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«La historia del patinete no es solo la de un deporte sino la de una comunidad»Estreno internacional el viernes pasado en Irun de un documental que resulta ser igualmente el primero realizado en el planeta sobre el universo del patinete. Responsables de un peliculón lleno de ritmo, giros, trucos y aéreos, Andrés Robleda Barragán, buen 'rider' que ahora se adentra en la aventura del cine y Jon Lusa Castillo, fotógrafo, cineasta, ajedrecista, productor. Junto a ellos dos, Denis Segovia, que ha compuesto la banda sonora, y un sonidista de raza, Ion Thalamas. En pantalla, junto a Pol Román, uno de los más grandes de este deporte de deslizamiento, habilidad y velocidad, tremendos pioneros de este arte como Javier Trepat, Julen Beloki, Jonathan Micrero o Balthazar Neveu, del colectivo francés Dissidence. Porque después de surgir en EEUU todo empezó en París, saltó a Barcelona y Madrid y explotó en el País Vasco.
– Para muchos de nosotros un scooter es una moto Vespa, Lambretta o Scoopy y los patinetes, vehículos eléctricos que van por los bidegorris y a veces explotan...
– En el universo de los deportes de deslizamiento urbanos a nuestra tabla con manillar se le llama scooter y sí, en Europa todo empezó en París, con patinetes plegables tipo JDBug o Micro Xtreme. Para cuando llegó, rápido, a Barcelona, resultó que aquellos patinetes que no habían sido pensados como instrumento de deporte extremo tenían el manillar demasiado corto (25cm). Y cuando llegó al País Vasco, la barra demasiado alta, con lo que al hacer los giros podías golpearte la barbilla. Hoy la modalidad 'deportiva' del patinete cuenta con sus propias tablas, barras, manillares. Nuestro documental lo patrocina Centrano, máxima distribuidora de las grandes marcas no solo de BMX, skates, patines, snowboards y surf sino de patinetes. Por supuesto, todos los deportes citados guardan absoluta relación con el nuestro.
– Pensándolo bien, no es tan asombroso llamar a un patín 'scooter'. Allá por los 50 del siglo pasado había una Lambretta eibarresa completamente desnuda, sin carenado, la 150 D, a la que se llamó 'la patinete'. Por cierto, decimos 'deporte'. No sé si estáis del todo de acuerdo.
– Sí en lo que tiene de habilidad, arte, acción, saltos, deslizamientos, equilbrios, trucos, acrobacias. Deporte como lo son el skateboard, el snowboard o la práctica de BMX, esas bicicletas de cross con ruedas de 20 pulgadas y dos especialidades, carrera o free style. De la palabra 'deporte' lo que no queremos para el scooter es lo que puede implicar de competencia extrema que destruya lo que siempre ha tenido de diversión, camaradería, amistad. Quienes practican, practicamos o hemos practicado scooter hemos creado una comunidad maravillosa que se traslada de un lugar a otro, de un spot a otro buscando gradas, cajones, rampas sobre las que saltar o por las que deslizarse. Por eso nos provoca, a algunos, no a todos, cierta inquietud la propuesta de convertirlo en deporte olímpico. Sería un reconocimiento tremendo pero ¿perderíamos la esencia?
– En vuestro documentalazo asistimos a fascinantes 'kedadas', a esos encuentros urbanos llamados 'street jams' donde cualquier salto o giro parece posible ente aplausos y desafíos.
– Ese es el momento para conseguir ser verdaderamente grande. Con un 'bar spin' donde das una vuelta completa sobre el manillar. O alucinar a la peña con un 'tail whip' (girar la base del patinete 360 grados alrededor del manillar mientras se patea la parte trasera). O mejor aún con un 'full whip'. Ahí, a diferencia de en el 'rotor', la tabla y el manillar giran a mismo lado.
– ¿Cuándo se es bueno y reconocido (o buena y reconocida como la gasteiztarra Yaiza Peñalver) en la comunidad scooter?
– Cuando uno de los videos que has subido a las redes es recordado un año después por todos y todas (hay grandes patinadoras a nivel mundial, Juzzy Carter, Mia Catalano, Barbara Luciana...) como inspiración. O porque fliparon con lo que hacías en él. Cuando te aplauden en una street jam porque a las acrobacias, giros y saltos habituales les añades un punto de originalidad, innovas, les das la vuelta. ¿Sabes? El buen scooter hace lo más difícil al principio de la reunión. Para ir marcando territorio. Los demás suelen dejarlo para el final.
– Todo empieza (y empezó) en un skatepark, ¿no?
– Sí, claro. Los pioneros recuerdan que al principio los 'skaters' que estaban allí los miraban con una mezcla de desprecio y asombro. Pero el skatepark (el que hubo en Anoeta, el que hay en Aiete, el de Intxaurrondo...) es a donde los padres llevan a los chavales para que comiencen.Ya descubrirán más tarde la cuesta inclinada de Tabakalera, los cajones del Kursaal, las cinco gradas de la plaza de los juzgados en Irun.
– 26 horas filmadas...
– Deseo loco de documentar a tope (localizaciones, archivo, amigos...), de no perder una sola toma. Creemos (ojalá) haberlo logrado en los 97 minutos de montaje final.
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