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La nueva iluminación de la torre y de sus detalles contrasta con la que tiene el resto de la catedral ARIZMENDI

Luces diseñadas a medida del Buen Pastor

El trabajo de iluminación de la torre se ha llevado a cabo mimando la recién restaurada estructura y resaltando los detalles de su arquitectura neogótica

Dani Soriazu

San Sebastián

Sábado, 12 de diciembre 2020, 07:56

Desde este pasado lunes, al caer la noche, la torre del Buen Pastor se viste con un nuevo traje de luces que realza su figura ... y ensalza su arquitectura neogótica. 223 focos de tecnología led sutituyen al antiguo sistema de iluminación que instaló el Ayuntamiento allá por los años 90. Todos ellos colocados con mimo para respetar la estructura de 75 metros de altura levantada en 1899, que ha sufrido un intenso proceso de restauración de casi año y medio, y para mostrarse al público con todo su esplendor.

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«La colocación de las luces ha sido un proceso hecho con mucho cuidado porque tenía que primar el respeto al patrimonio», explica Aitor Zubia, uno de los arquitectos del estudio Zetabi Arkitektura de Bergara, encargado del proyecto de restauración con el que los muros de sillería hechos de piedra arenisca han sido saneados y recuperados del efecto del paso del tiempo y del salitre. Para que este trabajo no se viera afectado, los focos se han colocado atados a las juntas de las piedras, señala este profesional.

Se han utilizado 223 focos de tecnología led, que se mimetizan con el color de la fachada y colocados sin afectar a la piedra arenisca

Asimismo, se ha cuidado mucho que estos puntos de luz no interfieran en la estética del edificio, tanto cuando está iluminado como cuando no lo está. «Se asume que va a haber un elemento extraño, pero el objetivo es intentar que en la visión general no se vea demasiado», apunta Zubia. Así, por una parte, se ha hecho un importante trabajo para ocultar lo máximo posible el cableado de las luces. Por otra, se han pintado los focos de un color similar al de la fachada para que se mimeticen con la estructura y se han colocado una especie de 'aletas' sobre ellos para taparlos y que, a su vez, la luz que emiten se redirija hacia el edificio.

Todo un trabajo de arquitectura, ingeniería y diseño nada sencillo que ha requerido del uso de programas informáticos para conseguir modelos que guíen el proceso y ayuden con otro elemento que puede manchar el resultado final de cualquier tarea de iluminación: las sombras.

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Se hicieron simulaciones en tres dimensiones para poder detectar y eliminar posibles sombras que estropearan el resultado

«Hicimos simulaciones en tres dimensiones, teniendo en cuenta los elementos salientes y decorativos del edificio, para poder ver y evitar esas sombras no deseadas, teniendo un ejemplo de cómo puede quedar el resultado final», indica Zubia. Para ello se ha buscado un equilibrio entre la luz que aportan los distintos focos. En este sentido, informa de que, aunque desde fuera todos los puntos de luz parezcan iguales, cada uno de ellos puede iluminar de forma diferente según donde esté y cuál sea la superficie que tiene que cubrir. El resultado es el de una torre que ahora brilla con más fuerza y con tonos mucho más cálidos.

Ventajas del siglo XXI

El cambio es más que notable. Basta con echar un vistazo a la iluminación del resto de la catedral para comprobar que la potencia de los focos y el realce de los elementos arquitectónicos es totalmente diferente con respecto a la torre. «Han sido más de 20 años los que han pasado desde la anterior instalación en los que la tecnología ha dado un gran salto cualitativo. La tecnología led permite gastar menos iluminando más y de forma más correcta», dice este arquitecto, que recuerda que se ha ganado mucho en el apartado de eficiencia energética y la gestión remota.

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No es la única ventaja que han tenido los encargados de realizar este trabajo sobre sus predecesores para mejorar ostensiblemente el resultado final. La posibilidad de utilizar el andamiaje colocado para la restauración de la torre les ha permitido llegar a puntos que de otra forma no habría sido posible y llevar cable por las esquinas para que no se vea. «En aquel entonces se echó cable y se pusieron los focos de la mejor manera posible, pero no tuvieron estos medios», recuerda.

El Ayuntamiento, encargado de la iluminación de la catedral del Buen Pastor, ha hecho una inversión de 200.000 euros para renovar las luces de la torre. Estos se suman a los 1,5 millones de euros que ha costado la obra de restauración de la torre, y que ha sido financiada por el Gobierno central (50%), la Diputación (25%), el Ayuntamiento (12,5%) y el Obispado (12,5%).

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