Los nuevos accesos al Topo en Donostia: de las 'coralinas' al minimalismo en el Centro
Las futuras entradas de la calle Loiola y la plaza Xabier Zubiri tendrán estructuras acristaladas y de escasa altura a pie de calle para provocar un menor impacto visual en el entorno urbano
Las afecciones a pie de calle por las obras de la pasante soterrada del Topo por el centro de Donostia están a punto de culminar ... después de siete años de trabajos y ya se puede ver el rediseño definitivo de calles como Easo o San Bartolomé, dos de las que más han sufrido los rigores de unas obras de este calado. Sin embargo, aún quedan algunas incógnitas por resolver, como la forma en la que se rematarán los accesos a la futura estación soterrada del Centro-La Concha, que estarán ubicados al final de la calle Loiola (junto a la catedral del Buen Pastor) y en la plaza Xabier Zubiri (junto al hotel Londres). Fuentes de Euskal Trenbide Sarea (ETS), la empresa pública dependiente del Gobierno Vasco que se encarga de la construcción de la variante del Topo, avanzan a este periódico que se optará por un diseño minimalista en el que imperarán el cristal y los elementos «diáfanos» de escasa altura para provocar el menor impacto visual posible en el entorno urbano. Es decir, los accesos de la estación del Centro no contarán con las esbeltas marquesinas de aluminio y cristal, conocidas popularmente como 'coralinas', que adornan la terminal del Topo en Intxaurrondo y que también darán acceso a la futura de Benta Berri. Las del Centro pasarán más desapercibidas.
En los fotomontajes sobre los que trabaja ETS, el acceso a la estación Centro-La Concha desde la calle Loiola apenas altera la vista frontal de la torre del Buen Pastor, ya que se limita a unas barandillas acristaladas sobre unos soportes de aluminio, sin cubierta. En la plaza Xabier Zubiri, mientras, se opta por una línea similar que combina cristal y aluminio y que no levanta más de un metro del suelo. La estación central de la variante soterrada del Topo en Donostia contará con un tercer acceso en la calle San Bartolomé, junto al convento de las Reparadoras, aunque su diseño se ha pospuesto hasta que se decida la urbanización de la zona ahora que el Ayuntamiento ha paralizado el proyecto de construir un gran centro comercial bajo el cerro de San Bartolomé.
Lo que es seguro es que para los accesos del Centro no se va a replicar el modelo de 'coralina' que se estrenó en 2012 en la estación del Topo de Intxaurrondo –cuando esta infraestructura llegó por primera vez a este barrio alto de la ciudad– y que diez años después, en 2022, se recuperó para dar acceso a la futura terminal soterrada de Benta Berri, junto al polideportivo del mismo nombre. Se entiende que ese diseño rompedor, que puede quedar bien en zonas de la ciudad más modernas como Benta Berri o la plaza Sagastieder de Intxaurrondo, tendría peor encaje en ubicaciones céntricas como el Ensanche Cortázar. De ahí que se vaya a optar por diseños más diáfanos y con menor impacto visual.
Un modelo nórdico
La 'coralina', que recibió ese nombre porque su estructura evoca la forma del coral, es un modelo de diseño nórdico con una estructura de aluminio y cristal que se levanta varios metros de altura. ETS loeligió en 2011 para que se convirtiera en un icono del futuro 'Metro de Donostialdea'. Un año después, en 2012, se colocaron dos de estos modelos para dar acceso a la estación soterrada de Intxaurrondo, pero tuvo que pasar una década para que una estructura similar se colocara de nuevo en las calles donostiarras. Fue en junio de 2022, cuando dos grúas de grandes dimensiones colocaron la estructura de la marquesina en Benta Berri (junto al polideportivo, en la confluencia de la Avenida de Zarautz y la calle Bertsolari Xalbador). Unos días después se instalaron los paneles de cristal que la recubren desde entonces. En los dos últimos años, la 'coralina' ha permanecido vallada a la espera de que el Topo empiece a circular por la variante soterrada, lo que se espera para antes del verano de 2026, según la última previsión del Gobierno Vasco.
La futura estación soterrada de Benta Berri contará con un segundo acceso al final de la calle Matia, pero en este caso no estará adornado con una 'coralina' de grandes dimensiones, sino con una estructura similar pero de apenas dos metros de altura.
El precedente de Altza
No es la primera vez que ETS se desvía del camino de las 'coralinas' para culminar los accesos a las nuevas estaciones, algo que ya ocurrió cuando se construyó la estación de Altza, que se inauguró en 2016. En su lugar, la empresa dependiente del Ejecutivo vasco optó por balaustradas de acero inoxidable y vidrio que fueron colocadas en los cañones de acceso a la estación en Larratxo y Santa Bárbara. En su día, el comentario general fue que la crisis económica se había llevado por delante los proyectos de grandes marquesinas de acceso a lo que entonces se denominaba Metro, que en los últimos años ha recuperado su nombre tradicional de Topo. Aunque cuando la variante soterrada de Donostia se ponga en marcha en 2026 el funcionamiento será similar al de un Metro.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión