Borrar
Acordeonista, pianista, maestro, visitador médico, padre, esposo, bisabuelo; Rafa en la calle Miracruz. I. MONTERO

Ciudadanos

«Íbamos de farra y me decían aquí no hay piano, chaval. ¡Saca el acordeón!»

Rafa Erentxun Etxeberria | A los 16 en la orquesta de Juanito Heredero. Hoy sigue siendo 'El rey'

Begoña del Teso

San Sebastián

Sábado, 18 de octubre 2025, 07:20

Comenta

Del 53 de la calle San Francisco. Como todos sus hermanos. Miguel Ángel, que tuvo juguetería en la calle Mayor, frente a lo que hoy es Pukas. Como Carlos, nacido en Venezuela. Como Enrique, aficionadísimo a la pelota y al ciclismo. Como su hermana melliza, Isabel, que trabajó de administrativa en Ipresa, seguros médicos. Su padre, Juan era de Arroa. Maestro. Tocaba el órgano. Su madre, Teresa, donostiarra, el piano. Él estudió en Viteri y Usandizaga; en la Normal porque hizo Magisterio. En el Conservatorio. Con Tomás Garbizu. Con Bikondoa y Josetxo Aduriz. Tocó durante 30 años con Los Eúskaros. Empezó a los 16 con Juanito Heredero. Formó Lauak con la familia y es capaz de amenizar una tarde en la Gimnástica de Ulia tocando las 'Czárdas' de Monti.

– Ya nos contarás qué sucedió en esta calle de la Gloria el sábado. Hacia el mediodía.

– Que Peio y yo nos pusimos a tocar, entre el Kiskurra y el Txofre. Lástima que no convencimos a Joseba Balda. Sabemos que es acordeonista pero dice que le falta práctica. Se nos unió mi hija Olatz, profesora de Matemáticas en Zubiri-Manteo. Cantando. Tocamos jotas, correcalles, mexicanas ('pero sigo siendo el rey...'), habaneras (¡qué bien le sienta al acordeón la melancolía de una habanera!). Fue algo improvisado que salió de maravilla. Ya corren vídeos por las redes...

«Imagínate más de 50 personas, todos amigos, todos liados por el dueño del bar Txikero, cenando en Gurutzeta de Ergobia. Cantando como si no hubiera un mañana. Con Xabier Muñoz tocando el txistu, Peio Ostolaza al pandero y yo al acordeón. Y los domingos en la de al lado, Oialume. Haciendo música con el dueño, con Ascensio Martiarena, de la familia de los grandes remontistas»

– Interesante familia la tuya. Y no solo porque tu sobrino Mikel esté cumpliendo 40 años de oficio y hayan filmado el documental 'Hombre bala' en torno suyo. ¿Qué es de tu tía Isabel?

– Ahí sigue. De homenaje en homenaje porque ya ha cumplido 110 años. Sí, tengo una familia maravillosa. ¿Te la cuento?

– Por favor. ¿Cómo no hacer una genealogía de los Erentxun Etxeberria si tu padre fue magnífico heraldista que publicaba sus investigaciones en el periódico 'La Voz de España'?

– Hagamos nosotros la línea descendente. Hablemos primero de mi esposa Silvia. Llevamos 60 años juntos. No es fácil aguantar seis décadas a un visitador médico, pianista y acordeonista que se te va los fines de semana a tocar por ahí. No le pareció tan mal cuando en vez de irme a tocar a los hoteles de Zaragoza (en aquellos tiempos había mucha costumbre de tener en los salones música en directo) y después de los 30 años con Los Eúskaros decidí, para matar el gusanillo de la música , crear los Lauak...

– De los Eúskaros he oído hablar: Calixto Area con el acordeón, Roberto Álvarez a la guitarra, Eugenio Pérez a la batería y tú. Pero ¿ quiénes fueron, fuisteis, los Lauak?

– Un buen día me di cuenta, ¿para qué formar un grupo nuevo con gente de fuera si tenía la música en casa? Así que nos pusimos a ello. Nuestra hija Olatz, cantando. Nuestro hijo Juanjo con su contrabajo (le va el rock. Acaba de volver de Edimburgo de ver a AC/DC) y nuestro yerno Harkaitz (grandísimo judoca) con la batería. Cogíamos la furgoneta (como las grandes bandas) y por ahí que nos íbamos. Hacia Navarra, por ejemplo. Mi esposa, como era un asunto de familia, lo aceptaba bastante bien. Estuvimos unos cuatro años. Luego lo dejamos. Por un lado Olatz, Harkaitz y Juanjo tuvieron hijos. Por totro, sus trabajos. Y también es que te cansas. El músico trabaja cuando los demás están de fiesta...

– La saga tuya y de Silvia, que vivís tan a gusto en Marrutxipi, continúa en una lista preciosa de campeones y campeonas de judo o fútbol. Y de pianistas.

– Laura y Sandra, las nietas mayores. Laura trabaja en la Cruz Roja de El Vendrell; nos hizo bisabuelos con Eiden y Noa. Los otros nietos son Janire, que logró la Copa de España de Judo con 15 años y es futbolista en el Intxaur; Nahia, 13 años, también judoca campeona, juega al fútbol y entrena con la Real. Oinatz (10 años) es el máximo goleador del Koskas. Los tres practican el piano...

– Vale, ya me hago una idea del frondosísimo árbol genealógico de los Erentxun pero no sé si tengo muy claro si eres pianista o acordeonista...

– Soy lo uno y lo otro. Pianista porque mi padre y mi madre tocaban el piano y había uno en casa. Aprendí a tocar el órgano con mi tío Felix, religioso capuchino. Y lo aprendí en la iglesia de los capuchinos, claro. Me enseñaba y a cambio tenía que tocar en misas y bodas. Por cierto, otro de mis tíos era el pintor Eloy Erentxun. Paisajes al óleo, sí. Pero también usó el carboncillo y el rotulador... A lo que íbamos, soy pianista. Adoro a los grandes clásicos. Pero amo el jazz y admiro a Tete Montoliú. Pianista, sí pero...

– ¿Qué?

– Cuando nos íbamos de farra por sidrerías y sociedades nunca había un piano a mano así que me pedían que sacara el acordeón. Por eso, entre otras cosas, soy acordeonista. Por las juergas.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco «Íbamos de farra y me decían aquí no hay piano, chaval. ¡Saca el acordeón!»

«Íbamos de farra y me decían aquí no hay piano, chaval. ¡Saca el acordeón!»