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María Inurreta junto a su marido Afzat Hayat.
San Sebastián

La discográfica de Ondarreta y una exótica historia de amor

Maria Inurrieta, hija del propietario de la Columbia Gramophone, se casó en la iglesia del Antiguo con el hijo del primer ministro de un maharajá hindú

Lola Horcajo / Juan José Fdez. Beobide

Martes, 9 de diciembre 2025, 00:04

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a historia de la bailarina malagueña Anita Delgado, que se convirtió en la maharaní de Kapurthala, a comienzos del siglo XX, es bien conocida gracias a las memorias, diarios y correspondencia de la princesa.

En nuestra ciudad también hubo una historia que guarda cierto parecido con la de Anita y que, sin embargo, ha quedado olvidada: la de María Inurrieta, la hija del propietario de la discográfica Columbia Gramophone Company, quien se enamoró de Afzat Hayat Khan, hijo del primer ministro de Patiala, uno de los estados más ricos de la India en su época. Pero antes de llegar al relato de su fascinante idilio, hablaremos de la industria familiar y de la villa que habitaron en Ondarreta.

La fábrica de discos Columbia. El padre de María, Juan Inurrieta Ordozgoiti (1881-1958), había nacido en Zegama en una familia humilde que se trasladó a San Sebastián. Aquí se convertiría, gracias a su fino instinto para los negocios, en un importante industrial y comerciante. Junto con su hermano Antonio, fue importador y distribuidor de todo tipo de aparatos modernos y, especialmente, de los relacionados con la reproducción del sonido y la música. En 1909, instalaron un gran comercio en la calle Getaria 5, donde vendían pianos, máquinas de escribir y las novedosas «máquinas parlantes» (fonógrafos y gramófonos) con sus cilindros y discos.

La fábrica Columbia, fachada a la calle Juan de Garay.

En 1917, junto a otros socios, fundó la Sociedad Hispano-Americana, ubicada en Avenida 27, comercializando bicicletas, pianos automáticos, máquinas de escribir, cámaras fotográficas, chisqueros, armas e incluso automóviles Chevrolet. Las ventas realizadas por correo o mediante las sucursales extendidas por todo el país se apoyaban en una profusión de anuncios en la prensa.

Aunque esta firma tuvo corta vida, los hermanos Inurrieta proseguirían con el negocio centrándose en la industria de la música. Ya en 1912, Juan había financiado personalmente la grabación de composiciones vascas en Berlín, con el Orfeón Donostiarra y su director Secundino Esnaola. En 1923, Juan firmaría un contrato con la Columbia londinense para fundar la Columbia Gramophone Company S.A.E. donostiarra instalando, con su hermano y otros socios, la fábrica de discos en el Antiguo (Av. Zumalakarregi 3), de la que él sería director gerente. Realizaban las grabaciones musicales en su propio estudio y completaban todo el proceso de producción de los discos. En 1935, contaban con un centenar de trabajadores, siendo de gran importancia para el desarrollo industrial de dicho barrio. Además, apoyaron a numerosos autores y músicos locales. La sede de Columbia de Madrid tenía un estudio de grabación con orquesta y comercializaron discos con las famosas marcas Columbia, Regal, Alhambra y Decca.

La fábrica donostiarra se cerró a comienzos de los años 70. La Columbia de Juan Inurrieta fue, durante la mayor parte del siglo XX, la industria discográfica más importante del país. A comienzos de los años 30 participó, con su sello de discos Regal, en la grabación de las voces de varios de los personajes de la cultura más significativos de entonces como Valle Inclán, Baroja, Lorca, Unamuno, etc... Seguramente por ello, conocería al arquitecto Fernando Unamuno, hijo del filósofo y escritor vasco.

La villa Itxas-Ondo de Ondarreta

La villa de Ondarreta obra del arquitecto Fernando Unamuno. La impresionante Villa Itxas-ondo (c/Infanta Beatriz 4) con aspecto de palacete, es una de las mejor conservadas de Ondarreta. Fue construida en 1932, en terrenos de la Sociedad Brunet, para la familia Inurrieta-Darrosez, quedando registrada como 'Villa Itxas-ondo'.

Su diseño ecléctico de palacete con rasgos historicistas se debe al arquitecto Fernando Unamuno, el hijo mayor del escritor Miguel de Unamuno. Seguramente se trata de su única obra en el País Vasco, ya que la mayor parte de su vida profesional la desarrolló en Palencia como arquitecto municipal.

Juan Inurrieta, casado con Juana Darrosez, inscribió la villa a nombre de sus hijos María, Mercedes y Enrique. La villa Itxas-ondo perteneció a esta familia hasta 1963, cuando pasó a nombre de la sociedad mercantil Macur S.A., de la que los hermanos Inurrieta Darrosez eran socios, junto con Mercedes de Cubas y Urquijo, duquesa viuda de Hornachuelos, siendo esta última familia la que veranearía en este chalet hasta 1982.

María Inurrieta y Afzat Hayat emprendiendo el viaje de novios, «en ruta hacia nuevas tierras y nuevas gentes». Biblioteca Municipal de SS

María Inurrieta, una donostiarra en la corte del maharajá de Patiala. En 1929, cuatro años después de que la exótica historia de Anita Delgado hubiera terminado en divorcio, un equipo de jugadores de hockey formado por estudiantes indios de las universidades inglesas de Oxford y Cambridge recorría Europa. La India era la campeona olímpica de este deporte y las familias más ricas de aquel país se formaban en las mejores universidades inglesas. Acababan de jugar en Madrid y, el día 26 de diciembre, jugaban en Atocha contra el equipo de hockey de la Real Sociedad. Con ellos venía Afzat Hayat Khan, un atractivo y elegante joven educado en Inglaterra, hijo del primer ministro del maharajá de Patiala. En la actualidad Patiala y Kapurthala forman parte del conflictivo estado indio del Punyab, que limita con Pakistán.

Amor a primera vista. María (n.1911) y Afzat coincidieron en un restaurante donostiarra, y fue un amor a primera vista. María aseguraba que «era el hombre más guapo que había conocido». Tras el flechazo inicial fueron pocas las ocasiones en que pudieron verse; sin embargo, se comprometieron y, cinco años después, el 17 de diciembre de 1934, se celebraba en Donostia la boda «vasco-indostánica».

El novio era musulmán y, para casarse, tuvieron que obtener una dispensa papal, que fue otorgada tras aceptar el esposo que, sin la exigencia de renunciar a su fe, debería respetar la religión de su mujer y sus posibles hijos. La boda se tuvo que celebrar en la intimidad familiar, sin presencia de la feligresía, en una sala de la iglesia de San Sebastián del Antiguo, ya que la dispensa así lo exigía. Allí se intercambiaron los anillos, y relataban las crónicas que el novio hasta «llegó a persignarse», suponiendo así que la novia pronto atraería a su marido a la «verdadera Fe». Fuera de la iglesia, una gran multitud de personas esperaban para ver la salida de la pareja, especialmente la del joven y exótico novio. La prensa resaltaba que María vestía un precioso traje blanco «peau d'ange» y velo de tul, adornándose con pendientes de perlas y collar de platino y brillantes, y que, el novio llevaba un elegante chaqué. Tras el banquete y el baile celebrados en el hotel Londres, salieron de viaje de novios para visitar París, Londres y Egipto, para embarcarse luego hacia la India, aunque su residencia provisional quedó en Londres.

La inmensa fortuna del maharajá de Patiala

En Patiala, el joven matrimonio, por razón del cargo de primer ministro del padre de Afzat, vivió en un palacete junto al palacio del maharajá. Era frecuente la asistencia de la pareja a fiestas y cacerías en una de las cortes más fastuosas de la India. El maharajá Bhupinder Singh tuvo 10 esposas, 350 concubinas, y una inmensa fortuna. Poseía una colección de 42 Rolls Royce, e increíbles joyas como un collar que mandó hacer en 1925 en la casa Cartier de París, con su diamante amarillo de 428 quilates. Fue el encargo más caro que había tenido esta joyería, y su valor, en la actualidad, cuentan que superaría los 2.200 millones de euros. Pero también debió ser un gobernante que mejoró mucho la vida de las gentes de su estado.

Un destino aciago. La presencia de María en Patiala, con su indumentaria europea, llamaba la atención. Las princesas del harem querían semejarse a ella y la creativa María les diseñaba trajes a la moda occidental. Afzat y María tuvieron dos hijas, Marina y Liliana, que fueron educadas en el catolicismo.

Tras la segunda guerra mundial, se preparó la independencia de la India. En el gran estado de Punyab convivían las religiones musulmana, hindú y sij, pero al acercarse la independencia las tensiones religiosas se exacerbaron y las revueltas fueron extraordinariamente cruentas entre estas comunidades. Finalmente, en 1947, el Punjab quedó dividido entre el Pakistán musulmán y la India hindú. En ese contexto, el suegro de María aconsejó que ella y sus hijas regresaran a España, mientras que el resto de la familia Hayat quedó en Pakistán. El matrimonio se había roto. En palabras de su hija: «Mi madre tuvo un destino aciago, no fue feliz. Mi padre la divorció». María ya nunca volvería a la India.

A partir de entonces, su vida estuvo ligada a la discográfica familiar Columbia, primero en Donostia y luego en Madrid, trabajando como traductora y en relaciones internacionales, por su dominio del inglés, siendo uno de los pilares de esta empresa.

María Inurrieta retratada por Elías Salaverría. San Telmo Museoa

Recuerdos de María Inurrieta. El Museo de San Telmo guarda un retrato de María Inurrieta pintado por Elías Salaverría, y en el Museo Nacional de Antropología, en Madrid, se exponen tres ajuares de joyas de su boda en la India, con originales piezas de oro, rubís, esmeraldas, zafiros, turquesas y diamantes, que fueron donadas por su hija Marina.

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