas.
El aporte de cada una de las empresas fusionadas fue clave en la configuración de la Sade. Vicente Mendizábal contribuyó con cuatro cines emblemáticos, mientras que los otros socios aportaron a la sociedad el Teatro Príncipe y sus frontones. Precisamente, la inclusión de estos recintos deportivos en la operación justificó la denominación de «Deportes y Espectáculos» en el nombre de la compañía.
En el momento de su creación, la Sade debió enfrentar la competencia de cuatro salas alternativas: el Novedades, el Principal, el Victoria Eugenia y el Gran Kursaal. Sin embargo, la solidez de su estructura y la exclusividad de su programación permitieron que se consolidara como la principal referencia del entretenimiento en San Sebastián.

Petit Casino o Pequeño Casino
En 1940, una orden ministerial prohibió el uso de nombres extranjeros en rótulos públicos. Como consecuencia, el icónico Petit Casino tuvo que modificar su nombre y pasó a llamarse 'Pequeño Casino'.
A pesar del cambio oficial, en la memoria de los donostiarras siguió siendo el Petit Casino, símbolo de una época.
Bajo su nueva denominación, el Pequeño Casino continuó operando durante décadas, proyectando infinidad de películas para el gran público, muchas veces en sesiones dobles. Su programación lo convirtió en un punto de referencia para los amantes del cine en San Sebastián.
En 1967, otra orden ministerial supuso un nuevo giro en la historia del antiguo Petit Casino. Esta norma permitió la creación de los llamados «cines de arte y ensayo», salas especializadas en la proyección de películas que, de otro modo, no habrían encontrado espacio en los circuitos comerciales tradicionales. Dos años más tarde, en 1969, el Gran Kursaal se acogió a esta disposición e inauguró su sala de arte y ensayo 'Inexa de Gaxen'.
Durante un tiempo, la histórica sala donostiarra se especializó en cine de arte y ensayo, acercando al público películas de autor
Siguiendo esta tendencia, la Sociedad Anónima de Deportes y Espectáculos (Sade) decidió adaptar el Petit Casino a este modelo de exhibición. El 19 de enero de 1974, inauguró la 'Sala Especial', proyectando la película 'Le charme discret de la bourgeoisie', de Luis Buñuel. Durante un tiempo, la histórica sala donostiarra se especializó en cine de arte y ensayo, acercando al público películas de autor, alejadas del cine comercial convencional.
El primer multicines
La competencia entre los cines de San Sebastián era grande, pero el mayor desafío llegaba de la televisión, que restaba espectadores a las salas de proyección. Para adaptarse a los nuevos tiempos, la Sade decidió transformar el Petit Casino en el primer 'Multicines' de la ciudad.
En mayo de 1984, el cine cerró sus puertas para acometer las obras de acondicionamiento. Cuatro meses después, el 15 de septiembre, el 'Multicines Petit Casino' reabrió coincidiendo con la celebración del Festival Internacional de Cine.
En los años 80 la competencia era grande, pero el mayor desafío llegaba de las cadenas privadas de televisión
El renovado Multicines Petit Casino contaba con tres salas. La sala número 1, ubicada en el antiguo patio de butacas, tenía una capacidad para 173 espectadores. La sala número 2, en el antiguo anfiteatro, podía albergar a 92 personas y utilizaba un sistema de proyección mediante espejos. La sala número 3, situada en la última planta, tenía capacidad para 205 espectadores y proyectaba de manera tradicional. Esta última sala se inauguró el 17 de septiembre con la sección 'Panorama del Cine Español' del Festival de Cine.
El nuevo complejo cinematográfico incorporó un sistema automático de proyección, un avance tecnológico del que solo existían cinco instalaciones similares en toda España. Con esta innovadora apuesta, la Sade logró mantener al Petit Casino a la vanguardia del sector cinematográfico en San Sebastián, adaptándose a los nuevos hábitos de consumo audiovisual y ofreciendo una experiencia renovada a los espectadores.
El 12 de octubre de 1998, el cine proyectó sus últimas películas: 'La sombra de la noche', 'Baila conmigo', 'Los años bárbaros', 'Atilano presidente' y 'Tango'. Pocos días después, El Diario Vasco publicó un reportaje bajo el título: «La conversión del Petit Casino en sala de juegos, en marcha».

El Casino Kursaal
La competencia en el sector del entretenimiento siempre fue intensa en San Sebastián, pero en la década de 1990 se recrudeció aún más con la irrupción de las cadenas privadas de televisión. En este contexto, el Casino Kursaal, que desde el 10 de junio de 1978 operaba en el Hotel de Londres y se había convertido en un referente de la ciudad, enfrentó un giro inesperado en su historia.
La empresa Norcapital, fruto de la unión entre Norgestión y Ucem, vio en el casino una oportunidad de inversión y adquirió la sociedad. Sin embargo, este movimiento resultó fallido y dejó al Casino Kursaal en una delicada situación económica.
Ante este panorama, los propios trabajadores asumieron el control de la sociedad, comprando las acciones por un precio simbólico y haciéndose cargo de todas las deudas.
El Hotel de Londres, por su parte, decidió recuperar sus salones y ampliar su oferta hostelera, dejando al casino en la necesidad de encontrar una nueva ubicación.
Se consideraron varias alternativas, y finalmente, en el marco de las negociaciones con la Sade, su gerente Leo Arsuaga ofreció la posibilidad de instalar el casino en el Petit Casino.
El 5 de junio de 1999, el Casino Kursaal inauguró sus nuevas instalaciones en el Petit Casino en un acto que contó con la presencia del consejero de Interior, Javier Balza, y el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza. Desde entonces, el antiguo Petit Casino sigue acogiendo la actividad del Casino Kursaal, consolidándose como un punto importante del ocio en la ciudad.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.