La historia de Añorga, según los escolares

La historia de Añorga vista por los escolares del barrio a través de entrevistas con sus más destacados vecinos. Es el trabajo que ha realizado el alumnado de 6º de Educación Primaria de la Ikastola Amasorrain y que se ha traducido en una exposición en el Museo Cementos Rezola. El trabajo se realizó durante el pasado curso y se ha llevado a una exposición que se exhibe hasta fin de mes en el Museo Cementos Rezola, impulsor de la iniciativa. El proyecto está subvencionado por el Gobierno Vasco.

La iniciativa, denominada Hariak sortzen, forma parte del proyecto de investigación Añorgatarrak, que busca recuperar la memoria del barrio de Añorga. Producido por Museum Cemento Rezola y K6 Gestión Cultural, el proyecto lleva desde 2010 rescatando, a través de entrevistas, las vivencias personales y profesionales del vecindario de la antigua 'colonia' industrial, la que se formó en torno a la fábrica de Cementos Rezola.

El curso pasado llegó la colaboración del alumnado de Amasorrain. Los estudiantes realizaron entrevistas, que se pueden ver en un vídeo en la exposición. Además, en la muestra se exhiben fotografías, objetos especiales y paneles explicativos. Uno de los vecinos a quien han entrevistado los alumnos es el sacerdote Imanol Sorondo, ex párroco de Añorga, quien les informó de los juegos antiguos en el barrio. Otro, el expelotari Mikel Unanue, nacido en Añorga, que les habló de sus tiempos como pelotari y aportó alguno de sus trofeos para la exposición.

También han entrevistado a Ixiar Bakero y Marian Arizeta, que participaron en el primer equipo femenino de fútbol de Añorga en 1981 y que, como se recoge en la exposición «tuvo un recorrido espléndido en cuanto a jugadoras y títulos se refiere. Ha sido un grupo pionero».

Hablaron sobre las fiestas en Añorga con David Arozena y Mintxo Benegas, miembros de la comisión de fiestas, así como con Kontxi Argote. En la exposición se muestran programas antiguos de los festejos.

Para hablar de los caseríos de Añorga -aún quedan algunos-, entrevistaron a Juan Mari Izagirre, baserritarra en activo.

En la muestra se recuerda además la importancia de la música en Añorga. «El barrio de Añorga siempre ha estado muy ligado al canto», explican los alumnos en la exposición. «Merece la pena mencionar que el añorgatarra Antxon Ayestaran fue director del Orfeón Donostiarra y el creador del Orfeoi Txiki. Conocido es también el Otxote Ertizka de Añorga. Hoy, existe otro coro en el barrio, el Gure Kabia». Les contaron estas historias Mertxe Arizmendi y Santos Aranzazistroki, miembros del Coro Gure Kabia.

Desde el museo Cementos Rezola están muy orgullosos del resultado. «Es una muestra pequeña porque refleja un proyecto realizado», explica Amaia Llorente, coordinadora del Museo Cementos Rezola. «Aunque hay algo de mano por parte del museo, no hay demasiada. Quisimos explicar a los alumnos el por qué de las entrevistas que iban a realizar. Se trataba de entender que es un proyecto que el museo lleva adelante desde 2010. Queríamos que las nuevas generaciones entendieran la historia del barrio. Los estudiantes hicieron las entrevistas y así comprendían cómo surgieron las cosas en el lugar en el que viven».

Y es que la fábrica Cementos Rezola marcó el desarrollo de Añorga. «La fábrica financiaba todos los equipamientos del barrio. En Añorga todo el mundo tenía trabajo. A los empleados se les ofrecían viviendas. Había economatos, peluquerías, escuela...».

Añorga cuenta con un campo de fútbol profesional, frontón, y tuvo incluso un cine. «Nuestra idea es que poco a poco, con las entrevistas que queremos que sigan haciendo los escolares de Amasorrain, vayan saliendo todos estos temas para que los vayan conociendo. Cada año nos dedicaremos a alguno de ellos en especial», comenta la coordinadora.

El proyecto Añorgatarrak no se para. «Sigue su marcha porque tiene muchas potencialidades educativas en el ámbito escolar», dicen desde el museo.

El museo Cementos Rezola, obra del arquitecto Luis Peña Ganchegui, cuenta con una sección de historia de Añorga en su exposición permanente, que, con el proyecto Añorgatarrak han ido actualizando.

Por ejemplo, desarrollaron el tema de la colonia industrial. «Era el conjunto de viviendas y servicios que tenían a su disposición todos los trabajadores de la fábrica, sus mujeres y sus hijos», explica Llorente. «En la escuela, que estaba donde hoy está el museo, los hijos estudiaban el oficio y luego pasaban a ser trabajadores de la fábrica. Estaba el cine, el economato, el botiquín, peluquería de señoras y de caballeros. Todo lo que podías necesitar, como en un pueblo reducido, estaba aquí».