«Derribamos mitos de las mujeres musulmanas»
Integración. La asociación Jatorkin Al-Nahda entrega hoy en Donostia 57 diplomas a jóvenes de origen magrebí que se gradúan este curso con el proyecto 'Mi diploma, mi libertad'
Pablo Campano
Viernes, 27 de junio 2025, 02:00
Desde 2015, la asociación Jatorkin Al-Nahda reconoce cada curso a los alumnos de origen magrebí que se gradúan en Gipuzkoa. Este año son 57 ... los alumnos titulados, que recibirán su diploma hoy a las 17.00 horas en una ceremonia en el Ayuntamiento de Donostia.
Muchas de ellas son mujeres. Aya Mozouna vive en Beasain y se gradúa de bachillerato tecnológico. «Me siento encantada de haber acabado. He solicitado plaza para estudiar náutica y transporte marítimo porque me encantaría ser capitana de un barco comercial». Los padres de Aya migraron desde Marruecos a Gipuzkoa cuando ella tenía 8 años. «Al principio ser inmigrante hace que estudiar sea más complicado, pero al final te adaptas. Las asociaciones como Jatorkin hacen que sea más fácil. Ellos me ayudaron cuando llegué porque llevaba las clases muy mal», explica. La joven beasaindarra asegura que «no he sufrido racismo. Creo que la perspectiva de la gente ha cambiado y en parte es gracias a los que nos graduamos, como también lo hicieron mis hermanas».
Ikram El Hasbi y Hajar Barrouz tienen 18 años, son amigas y viven en Lazkao. Ambas acaban de graduarse de bachillerato y se están preparando para la universidad. El Hasbi, nacida en Cataluña y de padres marroquíes, nos cuenta que «quiero estudiar traducción e interpretación», mientras su amiga confiesa que «mi sueño es estudiar medicina. Voy a repetir la PAU porque no he conseguido entrar a la primera, pero no me voy a rendir». Ambas coinciden en que «no esperábamos recibir ningún premio por graduarnos. Es un honor. Creemos que es merecido porque sirve para abrir los ojos a la gente y para derribar prejuicios sobre musulmanes, en concreto, sobre mujeres musulmanas como nosotras».
Según El Hasbi, «muchos magrebíes no se atreven a seguir estudiando porque quieren ponerse a ganar dinero lo antes posible para ayudar a la familia». Para Barrouz, la clave para que más adolescentes magrebíes saquen el bachillerato está en «buscar el apoyo de la gente que te rodea. Muchos de nuestros padres no tuvieron la oportunidad de alcanzar estos niveles de formación y no entienden lo que hacemos. No debemos culparlos, sino buscar apoyo en hermanos, amigos o profesores». Su amiga añade que «lo más importante es quitar la imagen de no trabajadores que se tiene de nosotros. Los magrebíes no venimos a aprovecharnos como alguna gente piensa. Nuestros padres tuvieron la oportunidad de migrar para darnos una vida mejor y nosotras queremos colaborar en la sociedad».
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