Una distribución que no convence
Los socios del Hogar José Manuel Varona de Altza piden modificar algunos aspectos de la obra. Proponen trasladar la peluquería al fondo del local porque quita mucho espacio de la zona común y añadir unos urinarios a los nuevos váteres
La celebración el mares del Día del Padre, uno de los encuentros tradicionales en el Hogar del Jubilado José Manuel Varona de Altza, demostró ... lo que los socios ya estaban temiendo: a pesar de la ampliación del local, la zona de estancia de los usuarios ha quedado más pequeña. Tanto es así, que el esperado baile de después de la comida no pudo celebrarse. Lo explicaban esta semana socios del Hogar, que van a reclamar al Ayuntamiento una redistribución del espacio recién rehabilitado. «Nos han puesto una peluquería muy grande en lo que antes era zona común y nos quita mucho espacio», dicen. «La peluquería solo se usa dos días por semana y no es necesario que tenga tantos metros. También tenemos una oficina muy grande. Si estas dependencias se reducen y la peluquería se traslada al fondo del local podremos disfrutar mucho mejor del espacio».
El martes fue la prueba de fuego del local, en la celebración del Día del Padre. Se ofrece una consumición festiva de bocadillo y bebida por dos euros y tras la comida se hace un baile. «Pero no pudo ser porque no entrábamos», explican. «Eso antes no pasaba». Les resulta sorprendente que se haya comprado un local adyacente para poder hacer la reforma del Varona y que, sin embargo, la zona común de estancia se haya reducido. «Está claro que había que hacer muchas mejoras en el local y se han hecho, pero es la distribución del espacio lo que no nos gusta», insiste el socio Fernando Rodríguez, corroborado por sus compañeros presentes el miércoles en el Hogar.
Se quejan además que no se les ha consultado respecto a la distribución. «Si se hubiera hecho, las cosas no estarían así ahora», comentan. «El presidente de la asociación trató de acceder algún día al local mientas estaba cerrado por las obras y no pudo por motivos de seguridad, según le dijeron. Pero hubiéramos podido modificar algo que no resulta efectivo. Tampoco se expusieron aquí los planos de la obra, lo que hubiera ayudado a comentar y subsanar los problemas que han surgido».
«No se nos ha consultado la distribución y no se nos dejó ver la obra y opinar sobre las previsiones»
Las visitas al baño
Un tema que les preocupa es que el local anterior «que era un establo, eso sí», tenía urinarios y ahora los han perdido. «Han renovado los váteres para adaptarlos a la normativa para personas con minusvalía y por supuesto que lo aceptamos como corresponde, pero los espacios son muy grandes y admiten la instalación de urinarios. Aquí somos todos mayores y muchos tenemos que ir cada media hora a orinar. Ahora solo hay dos baños, el de mujeres y el de hombres, y en la cuestión más práctica hemos salido perdiendo».
El hoy Hogar del Jubilado José Manuel Varona, ubicado en el número 19 de la calle Santa Bárbara de Altza, se inauguró en 1976 y es el más antiguo de San Sebastián, explican sus socios. La cocina, hoy completamente renovada, estaba muy vieja y los fuegos eran muy malos. «No te podías mover en ella», dice la responsable de la misma.
En el inmueble había problemas de humedad que se han solucionado y asumen que las columnas de la zona común se hayan ampliado, al tener que solventar estas deficiencias. Piden, eso sí, una salida de emergencia al fondo del local. «Aquí no es raro encontrarse con sillas de ruedas. Si la persona tiene que salir desde el fondo, atraviesa todo el local y no hay espacio de paso tal y como están las mesas. Se tiene que mover todo el mundo y no resulta muy práctico».
Responsables del Ayuntamiento realizaron una visita al renovado local el pasado 27 de febrero y el día 1 abrió sus puertas. Para poder proceder a la ampliación y adaptación de la sede, el Ayuntamiento adquirió en 2017 un local contiguo y durante 8 meses de obra se adaptaron totalmente las instalaciones para garantizar la accesibilidad.
En la reforma se han instalado puertas correderas, que van a permitir un uso polivalente del local. Se puede utilizar la zona de comedor como espacio único o cerrar las puertas y habilitar una sala al fondo, que se suma a la que ya existe como oficina, destacaban portavoces del Ayuntamiento durante la inauguración. Las salas cuentan con soporte audiovisual. «La imagen del local es de un espacio mucho más moderno, luminoso y acogedor», comentaban.
La inversión para la obra ha sido de 470.000 euros y la superficie actual del local es de 146 metros cuadrados. El Hogar Varona cuenta con más de 420 socios y socias, que participan en diversas actividades ofrecidas por el centro, como talleres de manualidades, clases de euskera, sesiones de baile, bingo, gimnasia o excursiones.
«Esto es Altza», resumía esta semana un socio para entender las reivindicaciones actuales. «Durante décadas hemos estado olvidados y ahora nos toca reivindicar lo que nos corresponde».
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