El Otxote Eguzkilore cumple 25 años
Vinculado a la Cofradía Vasca de Gastronomía, adoptó el nombre de la flor que es símbolo de la misma | Actúan en los eventos de la Gastronómica y anualmente hacen un concierto benéfico a favor de las misiones franciscanas en Bolivia
Cumplen 25 años de andadura. Nacieron en 1994, vinculados a la Cofradía Vasca de Gastronomía y adoptaron como nombre Eguzkilore, la flor protectora de ... los vascos que es también el símbolo de esta cofradía. El Otxote Eguzkilore se crea por iniciativa de quien fue su primer director, Paco Aróstegui. «Sociedades como Gaztelubide o Gaztelupe tenían sus otxotes y él se dirigió a Luis Mocoroa y le sugirió la idea», explica Iñaki Zabaleta, coordinador del grupo. «De ahí surgió».
El Otxote Eguzkilore está formado por doce componentes, procedentes en su mayoría de los grandes coros guipuzcoanos: Orfeón Donostiarra, Coro Easo, u otros. «Durante muchos años nuestro director fue Peio Mendizabal pero se murió hace tres y desde entonces uno de nosotros, Xabier Rincón, dirige los ensayos», relata Zabaleta. «Para los conciertos más importantes contamos con Ramón Beraza, que ha dirigido al coro Easo y actualmente dirige al Otxote Ertizka. Colabora con nosotros en situaciones puntuales de mayor compromiso».
Iñaki Zabaleta entró a formar parte del Otxote Eguzkilore en 2001. «Me llamó José Alberto Zapirain, un barítono de Errenteria, que era solista del Coro Easo y también del Eguzkilore», explica. «Antes canté en algún coro, pero fundamentalmente como solista. He grabado algunos discos. El último, hace dos. También he dado conciertos en solitario. Fui monaguillo en Oiartzun y allí empezó a cautivarme el mundo de la música, al oír a los coros. Participé en el coro de tiples de Don Bosco y estuve 6 años en el conjunto Oskarbi».
Notan que ha bajado la demanda de conciertos y piden apoyo municipal en su 25 aniversario
Nacido en Bargara, Iñaki Zabaleta llegó a Oiartzun de pequeño y aunque ahora vive en Donosti se considera oiartzuarra. ¿Qué se pierde quien no canta? «Desde la religión se nos dice que cantar es como rezar dos veces y para mí cantar es como disfrutar dos veces de la vida. Si te gusta cantar, buscas cualquier momento para ello, no solo en otxotes, sino en reuniones de amigos. Cualquier situación es buena para ello».
Al terminar un concierto, los aplausos del público dan siempre satisfacción. «Lo importante es que el público perciba que lo has hecho bien. Luego están los detalles que analizamos para corregir los pequeños fallos. Siempre hay algo que mejorar».
Cantan en los actos oficiales de la Cofradía Vasca de Gastronomía. «En su sede tenemos nuestro local de ensayo y cantamos en el capítulo en el que se nombran cofrades y en otros eventos oficiales. También contamos con ellos para permisos u otras cuestiones administrativas y cuando hay alguna dificultad».
El Otxote Eguzkilore ha actuado en diversas localidades del País Vasco y Francia, en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de San Sebastián, en el Salón del Ciento del Ayuntamiento de Barcelona o en la sala de Cámara del Kursaal. En el 2000 grabó su primer disco de canciones populares, principalmente del folklore vasco. En septiembre de 2002 viajó al Festival de Flandes, donde ofreció dos conciertos a capella con gran éxito en la Catedral Saint Bavon de Gante, donde compartieron escenario con la Orquesta Sinfónica de Birmingham, y en la iglesia de Saint Jacques de Koudenberg, de Bruselas.
En 2002 y 2003 interpretaron en Errenteria y San Sebastián, junto con la Orquesta de Cámara Errenteria Musikal, la misa de Réquiem de Lorenzo Perosi, con orquestación del maestro Tomás Aragüés. En 2005, en la catedral de Saint Flour en el Macizo Central francés ofrecieron un concierto a capella, dentro del Festival de las Regiones de Montaña. En 2007, otro similar en Semussac, en el Pays Royannais, en el marco del programa Jeudis Musicaux des Églises Romanes.
Participaron en el centenario de la Real Sociedad en el estadio de Anoeta y en numerosas inauguraciones. Anualmente realizan un concierto en la parroquia de los Padres Franciscanos, para sus misiones en Bolivia. El realizado este mes, sirvió también para conmemorar sus 25 años de andadura.
Los otxotes surgieron en Gipuzkoa y Bizkaia en los años 60 como una reducción de los coros, con dos cantantes por cuerda: dos tenores, dos tenores segundos, dos barítonos, dos bajos y el director. «Esto fue cambiando poco a poco porque vimos que para un concierto se necesitaba más gente», explica Iñaki Zabaleta. «Por eso los otxotes se incrementaron a 12, 13, o 14 voces, cifras en las que nosotros nos movemos. Son, en vez de dos, tres voces por cuerda».
Ahora notan que hay crisis y que les llaman menos para actuar, especialmente cuando hay que hacer algún desplazamiento.
«Por eso animamos al Ayuntamiento a que nos apoye en nuestro 25 aniversario contando con nosotros para actuar en los eventos que se organicen».
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